Aun después de pasado más de
medio siglo de su descubrimiento, los antiguos códices de Nag Hammadi (Egipto),
al igual que los hallados en el Mar Muerto hacia la misma época, siguen
despertando interés y controversia por tratarse de unos textos heréticos, fundamentalmente
gnósticos, que de alguna manera podrían comprometer o generar dudas acerca de
las verdades de la ortodoxia cristiana.
En su escrito, John Lash incide
en la persecución e intolerancia sufrida por los gnósticos por parte del
naciente cristianismo –consolidado nada menos que como religión oficial imperial–
que trató de tergiversar u ocultar su verdadero mensaje. Asimismo, Lash pone de
manifiesto que las escuelas mistéricas eran de hecho una red global de sabiduría
esotérica que incluía no sólo el gnosticismo sino también otras prácticas o
creencias como el druidismo, el budismo, el chamanismo, etc. Pero toda esta
sabiduría de los Misterios, tachada ahora de superstición y paganismo, fue
sepultada por una ortodoxia intransigente que pretendía someter o aniquilar la auténtica
espiritualidad al tiempo que imponía una religión dogmática e intolerante.
En fin, les dejo ya con John L. Lash
y este fascinante viaje a Egipto y a un mundo desaparecido de ideas y creencias
que apenas hoy en día somos capaces de reconstruir parcialmente a partir de un
tenue legado.
Cuando los Misterios murieron
Éxtasis e intolerancia en el
Mundo Clásico
“Los dioses paganos, incluso los
dioses de los Misterios, no son celosos unos de otros. Ellos forman una
sociedad abierta” (Walter Burkert, Ancient
Mystery Cults).
Los trece códices descubiertos en el Alto Egipto en diciembre de 1945 han
llegado a ser conocidos como la Biblioteca de Nag Hammadi, tomando ese nombre
de una aldea situada en la orilla oeste del río Nilo. En el mismo lado del río,
aproximadamente a 32 kilómetros al Sur, está el templo de Hatshepsut, escena de
la masacre terrorista de turistas en Noviembre de 1997. Se cree que los autores
llegaron desde la desolada tierra montañosa donde fueron encontrados los raros
códices. Cuando visité la región en Febrero de 1999 en un viaje con la Marion
Foundation, se habían establecido fuertes medidas de seguridad.
Situación de Nag Hammadi, al sur de Egipto |
Yo llegué desde Luxor río arriba hasta Dendera,
emplazamiento del antiguo templo de Hathor, en un convoy armado, acompañado por
dos docenas de soldados con las metralletas a punto. Extrañamente, los
académicos no se refieren al templo ptolemaico de Hathor en Dendera, localizado
a tiro de piedra de Nag Hammadi. Desde la azotea del templo se puede contemplar
la impresionante curva del Nilo, y se tiene una visión directa de los
acantilados de Jabal Al-Tarif donde estaban escondidos los códices.
El poblado más cercano a la
cueva, Hamra Dun, es demasiado pequeño para ser mencionado, pues de otro modo
estos textos perdidos durante tanto tiempo hubieran sido denominados la
biblioteca de Hamra Dun. Hamra Dun es el nombre árabe del lugar de antiguo
nombre cóptico Chenoboskian, “el refugio de los gansos salvajes”; a su
vez detrás de ese nombre hay otro, el nombre egipcio del lugar, Sheniset,
“las acacias de Seth”, indicando una asociación con la secta gnóstica que se refería
a sí misma como la Secta de los Setianos.
El ocaso egipcio
La proximidad de Dendera a Hamra Dun es notable, pero hasta donde sé, ningún erudito lo ha apreciado. Según el consenso actual, se supone que la “biblioteca” de Nag Hammadi procede del monasterio de Pacomio, un lugar de reclusión de monjes cristianos coptos que estuvo localizado en Tabennisi en la orilla oriental, como se muestra en el mapa.
“Su fundador pionero, Pacomio, había establecido una regla para unir a gente dispar y solitaria dentro de una comunidad cuya práctica del trabajo agotador implicaba una disciplina estricta, casi militar.” (Tobias Churton, The Gnostics, p.3)
Detalle de la situación de Nag Hammadi |
Los estudiosos que proponen la teoría del monasterio copto para explicar el
origen de los textos dejan de mencionar que el asentamiento de Pacomio,
establecido alrededor de 300 d.C., fue un pobre asunto comparado con el
complejo de Dendera, construido 500 años antes sobre asentamientos que se
remontan al 5.200 a. C.
El Templo de Hathor fue una
construcción ptolemaica tardía en un antiguo lugar sagrado, Tentyrs,
considerado como el lugar de nacimiento de Isis. Si Isis puede ser considerada
la equivalente de la Virgen María del cristianismo, Hathor fue la Eva egipcia.
Sus prehistóricos y autóctonos ritos eran propios de las perdidas culturas
sudanesas que precedieron con mucho al culto hollywoodiense de Osiris.
Hathor era una diosa de sabiduría, como la Sofía de los gnósticos. Su culto
celebraba el éxtasis, la sanación y la comunión mística con el cosmos.
Quizás entre la “gente dispar y solitaria” que encontró refugio en el monasterio de Pacomio hubo algunos gnósticos que huían de la persecución o algo peor. No obstante, pienso que es igualmente probable que los códices coptos vinieran de Dendera, o que pudieron haber llegado a los monjes mediante alguna asociación con los incondicionales del culto de Hathor y Horus instaurado allí.
Cada templo en Egipto tenía su propia biblioteca, y Dendera no era ninguna
excepción. Los textos sagrados eran guardados en estancias especiales en el
interior de la entrada, de modo que los sacerdotes pudieran seleccionar un
texto y luego proseguir a la parte apropiada del complejo del templo para
leerlos o (más probablemente) recitarlos.
Quizás entre la “gente dispar y solitaria” que encontró refugio en el monasterio de Pacomio hubo algunos gnósticos que huían de la persecución o algo peor. No obstante, pienso que es igualmente probable que los códices coptos vinieran de Dendera, o que pudieron haber llegado a los monjes mediante alguna asociación con los incondicionales del culto de Hathor y Horus instaurado allí.
Zodíaco de Dendera |
El historiador del siglo I d. C.
Josefo (Antigüedades Judías I, 2.3) relata la tradición existente desde hacía
mucho tiempo de que “los hijos de Set eran considerados como los primeros
profesores de la ciencia astronómica” (Plunkett,
Calendars and Constellations of the Ancient World, p. 20). Jacques
Lacarriere (The Gnostics, p.31 y ss.) piensa que la ciencia del cielo es
la matriz original de su sistema de conocimiento.
Yo no puedo leer copto, pero con la ayuda de algunos eruditos gnósticos de categoría mundial en la Universidad Católica de Leuven en Bélgica, he logrado el nivel en que puedo andar a tientas en dicha lengua. Se trata de un lenguaje torpe y compuesto, con poco alcance para la expresión sublime o compleja. Después de unos años de tener mi nariz enterrada en los códices, o más bien como un cerdo desenterrando trufas, tuve la viva impresión de que estaba observando una especie de taquigrafía.
Yo no puedo leer copto, pero con la ayuda de algunos eruditos gnósticos de categoría mundial en la Universidad Católica de Leuven en Bélgica, he logrado el nivel en que puedo andar a tientas en dicha lengua. Se trata de un lenguaje torpe y compuesto, con poco alcance para la expresión sublime o compleja. Después de unos años de tener mi nariz enterrada en los códices, o más bien como un cerdo desenterrando trufas, tuve la viva impresión de que estaba observando una especie de taquigrafía.
Inscripción demótica |
Mi impresión de los códices coptos de Nag Hammadi es que son traducciones de notas apresuradas, y, en gran medida, notas incompetentes, anotadas en griego por estudiantes de los Misterios, quizá estudiantes pertenecientes al complejo de la escuela mistérica de Dendera. Los griegos habían estado yendo a Egipto para aprender la ciencia y la metafísica desde los días de Pitágoras, alrededor de 600 a. C. Con la decadencia y la dispersión de la civilización egipcia en la época helenística, las capacidades del alumnado pudieron haber sido inferiores a lo deseable. Incluso la antiquísima diseminación de la sabiduría egipcia en la mente griega también pudo haber alcanzado un grado febril en los primeros siglos después de Cristo.
Interior del templo de Dendera |
En esta atmósfera, los
estudiantes griegos bien podrían haber estado peleándose por cada último trozo
del conocimiento que pudieran conseguir, y escribiendo algunas notas bastante
inconexas sobre lo que los profesores-sacerdotes les estaban explicando.
Si los presuntos “originales griegos” fueron notas de aula, no excesivamente claras en primera instancia, y luego fueron traducidas del griego al copto por escribas que apenas entendían lo que estaban leyendo, esto explicaría la naturaleza alarmantemente caótica y contradictoria de estos textos. La Biblioteca de Nag Hammadi es un tesoro espiritual de la Humanidad, y es también una maraña confusa y mutilada.
Si los presuntos “originales griegos” fueron notas de aula, no excesivamente claras en primera instancia, y luego fueron traducidas del griego al copto por escribas que apenas entendían lo que estaban leyendo, esto explicaría la naturaleza alarmantemente caótica y contradictoria de estos textos. La Biblioteca de Nag Hammadi es un tesoro espiritual de la Humanidad, y es también una maraña confusa y mutilada.
Lugar de nacimiento de Isis
Vista de Luxor |
Dentro de un perímetro de unos 30 kilómetros está el Valle de los Reyes, el emplazamiento de la tumba de Tutankamón y otros faraones, aproximadamente unos cuarenta según Estrabón, un historiador griego de la época de Augusto (25 a. C.). Hoy en día, una media docena de tumbas son accesibles a los visitantes, y hay mucho más para encantar el ojo y arrobar la mente: el magnífico templo de Hatshepsut en Deir Al-Bahari, el Ramasseum con su coloso despedazado como un titán que cayó a la Tierra, los largos santuarios mortuorios de Seti I y Rameses III, IV y IX, las tumbas de muchos nobles, el templo tardío de Ptolomeo V en Deir el-Medina, los colosos gemelos de Memnón... Todo esto está en la ribera Oeste, mientras que en la orilla del Este se extienden los majestuosos terrenos de Karnak y el templo de Luxor, llamado “el Libro del Génesis en piedra” por el egiptólogo disidente Schwaller de Lubicz.
Exterior del templo de Hathor en Dendera |
No queda nada que ver ahora de la
antigua maravilla que debió haber coronado este lugar, y sólo el serpenteante
susurro del viento del desierto alude a su misterio. Aquí los pasadizos
secretos que esperan ser descubiertos están escondidos dentro del que busca, no
en el lugar. Aquí yace el turbulento vórtice de ruinas invisibles.
Una red antigua
Un manual medieval elaborado por el ficticio guía turístico Ladâmes el Grande,
describe el paisaje donde se descubrió la biblioteca gnóstica:
“Verás, hacia el Noroeste, siete tumbas establecidas en el lado del valle: cuatro juntas, luego dos juntas, y luego la última aislada. Cava en esta última, a la profundidad de un qamah: encontrarás el cadáver, y junto a él todas sus posesiones. Verás también algunos elevados promontorios alrededor de este mismo cementerio hacia el lado del Este. Entre estos promontorios hay cinco grandes tumbas, cada una con una piedra en la cabeza y otra piedra en los pies, ambas puestas en la arena. Levanta la lápida y cava...”
Ladâmes obviamente tuvo la
intención de abrir el apetito de los buscadores de tesoros tangibles, de
botines que podían ser transportados lejos y vendidos. Cuando escribió esto,
alrededor del 1.200 d. C., el tesoro intangible de Nag Hammadi había estado
perdido durante 800 años. Él pudo no haber tenido ninguna noción de su
existencia, ni tampoco le hubiera interesado. No consistía ni en príncipes embalsamados
ni en sus brillantes joyas. No formaba parte de ningún grandioso santuario
presentado en proporciones sagradas y alineado con las estrellas circundantes.
Nunca fue un objetivo de los saqueadores de tumbas en busca de riquezas
rápidas. Fue finalmente descubierto, después de otros 800 años, por un par de
campesinos beduinos que buscaban un abono natural llamado sebaj.
El hallazgo tuvo lugar en la
primera semana de diciembre de 1945, pero los trece códices de descascarados
papiros no llamaron la atención de los eruditos capaces de evaluar su
relevancia sino hasta el verano de 1947. El lugar preciso carece de marcas y es
poco notorio para el ojo humano, que se cansa rápidamente de los blanquecinos e
inhóspitos acantilados. Son la escasa evidencia visible de vastas ruinas
invisibles. Estos libros encontrados allí son significativos no simplemente por
su contenido sino más aún por su valor simbólico.
Paisaje de las cuevas de Jabal-al-Tarif |
Confusa y fragmentaria como es, la Biblioteca de Nag
Hammadi es la evidencia existente primaria de un sistema educativo perdido
dedicado a la dirección espiritual de la Humanidad. En Nag Hammadi las ruinas
de los Misterios son sólo accesibles para el ojo de la imaginación, la facultad
que construyó la visión. Su presencia puede agitar el corazón con una angustia
de pérdida inexplicable, pues cuando murieron los Misterios se hizo añicos el
gran experimento visionario guiado por la Humanidad a través de los milenios.
La sabiduría preservada en recintos sagrados como esta aldea desolada guió a
innumerables personas durante incalculables siglos. Finalmente, los maestros y
los administradores de las escuelas mistéricas fueron tachados de herejes,
perseguidos y asesinados. No murieron por sus pecados, sino por lo que sabían.
Hoy hablamos informalmente de redes que unen lugares físicos dedicados a un objetivo o actividad común. Todos los estadios de fútbol en el mundo forman una red dedicada a un solo deporte. Todos los laboratorios bioquímicos que trabajan para descifrar el genoma humano forman una sola red integrada. En Inglaterra, las impresionantes estructuras –existentes desde hace mucho tiempo– de Oxford y Cambridge son pruebas visibles de la red de universidades británicas, que abarcan todos los campus del país. El conjunto total de los campus es mayor que cualquier unidad sola. Una red compuesta de componentes visibles es en sí misma invisible.
Los templos de Egipto fueron escuelas de iniciación |
Dado que las referencias
históricas de los Misterios se derivan casi exclusivamente de la época en que
estaban siendo eliminados, los estudiosos han fomentado la impresión de que las
religiones de Misterios consistían en unos pocos y dispersos centros de culto
más que una organización enorme que circunscribía al mundo antiguo. Pero los
restos arquitectónicos en Egipto y en otras partes dan testimonio del enorme
alcance de las religiones mistéricas. Incluso las diatribas de los Padres de la
Iglesia, que se enfurecieron contra la sabiduría pagana, atestiguan
involuntariamente la extendida organización transcultural de los cultos de
Misterios.
El Philosophumena (o
“Refutación de Todas las Herejías”, c. 230 d. C.), atribuido a Hipólito de
Roma, es una enciclopedia que describe a los gnósticos al lado de druidas,
brahmanes y una variedad de otros religiosos exóticos. Los historiadores hoy
saben que los druidas eran endémicos en la cultura celta que se extendía desde
las lejanas islas occidentales de Escocia e Irlanda hasta lo profundo del Asia
Menor. Los brahmanes de India eran conocidos en Alejandría, como lo fueron los
monjes budistas, cuyas peregrinaciones por Egipto y Palestina están registradas
en los anales del rey Asoka, de la dinastía mauria (gobernó entre 269 y 232 a. C.).
Una tablilla de piedra en Girnur en Gujarat declara el objetivo de Asoka de
extender el budismo a través del valle entero del Nilo.
C. W. King (Gnostics and Their
Remains) observa el parecido cercano entre la disciplina budista y la
esenia, y cita el testimonio del historiador judío Josefo de que los centros
esenios de culto en el Mar Muerto habían existido durante “miles de años” antes
de su época. Los colegios gnósticos pertenecieron a esta gran organización
milenaria de sabiduría nacida en Asia; sin embargo, “la regla observada por
todos los posteriores historiadores del gnosticismo consiste en representarlo
como una mera falsa herencia y corrupción del cristianismo.”
Intolerancia cristiana
Las escuelas mistéricas constituían una amplia red de colegios eclécticos y
multidisciplinarios que compartían un lenguaje universal de sabiduría
esotérica. Los brahmanes, druidas, budistas, gnósticos, esenios y muchos otros
habrían sido capaces de comunicarse íntimamente unos con otros, a pesar de las
diferencias culturales, lingüísticas y raciales. El fundamento común de los
Misterios se sabía que había sido el culto asiático de la Gran Diosa, la Magna
Mater.
Manuscritos gnósticos de Nag Hammadi |
En el Segundo Tratado del Gran
Set (NHL VII, 2), un maestro gnóstico habla con franqueza de su grave
situación y de la clase de conducta que estaban afrontando:
“Nosotros fuimos odiados y perseguidos, no sólo por aquellos que simplemente son incapaces de entendernos, sino también por aquellos que piensan que están contribuyendo al crecimiento del nombre de Cristo, aunque sin darse cuenta estuvieran vacíos, ignorantes de quiénes son, como animales mudos... Persiguieron a aquellos que han sido liberados por mí, porque los odian; esos que, si cerrasen sus bocas, llorarían con gemidos inútiles porque no me conocen. En cambio, sirvieron a dos amos, incluso a una multitud. Pero llegarán a ser victoriosos en todo, en guerras y batallas, en la división por celos y la ira... habiendo proclamado la doctrina de un hombre muerto y otras mentiras para parecerse a la libertad y a la pureza de la congregación perfecta. Y así, uniendo en su doctrina de temor y esclavitud las necesidades mundanas y el abandono del respeto profundo, siendo insignificantes e ignorantes, no pueden albergar la nobleza de la verdad, ya que ellos odian lo que son y aman lo que no son.”
Imagen de Jesucristo |
Sin embargo, los perseguidores prevalecerán, predice el maestro, porque ellos usan la guerra y la violencia para conseguir sus objetivos. Significativamente, fomentan “la división por celos y la ira”. En términos gnósticos, este lenguaje se refiere a la actitud de Yahvé, la deidad colérica, identificada por los gnósticos como el jefe supremo de los Arcontes, los alienígenas o la especie extraterrestre que intenta desviar a la Humanidad de su curso apropiado de evolución. Los gnósticos vieron el poder de los Arcontes detrás de la ideología y la política cristianas. Aunque “su doctrina de temor y esclavitud” sea ridícula, es eficaz, porque los Arcontes pueden ejercer un efecto insinuante en nuestras mentes, un tipo de malévola telepatía inter-especies, se podría decir. Obligados por un proceso de pensamiento distorsionado por los Arcontes, los primeros ideólogos cristianos imitaron los Misterios de los hijos de la luz e hicieron pasar mentiras por verdades. El complejo del redentor cristiano impone “la doctrina de un hombre muerto” en lugar de la gnosis de la vida eterna.
En opinión de la última generación de gnósticos, los conversos al cristianismo eran seres humanos invertidos, al odiar lo que son y amar lo que no son. Para la mente gnóstica, la hipocresía final es la traición de la inteligencia divina que está en la Humanidad y la adopción de una ideología basada en el error.
La actitud pagana de la tolerancia se infiltró en las escuelas mistéricas, aun cuando las Escuelas mantuvieron criterios estrictos para la admisión, e impusieron un voto de secreto que parece que casi nunca fue transgredido. El contraste con la evangelización cristiana no podía ser más dramático. En The Mystery Religions, S. Angus observa: “En materia de intolerancia, el cristianismo se diferenciaba de todas las religiones paganas, y superaba al judaísmo; en este sentido, estuvo en directa oposición al espíritu de la época.”
Se han dado muchas explicaciones
para dilucidar por qué el cristianismo prevaleció sobre los Misterios, pero
sería negligente no aplicar el sentido común: la intolerancia usualmente
prevalece sobre la tolerancia porque la tolerancia –por definición– permite que
aquella actúe así; y si no es así, la intolerancia prevalecerá por la fuerza,
si es necesario. Los Misterios no murieron por causas naturales. Fueron
activamente suprimidos y, dondequiera que fue posible, suprimida su raíz y sus
ramas.
dios pagano (Mercurio) |
¿Qué posición sostuvo el
gnosticismo en el foro abierto de las escuelas mistéricas? Tal posición debió
haber sido central y crucial para la red entera de algún modo, porque las
enseñanzas gnósticas fueron el objetivo número uno a erradicar por parte de los
misioneros e ideólogos cristianos. La palabra gnosis es griega, y con
mucho, la más convincente prueba de que los Misterios provienen de la cultura
greco-romana. Esto ha conducido a la impresión de que la gnosis estuvo
confinada a un pequeño entorno cultural y geográfico en Oriente Medio y Egipto.
Considerando lo que sabemos ahora acerca de las enseñanzas de los gnósticos, es procedente asumir que –en su trabajo en las escuelas mistéricas– proporcionaron un conocimiento especial sobre fenómenos extraños y paranormales. O sea, eran maestros en ciencias noéticas[2] y en parapsicología. En este sentido, son comparables a los sofisticados chamanes de otras partes de la antigua Europa, así como de Asia. Los budistas de Nalanda en la India y los druidas del país de Gales pueden haber estado cultural y geográficamente separados, pero espiritualmente habrían estado implicados en actividades paralelas. Merlín, que quizás vivió en el siglo VII, tiene equivalentes exactos en sabios tibetanos como Naropa y Milarepa. No hay ninguna razón para excluir a los gnósticos de este cuadro, y de hecho toda la evidencia disponible los señala desempeñando un papel de esta clase en el marco cultural y religioso de su tiempo.
Considerando lo que sabemos ahora acerca de las enseñanzas de los gnósticos, es procedente asumir que –en su trabajo en las escuelas mistéricas– proporcionaron un conocimiento especial sobre fenómenos extraños y paranormales. O sea, eran maestros en ciencias noéticas[2] y en parapsicología. En este sentido, son comparables a los sofisticados chamanes de otras partes de la antigua Europa, así como de Asia. Los budistas de Nalanda en la India y los druidas del país de Gales pueden haber estado cultural y geográficamente separados, pero espiritualmente habrían estado implicados en actividades paralelas. Merlín, que quizás vivió en el siglo VII, tiene equivalentes exactos en sabios tibetanos como Naropa y Milarepa. No hay ninguna razón para excluir a los gnósticos de este cuadro, y de hecho toda la evidencia disponible los señala desempeñando un papel de esta clase en el marco cultural y religioso de su tiempo.
Los gnósticos, preocupados por el descubrimiento de la influencia de los
Arcontes, podrían haber dialogado abiertamente sobre hechizos mágicos y zonas
planetarias con los sabios visitantes llegados desde los confines del
continente o de la India. Las distancias geográficas no pueden ser vistas como
disuasorias, pues los viajes en la Antigüedad eran mucho más comunes y
extendidos que lo que se ha supuesto. Hasta muy recientemente era imposible
deducir de la narrativa histórica cómo la red de las escuelas mistéricas pudo
haber proporcionado el contexto para la diseminación intercultural. El
gnosticismo ya no puede ser identificado exclusivamente con unos pocos cultos
dispersos en Asia Menor y Egipto. El final de los Misterios se llevó a efecto
mucho más allá de las áridas laderas de Nag Hammadi. Implicó el colapso de una
vasta y bien tejida organización dedicada a la guía espiritual de la Humanidad.
Una religión diabólica
Hacia el tiempo en que fueron escondidos los manuscritos de Nag Hammadi,
Agustín de Hipona, uno de los padres fundadores de la fe cristiana, estableció
la política de la Iglesia para la apropiación sistemática de los lugares y los monumentos
anteriormente ocupados por el sistema de universidades de los Misterios:
“Cuando los templos, ídolos, arboledas, etc., son derribados con el permiso de las autoridades –a pesar de que nuestra participación en este trabajo es una clara prueba de que no honramos, sino que más bien detestamos estas cosas– debemos abstenernos sin embargo de apropiárnoslos para nuestro propio uso personal y privado, de manera que sea manifiesto que al derribar estas cosas estamos influidos no por la avaricia sino por la piedad. Cuando, sin embargo, los despojos de estos lugares son destinados al beneficio de la comunidad y dedicados al servicio de Dios, son tratados de la misma manera que los hombres mismos cuando se convierten de la impiedad y el sacrilegio a la religión verdadera.”
Cruz copta |
Para asegurar el monopolio sobre Dios,
era necesario legitimar el derrocamiento y la apropiación de la sabiduría
pagana. Para derrotar a la verdad, ésta tiene que ser diabolizada. Aquello que
es “distinto” debe ser derrotado mediante una apropiación cultural
(cooptación). En este sentido, el cristianismo puede ser designado como una
religión adversativa o diabólica, de dia-bolos (bolos, arrojar; dia,
en contra). No prevalece por lo que ofrece sino más bien por aquello que
derrota. El cristianismo es único en este respecto, aunque éste no sea
ciertamente el modo en que se apreciaría su singularidad por el mundo en
general. Desde su creación, el cristianismo exhibió una capacidad especial para
doblegar a todo lo que le fuera diferente. Se define a sí mismo por aquello a
lo que se opone. Incapaz de tolerar la coexistencia, debe destruir
completamente. La historia de la Iglesia demuestra este patrón de usurpación
totalitaria.
En la visión gnóstica, tipificada por el autor del Segundo Tratado, la ira, la división, la imitación (cooptación) y la esclavización del espíritu humano –características obvias del imperialismo cristiano– son síntomas de los extremadamente perversos efectos de los Arcontes. Por supuesto, los humanos son capaces de este tipo de comportamiento por sí mismos; pero también pueden comprender lo que hacen y corregirlo, desistiendo así del daño. Cuando la acción se desborda y escapa a la rectificación, es debido a la influencia arcóntica. Así pensaban los gnósticos.
En la visión gnóstica, tipificada por el autor del Segundo Tratado, la ira, la división, la imitación (cooptación) y la esclavización del espíritu humano –características obvias del imperialismo cristiano– son síntomas de los extremadamente perversos efectos de los Arcontes. Por supuesto, los humanos son capaces de este tipo de comportamiento por sí mismos; pero también pueden comprender lo que hacen y corregirlo, desistiendo así del daño. Cuando la acción se desborda y escapa a la rectificación, es debido a la influencia arcóntica. Así pensaban los gnósticos.
La cooptación –esto es, tomar algo desde su ámbito original y adaptarlo o
distorsionarlo para objetivos para los cuales no estaba destinado a servir– es
una eficaz técnica adversativa, usada a menudo en los conflictos legales.
Usualmente, el acusador tomará un asunto o incidente presentado por la defensa
y lo convertirá en “evidencia irrefutable” contra el acusado. En un caso de
violación, por ejemplo, la conducta o el estilo de vida de la mujer víctima,
que de ninguna manera invita a la violación, pueden ser cooptados por la
defensa del violador, de modo que parezca que “ella lo estaba pidiendo”, y sólo
más tarde, después del hecho, ella decidió verlo como violación. Tales
cuestiones son abundantes en el mundo moderno, y ciertamente nos ponen enfermos sólo con oirlas.
Pero es precisamente la táctica de la distorsión adversativa la que define las guerras contra la herejía emprendidas por los primeros cristianos contra los gnósticos, en particular, y las escuelas mistéricas, en general. La contrainteligencia gnóstica se enfocó en los poderes anormales de los Arcontes. Inspirados por la envidia, trabajan mediante la imitación; sobre este punto, las escrituras gnósticas son unánimes. Siendo esto así, las ondas expansivas debieron haber resonado a través de los pasillos de los templos de las Escuelas Mistéricas cuando los primeros cristianos cazadores de herejías acusaron a los gnósticos de imitar los sacramentos cristianos. Justino Mártir (siglo II), el primer representante registrado de los agresivos heresiarcas, acusó a los gnósticos de robar descaradamente textos de la Biblia. Un siglo más tarde, Hipólito afirmó que todo lo que se encuentra en las escrituras gnósticas fue plagiado de fuentes antiguas. Al decir esto, involuntariamente dio fe de las antiguas raíces pre-cristianas del gnosticismo, pero su comentario no fue interpretado de esa manera. Se quiso entender que las doctrinas cristianas, dadas por Dios, debían proceder de antes del tiempo de la creación, y que estas antiguas enseñanzas eran las que los gnósticos imitaban.
Tertuliano, que escribe alrededor
del 200 d. C., argumentó que “El Diablo, cuyo negocio es pervertir la verdad,
imita las circunstancias exactas de los sacramentos divinos, en los Misterios
de los ídolos. Él mismo bautiza a algunos, es decir, a sus creyentes y
seguidores a los que promete el perdón de los pecados desde la Fuente Sagrada,
y los inicia por lo tanto en la religión de Mitra. Así marca en la frente a sus
propios soldados; allí celebra la ofrenda del pan; trae el símbolo de la
Resurrección y gana la corona con la espada.”
Este argumento logra dos cosas a la vez: establece la apropiación (cooptación) de los sacramentos mitraicos en las ceremonias cristianas y encubre el hecho afirmando que el Diablo –a menudo identificado como el autor de las enseñanzas gnósticas– estaba imitando los ritos cristianos cuando introdujo la liturgia mitraica. El cristianismo no está secuestrando la religión mitraica, como tan evidentemente parece ser el caso, sino que simplemente ¡está retomando lo que originalmente le perteneció! La expropiación, identificada con una alta especificidad en el caso del mitraísmo, era una política general aplicada a las escuelas mistéricas, e incluso a ciertas enseñanzas gnósticas, en la medida en que los cristianos tenían acceso a ellos. Armado con la lógica de Tertuliano, el cristianismo robó extensa y desvergonzadamente de las religiones paganas.
Pero es precisamente la táctica de la distorsión adversativa la que define las guerras contra la herejía emprendidas por los primeros cristianos contra los gnósticos, en particular, y las escuelas mistéricas, en general. La contrainteligencia gnóstica se enfocó en los poderes anormales de los Arcontes. Inspirados por la envidia, trabajan mediante la imitación; sobre este punto, las escrituras gnósticas son unánimes. Siendo esto así, las ondas expansivas debieron haber resonado a través de los pasillos de los templos de las Escuelas Mistéricas cuando los primeros cristianos cazadores de herejías acusaron a los gnósticos de imitar los sacramentos cristianos. Justino Mártir (siglo II), el primer representante registrado de los agresivos heresiarcas, acusó a los gnósticos de robar descaradamente textos de la Biblia. Un siglo más tarde, Hipólito afirmó que todo lo que se encuentra en las escrituras gnósticas fue plagiado de fuentes antiguas. Al decir esto, involuntariamente dio fe de las antiguas raíces pre-cristianas del gnosticismo, pero su comentario no fue interpretado de esa manera. Se quiso entender que las doctrinas cristianas, dadas por Dios, debían proceder de antes del tiempo de la creación, y que estas antiguas enseñanzas eran las que los gnósticos imitaban.
Tertuliano |
Este argumento logra dos cosas a la vez: establece la apropiación (cooptación) de los sacramentos mitraicos en las ceremonias cristianas y encubre el hecho afirmando que el Diablo –a menudo identificado como el autor de las enseñanzas gnósticas– estaba imitando los ritos cristianos cuando introdujo la liturgia mitraica. El cristianismo no está secuestrando la religión mitraica, como tan evidentemente parece ser el caso, sino que simplemente ¡está retomando lo que originalmente le perteneció! La expropiación, identificada con una alta especificidad en el caso del mitraísmo, era una política general aplicada a las escuelas mistéricas, e incluso a ciertas enseñanzas gnósticas, en la medida en que los cristianos tenían acceso a ellos. Armado con la lógica de Tertuliano, el cristianismo robó extensa y desvergonzadamente de las religiones paganas.
El secuestro de la religión pagana era tan obvio para la gente de ese tiempo –y
no sólo para los teólogos, sino para la gente corriente de sentido común que
estaba familiarizada con la religión pagana– que Tertuliano tuvo que reelaborar
su argumento de un modo tortuoso. Él cita el poder de la imitación como la
obra del Diablo. Con una astuta tergiversación, defiende su religión contra
la acusación gnóstica de que los Arcontes, que sólo pueden imitar, estaban
trabajando detrás de la fachada de la ideología de la Redención.
Tertuliano ofrece la fantástica explicación de que Satán evocó los sacramentos antes de que Cristo tuviera la posibilidad de encarnar y experimentar la Pasión, Crucifixión y Resurrección, proporcionando con ello los dramáticos precedentes sobre los cuales los sacramentos se basarían: así, “el Diablo imita las circunstancias exactas de los sacramentos divinos”. Ésta es una clave gnóstica, o al menos sería tomada por un gnóstico como una clave, ya que esto alude a la influencia mimética de los poderes alienígenas, los “seres de la semejanza”.
El hecho de que los primeros ideólogos cristianos se hubieran apropiado de sitios y ritos paganos y los renombraran como cristianos es un tedioso cliché en la historia de la religión. Hoy, por todo el mundo, las iglesias católicas se levantan en los emplazamientos de los antiguos santuarios paganos. La catedral de Chartres, por ejemplo, está construida sobre una gruta pre-cristiana dedicada a la Virgen Negra, una versión de la gnóstica Sofía. Literalmente se podrían dar miles de ejemplos similares, pero nos aburrimos demasiado fácilmente... La inefable luz de la gnosis alimenta cada vela que se enciende a los santos cristianos.
Una maldición sobre el aprendizaje
Estatua de Mitra |
Los convertidos al cristianismo en los cinco primeros siglos de nuestra era estuvieron dedicados a una campaña de “purga intelectual”. Su objetivo general eran los intelectuales paganos de aquella época, muchos de los cuales eran prominentes gnósticos, maestros y formadores vinculados a las escuelas mistéricas. Y dado que el conocimiento y el aprendizaje eran sagrados en el gnosticismo, los libros y las bibliotecas de las escuelas mistéricas fueron los principales objetivos para el holocausto intelectual.
La alfabetización era una cuestión importante en las guerras contra la herejía.
Muchos conversos al cristianismo eran esclavos que no podían leer o escribir. Los
pocos que sí podían leer se dedicaron a establecer un canon de textos
aceptables, es decir, de escrituras ortodoxas. Extraño como ahora pudiera
parecer, defendieron la ortodoxia contra la herejía incluso antes de que el propio
canon se hubiera establecido. El fundamentalismo cristiano, desde Oklahoma City
al Vaticano, custodia la Sagrada Escritura como un monopolio sobre la
primogenitura espiritual de la Humanidad. Para incontables millones de personas
a través de los siglos la Biblia ha sido el único texto autorizado de la
espiritualidad, pero los gnósticos tenían miles de textos sagrados. Sus
escrituras eran su riqueza, un hecho que enfureció a los primeros Padres de la
Iglesia, que se opusieron a ellos.
San Agustín de Hipona |
En las palabras “incluso acerca de los elementos de este mundo nuestro”, Agustín ciertamente alude a las enseñanzas gnósticas sobre el desviado sistema del mundo. En esa época, la sugerencia de que el dios creador pudiera ser un monstruoso alienígena había sido sepultada detrás de un potente tabú.
Cuando las escuelas mistéricas se cerraron, los gnósticos ya no tenían un
ambiente seguro donde pudieran escribir, enseñar y conferir la iniciación. El
aprendizaje preparatorio y la transmisión (paradosis) que tuvo lugar en
el ámbito de los Misterios, así como el concienzudo y exacto conocimiento
requerido para la continuación de la antiquísima formación, fueron
interrumpidos para nunca más ser restaurados[3].
Con la supresión de la gnosis, la detección de los poderes arcónticos que
funcionan dentro de la mentalidad cristiana se hizo cada vez más difícil. ¿Qué
mejor manera de asegurar el triunfo de la ideología de la salvación, influida
por los Arcontes, que eliminar a los altamente expertos videntes que eran
excepcionalmente capaces de detectarla y denunciarla?
El conocimiento no ordinario, la síntesis de los especializados conocimientos gnósticos, ha llegado a ser extremadamente difícil de adquirir desde que murieron los Misterios. Incluso el conocimiento corriente se extinguió en la Edad Media. El foro abierto de las escuelas mistéricas había proporcionado la inspiración ética y cultural a todo el mundo circundante en la Antigüedad. El orador romano Cicerón certificó que “en realidad hemos aprendido de ellas los fundamentos de la vida”. No es de extrañar que su destrucción tuviera tal costo para el espíritu humano.
Cuando el cristianismo subió al poder, el mundo clásico se convirtió en una tierra espiritualmente baldía. Milenios de aprendizaje murieron en la viña. La demolición completa de la literatura pagana estaba ya estaba muy avanzada en la época de Agustín. Un siglo o dos más tarde, cuando ya no quedaban más bibliotecas que destruir, Europa se sumergió en la Edad Oscura, llevándose el mundo luminoso de los Misterios con ella hacia el olvido.
El conocimiento no ordinario, la síntesis de los especializados conocimientos gnósticos, ha llegado a ser extremadamente difícil de adquirir desde que murieron los Misterios. Incluso el conocimiento corriente se extinguió en la Edad Media. El foro abierto de las escuelas mistéricas había proporcionado la inspiración ética y cultural a todo el mundo circundante en la Antigüedad. El orador romano Cicerón certificó que “en realidad hemos aprendido de ellas los fundamentos de la vida”. No es de extrañar que su destrucción tuviera tal costo para el espíritu humano.
Cuando el cristianismo subió al poder, el mundo clásico se convirtió en una tierra espiritualmente baldía. Milenios de aprendizaje murieron en la viña. La demolición completa de la literatura pagana estaba ya estaba muy avanzada en la época de Agustín. Un siglo o dos más tarde, cuando ya no quedaban más bibliotecas que destruir, Europa se sumergió en la Edad Oscura, llevándose el mundo luminoso de los Misterios con ella hacia el olvido.
© John L. Lash 2005
Fuente:
http://www.bibliotecapleyades.net/mistic/mistic_31.htm
Fuente original: www.metahistory.org
Fuente imágenes: Wikimedia
Commons / archivo del autor
5 comentarios:
Los antiguos gnosticos,estarían relacionados con el no dualísmo como el Advaíta Vedanta?o no tienen nada que ver? Gracias.
Apreciado Ismael,
Gracias por el comentario. No estoy suficientemente versado en el gnosticismo como para darte una respuesta segura. Conozco por encima ese concepto hinduista de la no dualidad y creo que podría tener conexiones con el gnosticismo, dado que, como dice el artículo, esos saberes de los Misterios estaban interrelacionados desde muy antiguo. De hecho, todos ellos estaban orientados al conocimiento espiritual y no a una religión "estructurada", tal y como las conocemos hoy en día. De todas formas, miraré de investigar esta cuestión y ofrecerte una explicación lo más ajustada posible a tu pregunta.
Saludos,
X.
La persecución de cualquier alternativa, por parte de la religión institucionalizada es innegable durante casi toda la historia humana, pero no estoy de acuerdo en como habla sobre las escuelas de misterios, como si fueran algo extinguido, ni siquiera creo que haya menos interesados en ellas que en otro tiempo.
Siempre se han mantenido ocultas y siempre han manejado los mismos conocimientos.
Las diferentes "versiones" orientales, occidentales, etc. solo se adaptan a la mentalidad de aquellos a los que va dirigida, pero los conceptos son los mismos, porque al fin y al cabo se trata de estereotipos que son presentados en el "idioma" correspondiente, la traducción es siempre la misma.
Por cierto, creo que de lo que menos se habla aquí es de los códices. ;-)
Un saludo.
Gracias por el comentario piedra
Creo que Lash se refiere a que el conocimiento gnóstico estaba mucho más abierto en el remoto pasado y que las religiones institucionalizadas hicieron todo lo posible por ocultar, marginar o perseguir las escuelas mistéricas. Pero es evidente que no desaparecieron del todo, sino que quedaron sepultadas en una especie de clandestinidad y así no es de extrañar que nacieran las sociedades secretas que se reservaban los saberes superiores para ellos. Otra cosa, como ya sabrás, es qué hacer con ese conocimiento, pues igual se puede usar para el bien como para el mal, pero ahí entraríamos en otro debate.
En cuanto al contenido de los códices, es verdad que Lash apenas se mete en el tema. Lo que trata de destacar más que nada es la apropiación o manipulación de esos saberes por parte oficial. Pero desde luego sería muy interesante entrar en el tema de los Arcontes o en el de los evangelios apócrifos. De hecho, en la entrevista a Lash en este mismo blog sí habla bastante más del contenido de los códices.
Saludos,
X.
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