domingo, 3 de mayo de 2015

El debate imposible



Según he podido comprobar a lo largo de mi estudio sobre la arqueología o historia alternativa, el mundo académico tiende a ignorar esta disciplina, sobre todo para no darle una importancia que –a su juicio– no merece de ninguna manera. En otras ocasiones, aunque en menor medida, la ciencia establecida ridiculiza o ataca las propuestas alternativas de una manera feroz, si bien es de lamentar que demasiadas veces estas reacciones rozan el sarcasmo, la prepotencia o las acusaciones ad hominem. A su vez, algunas facciones alternativas se dedican a despotricar contra el estamento académico y no admiten ninguna clase de objeción, creyendo de una manera dogmática que ellos están en el camino correcto. En fin, por desgracia, en muy pocas ocasiones se produce una situación de debate y crítica constructiva, lo que podría arrojar luz sobre muchos temas, reconociendo que unos y otros tienen aciertos y lagunas y que nadie puede proclamarse como “poseedor de la verdad”.

Graham Hancock
Precisamente, acaba de tener lugar hace pocos días en el Cairo un lamentable episodio que denota la evidente falta de diálogo y comprensión entre la ortodoxia académica y la llamada arqueología alternativa, por lo menos por parte de ciertas personas... Paso a explicar los pormenores de este suceso, cuya noticia completa puede consultarse en inglés en la web del autor escocés Graham Hancock[1].

Desde hacía meses, Hancock llevaba anunciado un tour por Egipto en que por primera vez tendría lugar un debate franco y abierto sobre las cuestiones más polémicas de la egiptología entre él mismo y el otrora poderoso mandamás de la arqueología egipcia, Zahi Hawass. Este encuentro, planeado para el día 22 de abril de 2015, se venía promocionando como “el primer debate abierto entre dos representantes de dos versiones completamente diferentes de la historia”, esto es, un diálogo entre un defensor de las teorías alternativas y otro de la visión académica.

Por supuesto, debemos suponer que había previo acuerdo para realizar tal debate en determinadas condiciones y que ambas partes acudían al evento con la mejor de las intenciones. Además, había un público que había pagado una no despreciable cantidad de dinero para asistir a este acontecimiento. En suma, se podía presumir un contraste de pareceres relativamente educado y constructivo, aunque acabase con muy pocos acuerdos, en aras de obtener algún resultado y de no defraudar al público. No por nada ambos personajes eran (y son) dos indiscutibles estrellas o grandes paladines de sus respectivos mundos: un reconocido autor alternativo de gran éxito de ventas y un reputado arqueólogo de fama mundial (aunque a veces tachado de tener arranques histriónicos y megalómanos).

La diapositva de Hancock que abrió la caja de los truenos
En este contexto, se presentaba un evento organizado del siguiente modo: una hora de exposición por parte de cada uno de los ponentes y luego un tiempo de debate en que los asistentes podrían participar y formular preguntas a ambos. Pero llegado el momento, algo muy desagradable e inexplicable sucedió. Poco antes de iniciarse la sesión, Graham Hancock estaba preparando su presentación de diapositivas, y en una de ellas aparecía la conocida Teoría de la Correlación de Orión (TCO), propuesta por su amigo Robert Bauval hace ya 20 años. Lógicamente, Hancock había incluido una pequeña fotografía de Bauval en su diapositiva, pero Hawass, que estaba allí presente, se enfureció nada más verla y entró en cólera. Hawass empezó a gritar y acusar a Bauval de “criminal”[2].

Así las cosas, Hawass se negó a tener ningún debate con Hancock si éste insistía en mencionar a Bauval y su teoría, diciendo –entre otras cosas– que “quién era él [Hancock] para comentar la teoría de otro”. Hancock respondió afirmando que no podía ofrecer su visión alternativa sin comentar la TCO y que por tanto debía mencionar a Bauval. Sólo a modo de muestra del tenor de este enfrentamiento, me permito reproducir una breve parte del intercambio de frases entre Hancock y Hawass, que pudo ser recogido en vídeo por uno de los presentes[3]:
Zahi Hawass: Este hombre [Robert Bauval] es un ladrón y no quiero hablar sobre él, y no quiero que se mencione su nombre.
Graham Hancock: En el mundo académico, Zahi...
ZH: Él no es un académico. No es nadie.

GH: En el mundo académico no recurrimos a argumentos ad hominem. No debatimos sobre la persona. Debatimos sobre la materia.

ZH: Escucha, escucha. La materia ya está debatida y está cerrada.

GH: No, no lo está.

ZH: Está debatida y cerrada. Está cerrada en Chicago por todo el mundo.

GH: Entonces, no quieres oír nada de lo que tengo que decir.

ZH: Exactamente. No quiero oír nada.

Vista la situación, el autor escocés quedó muy decepcionado y, si bien no perdió los estribos, acusó a Hawass de torpedear el debate antes de que ni siquiera comenzase, espetándole la expresión Shame on you! (“¡Qué vergüenza!”). Hawass reaccionó muy mal ante estas palabras y optó por abandonar de malas maneras la sala de conferencias, aunque –ante la presión de los organizadores del evento– aceptó finalmente dar su charla de una hora ante los asistentes, pero recalcando que de ningún modo entraría a debatir con Hancock ni asistiría, obviamente, a su ponencia.

Yacimiento de Göbekli Tepe (Turquía)
Así pues, ambos expusieron sus argumentos por separado y al final algunas personas preguntaron a Hawass por las concordancias entre el yacimiento de Göbekli Tepe y la civilización egipcia, ante lo cual el gran egiptólogo dijo no saber nada sobre tal lugar, traspasando la pregunta al moderador, un arqueólogo llamado Miroslav Barta. Éste trató de solventar la papeleta diciendo que no había relación entre el yacimiento turco y el Antiguo Egipto, dada la diferencia temporal entre ambos, pero Hancock aprovechó para intervenir afirmando que ese era justamente uno de los grandes temas de discusión: que la civilización egipcia (empezando por la Gran Esfinge) podría ser mucho más antigua de lo que se reconoce oficialmente. Y esto fue todo lo que dio el tan esperado “debate”.

Finalmente, es de justicia aclarar un par de puntos antes de concluir. En primer lugar, están las acusaciones de Hawass hacia Bauval. Este asunto tiene que ver con la extracción ilícita de una muestra de pintura del cartucho de Khufu en una cámara de descarga de la Gran Pirámide. Este punto ya lo toqué en un artículo previo de este blog y en él se dejaba claro que había sido un equipo de investigación alemán el responsable de tales hechos y que Bauval no tenía relación con esta acción, aunque le habían llegado rumores sobre quién estaba detrás de ello. En todo caso, dos días después del debate frustrado, Bauval hizo una declaración en la web de Graham Hancock sosteniendo que él no tenía nada que ver con el “asunto alemán” y que fue Hawass el que le había implicado en los hechos sin ningún fundamento. Posteriormente, una de las personas del equipo alemán, Dominique Gorlitz, confirmaba por escrito que Bauval no había tenido ninguna participación en los hechos denunciados, sino que había sido ella, junto con Stefan Erdmann, los que habían extraído la muestra el 13 de abril de 2013.

En segundo lugar, he recogido algunas opiniones en Internet de personas más o menos próximas al mundo académico y éstas consideran que la actitud de Hawass es bastante impresentable y fuera de lugar, más allá de las diferencias sobre la TCO o el asunto del cartucho. Por otro lado, hay quienes se sorprenden por las palabras de Hawass cuando rechaza la validez de ciertas tecnologías aplicadas a la arqueología o cuando dice no saber nada de Göbekli Tepe[4]. Asimismo, algunos interpretan la “espantá” de Hawass como una mera excusa para no haberse de enfrentar a preguntas incómodas, sobre todo relacionadas con la Gran Pirámide y el atentado al cartucho, cometido bajo su administración. Sea como fuere, él dio su charla y se sometió a las preguntas de los asistentes, lo cual desmentiría dicha hipótesis.

Lo cierto es que este episodio, captado en vídeo muy oportunamente, nos retrata a un gran referente académico poco menos que como un cavernícola, matón, arrogante hasta la médula e incluso ignorante. No soy amante de ver conspiraciones por todas partes, pero reconozco que todo este asunto me parece bastante extraño y más propio de un gran teatro cuya finalidad última se me escapa, porque no creo que los elementos de la polémica en liza justifiquen este tipo de reacciones tan vehementes y desproporcionadas, hundiendo un acto que estaba planeado desde hacía muchos meses.

De izq. a der.: West, Bauval, Hawass y Hancock
Sea como fuere, los alternativos parecen haber quedado como el bando “bueno”, mientras que la ortodoxia se ha mostrado de la peor manera posible. No obstante, sería bueno recordar ahora que Hawass había tenido una relación respetuosa –casi cordial pese a las diferencias– con Hancock y con Bauval, e incluso con J. A. West, el hereje que se atrevió a redatar la Gran Esfinge, como se puede ver en una fotografía en que los cuatro parecen estar charlando distendidamente.

¿Que no hay diálogo? ¿Que hay intransigencia o arrogancia intelectual? Está bien claro, y no defenderé aquí el inmovilismo y la cerrazón académica, pero este suceso más bien parece una comedia bufa en la que el peor parado resultó ser el público, que esperaba sin duda otra cosa. Y, por cierto, quien escribe estas líneas, que está abierto al pensamiento alternativo y rechaza los dogmatismos de toda clase, ha sido mucho más criticado (y a veces de manera desconsiderada) por los llamados alternativos. Vivir para ver.

© Xavier Bartlett 2015


Fuente imagen diapositiva / West, Bauval, Hawass, Hancock: www.grahamhancock.com
Fuente imagen Göbekli Tepe: DAI 



[1] Véase: http://www.grahamhancock.com/forum/HancockG15.php

[2] En el original inglés, “crook”, o sea, ladrón, bandido, maleante, criminal...

[3] La secuencia de la furiosa reacción de Hawass puede verse en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=8Ziu2ygE_Wc.


[4] Particularmente me resulta casi imposible creer que él no sepa nada de este yacimiento, siendo un profesional de primera categoría. Si no quiso contestar, sus razones tendría...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hola

por favor ¿pero qué resultados arrojó la esencial prueba (!¿clandestina?¡) del famoso cartucho?

gracias un saludo

Xavier Bartlett dijo...

Amigo anónimo

Si se hicieron tales pruebas, lo que sigue siendo un asunto sin confirmar, no ha trascendido al público su resultado y por desgracia nos movemos en el mundo de las sospechas y los rumores, lo que no ayuda para nada a despejar la controversia. Hay muchos personalismos e intereses en todo esto y no veo que a corto plazo vaya a haber novedades en uno u otro sentido.

Lo que parece claro es que la tecnología para dilucidar si hubo fraude o no en este caso existe, al igual que existe una prueba fiable para confirmar si el disco de Faistos fue una falsificación encargada por su "descubridor". Pero nadie está por la labor.

Saludos

Anónimo dijo...

hola
gracias por responder
entonces el que no se hagan las pruebas pertinentes es prueba suficiente, y se justifica la redundancia...

Anónimo dijo...

para mi modesta opinión discutir estos temas son irrelevantes, ambos debaten para sacarle dinero a la gente, la verdad no me interesa nada respecto a esas piedras derruidas una ensima de la otra.

Xavier Bartlett dijo...

Mario,

Publico su comentario por cortesía, pero si a usted no le interesa nada de esto, ¿por qué lee este blog y realiza un comentario? En lo que puedo estar de acuerdo parcialmente con usted es que este evento tenía un trasfondo comercial y de promoción personal, y tanto los autores independientes como los académicos tienen su ego, sus prejuicios y sus intereses. Lo que realmente falta es un debate sincero y sin espectáculo.

Saludos