martes, 22 de abril de 2014

Tom Lethbridge: una isla en medio del océano


Cuando hablamos de historia o arqueología alternativa casi siempre nos vienen a la mente las propuestas de ciertos autores independientes, que –si bien pueden tener estudios superiores o ser buenos profesionales en otra disciplina– prácticamente nunca son arqueólogos o historiadores “de carrera”. No obstante, existen unas pocas personas licenciadas en historia o arqueología que han roto total o parcialmente sus lazos con el estamento oficial y que son prácticamente desconocidas para el gran público, entre otras razones porque o bien no han desarrollado una exitosa carrera literaria o bien han limitado sus actividades a círculos reducidos. Por otro lado, el hecho de pensar y actuar de forma atrevida en vez de plegarse a las directrices del paradigma imperante ha supuesto para la mayoría de estos científicos especialistas una situación de descrédito o marginación en sus círculos académicos.


Uno de estos llaneros solitarios, o isla en medio del océano académico, fue el arqueólogo británico Tom Lethbridge (1901-1971), al cual dedico este artículo a modo de homenaje para que su figura y su obra salgan un poco del relativo anonimato en que se encuentran actualmente, al menos en el entorno hispanoparlante (aunque de todos modos tampoco es precisamente popular en el ámbito anglosajón).



Thomas Charles Lethbridge nació en el seno de una familia acomodada de fuerte tradición militar. Después de recibir una sólida educación en el Wellington College, ingresó en la Universidad de Cambridge, donde empezó a interesarse por la arqueología. Una vez obtenida la licenciatura en esta materia comenzó una brillante carrera profesional en la arqueología local británica, alcanzando el puesto de conservador de antigüedades anglosajonas en el Museo Arqueológico de Cambridge. Durante esta etapa digamos convencional, Lethbridge participó en diversas excavaciones arqueológicas y escribió seis notables libros sobre la historia de Gran Bretaña. Sin embargo, llegado el año 1957, una investigación sobre unos geoglifos excavados sobre un terreno de creta[1] le hizo romper con el estamento académico hasta el punto de abandonar su cargo en el Museo de Cambridge y retirarse a Devon para dedicarse a otras investigaciones de tipo más bien heterodoxo. Esta postura le supuso el distanciamiento de sus colegas, pero Lethbridge asumió plenamente este desafío de ir por libre y plantear preguntas incómodas. De hecho, en la introducción de su libro The legend of the Sons of God escribió lo siguiente: «Vale la pena lanzar una piedra al estanque para ver qué se mueve en él».



Así pues, partir de ese momento, Lethbridge abandonó la ciencia tradicional y se sumergió en el pensamiento alternativo a la búsqueda de respuestas en varios ámbitos del conocimiento considerados pseudocientíficos, en particular los que incluían fenómenos sobrenaturales, paranormales o extrasensoriales. De hecho, se hizo un firme defensor de la parapsicología hasta el punto de escribir lo siguiente:


«Estoy seguro que, cuando se trabaje en ella adecuadamente, la parapsicología se convertirá en la más grande de todas las ciencias, y todas ellas estarán contenidas en ésta. No es un enmarañado acopio de supersticiones, sino un peldaño más alto en la escalera de la evolución. Después de todo, los que están investigando los seis sentidos deben aprender algo más que los que sólo conocen cinco. Tal vez no seamos investigadores brillantes y nuestras inferencias podrían ser erróneas, pero habiendo tenido que trabajar todo desde cero, es de destacar hasta dónde hemos llegado.»[2]



En su extenso trabajo en este campo (escribió ocho libros sobre estos temas, algunos de ellos publicados después de su muerte) se hizo un auténtico experto en el uso del péndulo y la vara de zahorí[3], llevando a cabo numerosos experimentos que le condujeron a  sorprendentes conclusiones sobre las energías naturales y la intervención de la mente en la propia observación de la naturaleza. Incluso, llegó a convencerse de que el péndulo permitía registrar una realidad más allá del mundo físico que podían captar nuestros sentidos; esto es, que existían dimensiones paralelas que coexisten con la nuestra pero que en condiciones normales no podemos apreciar. En este sentido, Lethbridge creía firmemente en una existencia tras la muerte física, pues según sus investigaciones la mente del hombre era inmortal y no dependía ni del espacio ni del tiempo, y lamentaba que la ciencia materialista y racionalista fuese incapaz de concebir una Tierra con múltiples capas o planos de existencia.



En lo que sería propiamente una aproximación a la historia o arqueología alternativa, Tom Lethbridge cuestionó abiertamente ciertas “verdades” del paradigma imperante, como la teoría de la evolución, a la cual veía como una imposición de cierta ciencia dogmática. Así, no dudó en denunciar el modo en que habían degenerado las teorías de Darwin:



«Nunca he temido ser un hereje. Dondequiera que he encontrado una teoría arqueológica citada como si fuera una ley, la he puesto en duda y a veces la he atacado. Nunca se pretendió que el darwinismo fuese más que una hipótesis de trabajo. Sin embargo fue conformada con tal fervor por sus defensores [...] y construida en directa oposición a la Iglesia, que se ha convertido en una especie de religión.»[4]



Según su punto de vista, el puro azar no podía explicar el desarrollo de la vasta complejidad de la vida y por tanto debía existir algún tipo de planificación, lo cual implicaba a su vez la existencia de un planificador. Ahora bien, a la hora de definir este planificador, no daba una respuesta directa, sino que sugería la posible existencia de una cadena de planificadores en orden ascendente hasta llegar a un planificador del universo entero.



También exploró terrenos tan heterodoxos como la teoría del antiguo astronauta, a partir de su incursión en la ufología. A este respecto, concretamente, no negaba la posibilidad de que hubiera seres inteligentes que se desplazaran por el Universo en naves espaciales, pero tenía muy presente otra opción, sugerida ya por otros autores, referente a una procedencia extradimensional de esos objetos, lo cual encajaba en su experimentación con el péndulo.



Todos estos temas fueron ampliamente abordados por Lethbridge en su libro póstumo The legend of the Sons of God, a Fantasy? (1972), desde un enfoque ciertamente heterodoxo. Esta obra, nacida de su interés por las figuras de los dioses en las culturas del pasado, planteaba la tesis de que las explicaciones habituales sobre las leyendas de dioses no iban en la dirección correcta. En su opinión, las referencias mitológicas sobre los hijos de Dios –que habían procreado con las hijas de los hombres– no encajaban en un marco antropomórfico o totémico, sino que apuntaban a la existencia real de una raza llamada “los hijos de Dios”. El problema radicaba, obviamente, en determinar qué o quiénes eran tales seres.



Lethbridge especuló sobre la identidad de esos dioses, que a veces parecían muy cercanos a los humanos en sus defectos y debilidades, y que habían protagonizado ciertas “guerras en los cielos”. Así, seguramente influido por el reciente realismo fantástico, sugirió que tal vez provenían de otro planeta y que poseían fantásticas máquinas voladoras. La intervención de estos seres en la Tierra se habría concretado en un proceso de hibridación y en un fuerte impulso a la civilización humana. Y finalmente, con el paso de los siglos, el recuerdo de su estancia se habría convertido en un relato mítico. Para Lethbridge, los hijos de los dioses habrían intentado mantener su pureza casándose con otros de su casta para convertirse en la élite dirigente. De hecho, poseían un conocimiento único –heredado de sus antepasados “venidos de los cielos”– que habrían conservado a lo largo de los siglos.



Sobre las referencias mitológicas a ciertos seres superiores (que Lethbridge denominó avatares, siguiendo la tradición hindú) que interactuaron con el hombre en calidad de iniciadores, él pensaba que no eran ninguna fantasía. En su opinión, estos seres –entre los cuales cita a Buda, Quetzalcóatl o Jesucristo– eran una especie de grandes maestros que vivían en unos niveles superiores de vibración y que descendían a unos niveles más bajos para ayudar a los humanos. Sin embargo, reconocía que la actual ciencia estaba muy lejos de explicar cómo se producía ese aumento o descenso de vibración.



En fin, a modo de resumen podemos afirmar que el trabajo realizado desde la trinchera alternativa por Tom Lethbridge –aún reconociendo que pudo contener muchas conjeturas con escaso fundamento– supone un notable ejemplo del espíritu científico que se atreve a explorar los terrenos que van más allá de las fronteras del paradigma del conocimiento. Para ello, Lethbridge tuvo que romper sus barreras mentales e institucionales a fin de sumergirse en un pensamiento libre, lúcido y audaz, en que sus intuiciones le permitieron abrir nuevas puertas para estudiar y comprender la realidad desde otros planos bien distintos de los establecidos por el estamento académico.



© Xavier Bartlett 2014


Referencias




GRAVES, T.; HOULT, J. (ed.). The essential T.C. Lethbridge. Routledge. London, 1980.

SHEPPERD, W. The World of T. C. Lethbridge. A cesc publication. (2009)





[1] Las conclusiones y especulaciones sobre este yacimiento (que se plasmaron en su libro titulado Gogmagog: The Buried Gods; “Gogmagog: los dioses enterrados”) apenas eran aceptables según los patrones académicos.

[2] LETHBRIDGE, T. The Monkey's Tail - a study in evolution & parapsychology (1969)

[3] Lethbridge, recuperando su experiencia arqueológica, usó este artefacto para localizar objetos enterrados en excavaciones arqueológicas.


[4] GRAVES, T.; HOULT, J. (ed.). The essential T.C. Lethbridge. Routledge. London, 1980.

jueves, 17 de abril de 2014

Los Textos de la Gran Pirámide


El siguiente artículo es la traducción del original "The Great Pyramid Texts" que figura en la página web www.pyramidtexts.com del fallecido investigador Clesson H. Harvey (1925-2012), al cual rindo homenaje por haber aportado una audaz visión del Antiguo Egipto en una clave completamente revolucionaria que conecta el remoto pasado egipcio no con un mundo primitivo y supersticioso, sino todo lo contrario: un mundo muy superior al nuestro en términos de conciencia. Si no estoy equivocado, este es el primer documento de Clesson Harvey que se difunde en lengua española. Aparte del material disponible en Internet, existen dos libros de Harvey en lengua inglesa, uno de ellos dedicado exclusivamente a los Textos de las Pirámides (véase mi artículo anterior "Visiones alternativas de los Textos de las Pirámides" en este mismo blog).




Pirámide de Unis
En la meseta desértica de Saqqara, a 16 kilómetros al sudeste de la Gran Pirámide, se alza desde hace unos 42 siglos un particular conjunto de cinco pirámides muy similares. Estas pirámides están repletas de más de 4.000 columnas de jeroglíficos, incisos sobre las sólidas paredes de piedra. Pero, ¿por qué estos “Textos de la Pirámides” aparecen súbitamente, la mayor parte de ellos en la pirámide la V dinastía de Unis y en las pirámides de la VI dinastía de Teti, Pepi I, Merenre y Pepi II?

Creo que lo sigue puede proporcionar una explicación, porque los egiptólogos simplemente lo ignoran. ¿Y quién es este extraño rey Unis, cuyo nombre significa  “aquel que es como uno cuyo ojo espiritual está abierto”? Todos estos reyes creían que su “Ojo del Alma” era real y accesible. De hecho, a diferencia de los egiptólogos hoy día, ellos al parecer asumían que su Udjat “Ojo de Heru [Horus]” era el fundamento de todo su lenguaje jeroglífico y que como tal proveía el indispensable contexto para entender todos los Textos de la Pirámides.

Es comparativamente fácil demostrar que los escritos en las cinco pirámides están claramente distribuidos en cuatro localizaciones que corresponden, en equivalente disposición, al corredor de entrada de la Gran Pirámide, a la Cámara de la Reina, a la Gran Galería y a la Cámara del Rey. Evidentemente, los cinco faraones deseaban tener una especie de registro estenográfico de las palabras que debían haber sido pronunciadas incontables veces en cada lugar de la Gran Pirámide, en cada una de las diferentes direcciones.

Los egiptólogos son aficionados a decir que la Gran Pirámide es muda, sin jeroglíficos tallados en las paredes. Pero esto no es del todo cierto. Cada pasaje superior, cámara, galería y conducto dentro de la Gran Pirámide de Guiza es un jeroglífico megalítico, increíblemente antiguo e inconfundible, de las palabras seba y rut, “Puerta de la estrella espiritualizadora”[1] y “Puerta de apertura del túnel”. Estas palabras están reproducidas inconfundiblemente en los Textos de las Pirámides de Saqqara. Los egiptólogos deberían haber descubierto para el mundo estos jeroglíficos arquitectónicos hace ya mucho tiempo; ello habría eliminado mucha especulación innecesaria sobre la Gran Pirámide.

A los egiptólogos también les gusta imaginar que ya han traducido los Textos de las Pirámides, pero incluso esto no es ni remotamente verdad. Ya en el primer tercio del siglo XX, el gran académico alemán Kurt Sethe estaba decidido a descartar las primeras 212 declaraciones de los Textos de las Pirámides porque suponía que eran “mayormente fórmulas rituales”. Estos textos, la mayoría no rituales, cubrían del todo las paredes norte de las Cámaras del Rey de Saqqara, con el Ojo de Heru escrito hasta 80 veces, donde había sobrevivido. En 1969, R. O. Faulkner publicó el último intento de traducción de los Textos de las Pirámides, pero los egiptólogos todavía creen que esas escrituras de las paredes norte no son más que “rituales de ofrenda”.



Textos de la pirámide de Unis
Están equivocados en ambos conceptos. Estos textos no son ni “ofrendas” ni “rituales”. La idea de la ofrenda pende precariamente del supuesto significado de la frase de imperativo Me-en-ek, como “Toma por ti mismo (el Ojo de Heru)” cuando también podría significar un arcaico “Ve por ti mismo (el Ojo de Heru)”, en cuyo caso no habría ninguna ofrenda en los textos casi exclusivamente no rituales de la pared. Los pocos textos que realmente son rituales están divididos entre sí por 390 líneas de separación, inequívocamente esculpidas en la sólida piedra. Pero los egiptólogos han preferido ignorarlos y han pintado todos estos textos con la misma brocha ritual. En los muros sur de las Cámaras del Rey de Saqqara, los egiptólogos creen ver un “ritual de resurrección”. Pero estos textos son estrictamente no rituales y no contienen ninguna línea de separación. La palabra sedjeb, “devolver (a la vida)”, es un verbo causativo se-djeb, o sea, “vestirse (con un cuerpo)”, que cualquier experto en sánscrito hindú reconocería como el verbo “reencarnar”.

No tenemos que adivinar el significado de estos textos. Se explican por sí mismos. Por ejemplo, la declaración 302, de un total de 700, empieza (en el muro norte de la Cámara de la Reina) con la expresión Djed medu, esto es, “Dichas (en la Cámara de la Reina) eran las palabras: '…siempre que la estrella apuntada brilla (a dos palmos ante la frente) es porque los dos grupos de nueve dioses espinales se han purificado en la estrella polar de la Osa Mayor, la estrella que sabe no perecer'.” ¡Pero el testimonio de la Gran Pirámide está describiendo el cielo del Norte tal como era hace 26.000 años!
 
Los egiptólogos sólo ven "conjuros protectores" en la pared oeste de la Cámaras del Rey de Saqqara. Pero el verbo “proteger” no se encuentra por ninguna parte. Peor aún, no hay conjuros. Algunos detalles importantes sobre la visión con el Ojo sólo se pueden encontrar en este muro. Pero estos detalles se han perdido para el mundo, ya que los egiptólogos no han sido capaces de imaginar el Ojo de Heru no-ritual. Todo lo que conocen es el Ojo como una ofrenda ritual. El conocimiento perdido de la apertura estelar del Ojo a la distancia de dos palmos aún es accesible al mundo entero en este muro oeste. El desconocimiento del Ojo de Heru no ritual ha ayudado a ocultar a los egiptólogos la inesperada presencia en él de Cálculo y Química nuclear, que sólo hemos adquirido en los últimos 333 años.

Enterrado en la “Gramática egipcia” de Gardiner tenemos lo que puede describirse como el método de traducción más probable. Dispersa entre muchos posibles enfoques alternativos, hallamos una técnica de traducción de estilo informático que funciona bien para los Textos de las Pirámides de Saqqara, incluso cuando el contexto es desconocido. Pero el Ojo de Heru pronto surge automáticamente como el contexto perdido y se presenta como una base artificial para el propio lenguaje jeroglífico. Esto no debería ocurrir cuando una lengua evoluciona a lo largo de miles de años, pero así ha sucedido en los Textos de la Gran Pirámide. Como la lengua artificial Aymara mencionada en la página 91 de Fingerprints of the Gods[2], los Textos de las Pirámides de Saqqara resultan ser, después de 40 años de investigación, programables.

Estos textos también tienen un uso especial de la habitual forma narrativa sedjem en ef de “él ha oído” que ningún traductor ha reconocido y explotado hasta hoy. Esta construcción gramatical influye en el significado de alrededor de la mitad de estos textos. Como resultado, los egiptólogos han estado intentando traducirlos provistos sólo con el 50% de la gramática requerida.



Textos de la pirámide de Unis
Curiosamente, los últimos tres de los cinco reyes de Saqqara (Pepi I, Merenre y Pepi II) incluso intentaron manifestar este uso especial en sus pirámides. No obstante, los egiptólogos han encontrado estas manifestaciones incomprensibles, de modo que el importante uso general de una conocida “eterna verdad” en la forma de sedjem en ef, “(es porque) él ha oído”, ha sido ignorado en sus traducciones. Tres notables reyes se tomaron la molestia de cortar la habitualmente sobreentendida “conjunción introductoria” en (“es porque”) en el muro oeste de sus Cámaras del Rey al principio de las declaraciones 432 y 443. Esta forma generalizada de la “eterna verdad” tiene un profundo efecto sobre la estructura de las frases en los Textos de la Gran Pirámide, que ninguna traducción actual puede reflejar. Los significados de las palabras del vocabulario en la “Gramática egipcia” de Gardiner han sido durante muchos años los más fiables de todo el lenguaje. Pero existen muchas palabras importantes en las pirámides de Saqqara que no han sido completamente comprendidas. Los significados de un gran número de estas palabras no son más que conjeturas por parte de los egiptólogos, mientras que el resto tienen significados totalmente desconocidos.

El descubrimiento de Champollion del alfabeto jeroglífico en 1822 ha permitido a los egiptólogos aprender cómo deletrear las palabras jeroglíficas. Con pocas excepciones, la pronunciación de cada palabra en las cinco pirámides de Saqqara se conoce ahora con bastante certeza. La “Gramática egipcia” de Gardiner también incluye en su vocabulario los significados de unas pocas letras del alfabeto. Pero la ausencia de vocales jeroglíficas hace que la búsqueda del significado alfabético sea difícil, sino imposible. Sin embargo, las 24 consonantes del alfabeto de la pirámide siguen siendo dibujos jeroglíficos de objetos reales que en algunos casos equivalen a significados alfabéticos. En este sentido, se puede decir que tienen al menos algunos significados. ¿Pero qué decir de una palabra? ¿Contiene su pronunciación consonántica alguna pista sobre su significado consonántico? La Egiptología ortodoxa diría que no. Pero si la gramática jeroglífica de los Textos de la Gran Pirámide estuviese programada artificialmente —y lo está—, entonces quienquiera que la programase podría haber programado los significados de sus palabras. Hay muchas pruebas que apoyan esto. El vocabulario fiable de Gardiner de las definiciones de palabras puede emplearse normalmente para comprobar cualquier teoría de significados programados de palabras. No hay necesidad de desanimarse antes las educadas opiniones negativas de los egiptólogos. El premio, después de todo, es nada menos que el completo desciframiento de los jeroglíficos.

El enfoque más prometedor para completar el desciframiento de las palabras es la explotación de los juegos de palabras definitorios de éstas, usando los 24 significados alfabéticos y pictogramas combinados con la gramática programada artificialmente. Hay mucho más en este método de lo que puede explicarse aquí, pero alguno de sus resultados puede ayudar a mostrar cómo funciona. Como se ha dicho, el lenguaje jeroglífico está fundamentalmente conectado con el Ojo de Heru. Esto se ve en la pronunciación de sus preposiciones. Por ejemplo, la preposición khenet  (“delante de”) se define por su pronunciación como “la esfera del Ojo”. Y la preposición kher (“cerca”) se define de forma similar por ser “la esfera de la Apertura Estelar”. Los conceptos de “estar delante de” y “cercanía” fueron ambos pensados como “estar a dos palmos ante la frente”) en la conciencia visual. A veces el resultado puede ser un poco gracioso, como heneqet (“cerveza”), que se define por su pronunciación “el poder para estar ebrio”.

Los Textos de la Gran Pirámide deberían traducirse de manera programable tanto en gramática como en significados de palabra coherentes. Pero ahora se “traducen” según el capricho de cada egiptólogo y se rescriben libremente. El conocimiento de una civilización desaparecida ha sido innecesariamente perdido para el mundo. Como simple ejemplo del efecto dañino de tales abusos, la línea 116d, al final de la declaración 200 de la Gran Galería orientada al norte, programablemente traducida es: “Oh, Ojo de Heru, tú eres más alto y más grande que el Rey”. Pero Faulkner traduce “Oh, Ojo de Horus, sé alto y grande sobre el Rey”, donde él pensaba que el Ojo de Horus no era más que incienso.
 
Si hay alguna verdad acerca de la existencia de una civilización desaparecida, los Textos de la Gran Pirámide tienen algo que decir sobre ello, en esas 4.000 columnas de jeroglíficos. Las doctrinas más secretas de los egipcios están explicadas abiertamente sin ningún recurso a la “escritura enigmática” como ocurrió realmente mucho más tarde en el Imperio Nuevo para su ocultación. Los egiptólogos no ven ninguna civilización perdida en sus “traducciones”. Sus diccionarios no contienen palabras de una civilización perdida, ni siquiera como especulación. Pero esto es así porque no pueden imaginar un Ojo de Heru no ritual evolucionando en la humanidad a través de una pauta temporal primigenia. Nuestro conocimiento de Matemáticas, Física, Historia y jeroglíficos ha progresado lo bastante como para revelar inequívocas pruebas de la existencia de civilizaciones perdidas altamente avanzadas. Los Textos de la Gran Pirámide tratan con una extraña isla de conciencia visual que inicialmente es de tipo estelar llamada Ojo de Heru, a dos palmos ante la frente. La misma estrella es citada en el texto Shivaísta[3] de Cachemira Spanda Karikas, traducido al inglés por Jaideva Singh en 1980, donde dice en su página 147: “De ello, esto es, de Unmesa (lit: apertura del ojo) que está siendo practicado aparece en una breve experiencia temporal como la luz de una estrella en medio de las dos cejas...” Los Textos de las Pirámides describen una pérdida del Ojo que ocurrió durante las civilizaciones perdidas de Occidentales y Orientales. El ser espiritual jefe o Khenet de los Occidentales (Imenetiu) era Osiris, Us-Ir.

Los egiptólogos han hecho algunas pésimas conjeturas sobre el sentido de la palabra  Duat como “Inframundo”. Ellos saben perfectamente bien que no hay nada “infra” sobre la palabra ni hay ninguna conexión con ninguna clase de “mundo”. Cualquiera que lea los jerogíficos de la pirámide de Saqqara sabe que tratan sobre todo del femenino gramatical Ojo Iret de Heru. Como resultado, tales lectores saben que cualquier pronombre anónimo femenino s probablemente se refiere a este Ojo femenino. Por la misma razón, saben que cualquier nombre funcional con un final anómino femenino t también se refiere al Ojo. Estas reglas de género anónimo femenino nunca se rompen en estos textos. La palabra Duat no es probablemente ninguna excepción. Dua quiere decir “amanecer” y cuando se añade la t final, Duat debería significar “el Ojo del amanecer (o del comienzo)”. El Duat es pues algo visto en el Ojo de Heru, sin que importe en qué mundo pueda estar.


El dios Osiris o Us-Ir
Los egiptólogos tampoco han intentado traducir la antigua palabra Us-Ir, porque creen que ha sufrido demasiados cambios en el curso del tiempo. Quizá sí… después del Imperio Antiguo. Sin embargo, en los Textos de la Gran Pirámide se puede traducir la palabra. Siempre está esculpida exactamente de la misma manera miles de veces en las cinco pirámides de Saqqara. Los cinco reyes de Saqqara evidentemente no deseaban que hubiera ninguna duda al respecto. En estos textos, la palabra Us es intercambiable con Set (“actividad” o “activador”) y la palabra Ir es intercambiable con Iret, esto es, “el Ojo”. Como resultado, la descarnada entidad Us-Ir era el supremo “Activador del Ojo” para las civilizaciones desaparecidas de los orientales iabetiu y los occidentales imenetiu.

En la página 88 de Heaven's Mirror[4], se reproducen algunos de los textos ilustrados de la segunda capilla de Tutankhamon. Los dos grupos de figuras tienen frente a ellos largos textos de jeroglíficos explicatorios, maravillosamente claros, que Piankoff no traduce. Pero sí ofrece una traducción de las más reducidas “inscripciones enigmáticas” situadas sobre los grupos de seis figuras (“Estos dioses son como esto...”) y que continúan bajo el triple fuego de la Cobra Ascendente que golpea la frente de la primera figura: “cuando la estrella espiritualizadora viene”. 

Delante de la segunda figura donde el triple fuego está golpeando la frente, la explicación aún es “cuando la estrella espiritualizadora viene”. Se muestra la estrella llegando a la misma persona en seis niveles distintos de experiencia “Chakra” en la serpiente vertebral que también aparecía en la ilustración completa. El siguiente grupo de seis figuras tiene un significado similar con seis textos idénticos, igualmente escritos delante de cada figura: (“Estos dioses son como esto...”) “cuando la estrella de Ra viene” (de seis maneras diferentes). Los mismos seis niveles están descritos en los Textos de la Gran Pirámide en el muro sur de las Cámaras del Rey. El resto de estos grupos de seis dioses de Tutankhamon indican que, aunque la concentración visual sobre la Estrella Seba de la  Gran Pirámide es todo oscuridad, el poder automático de respirar a través de la boca también está implicado en la apertura del Ojo de Heru.
 
En todos estos textos, los egiptólogos nunca han entendido que las estrellas astronómicas se estaban empleando siempre como metáforas exactas de las estrellas espirituales fundamentales en la conciencia, que están claramente definidas en los significados conocidos de sus nombres. Lo mismo puede decirse del cielo físico como excelente metáfora del paraíso celestial o vacío espiritual azul.

Los egiptólogos tienen la mala costumbre de transformar cualquier instrucción espiritual directa en una orden imposible a un Rey Candidato[5]. En tres Cámaras de la Reina orientadas al oeste, las palabras traducidas de forma programable de la línea 904c decían: “Tu alma es como una estrella viviente que sobresale entre sus hermanas”. Faulkner presenta un mucho menos probable: “¡Sé un alma como una estrella viviente a la cabeza de sus hermanas! Y ha eliminado el pronombre ek, “tú (pronombre)” o “tu” (posesivo).
 
Es obvio que el Ojo de Heru en la siguiente declaración “desestimada” de los Textos de la Pirámides es mucho más que el “Himno para despertar al rey, adaptado a la presentación de servilletas”[6] de Faulkner: 


56a. “Dichas [en la cara norte de la Cámara del Rey] eran las palabras: Tú, oh Ojo, descansa en calma, para que el Velo quiera despertar en calma, para que el Ojo que está velado quiera despertar en calma...”

57c. “Siéntate, oh Ojo [a dos palmos] delante del Rey Candidato como   su dios, de modo que abrirás su camino al frente entre los Espíritus,”

57d. “Para que él se sitúe [o permanezca fijado atentamente] al frente entre los Espíritus, como 'el que provoca la levitación', al frente entre los occidentales.”

              57e. “(Siéntate, oh Ojo) hacia el frente, hacia el frente, cerca de un 'activador del Ojo'.”


En algún momento, los egiptólogos tendrán que reconocer que existe algo no ritual, un conocimiento avanzado, en los Textos de la Gran Pirámide. Mucha de esta información está fielmente preservada en los posteriores Textos de los Sarcófagos y en los libros del Imperio Nuevo. Pero las traducciones son tan incompletas, incoherentes e inclinadas a la ritualidad que cualquier conocimiento avanzado se ha perdido. Afortunadamente, los egiptólogos han hecho bien al menos una cosa. Han restaurado y preservado muchos de los textos jerogíficos originales.


Textos de la pirámide de Unis
Los Textos de las Pirámides de Saqqara están repletos de conocimiento avanzado sobre el túnel de las experiencias cercanas a la muerte (ECM), que sólo empezaron a  redescubrirse científicamente en el siglo XX a partir de las experiencias de pérdida del conocimiento de jóvenes y sanos pilotos de las fuerzas aéreas sometidos a altas fuerzas-g en una centrifugadora gigante.  Este conocimiento ECM también aparece en el conjuro 44 del Libro de los Muertos, pero está prácticamente perdido para el mundo a causa de algunas de las mayores meteduras de pata de la Egiptología. Estas últimas incluyen las dos palabras re y tjepehet junto con la expresión ikhem sek.

Si un antiguo egipcio viviese hoy en día, se afligiría, desde su punto de vista, por todo un mundo que está condenado a morir una segunda vez después de la muerte física en un purgatorio de muerte y total destrucción de la personalidad, en vez de una inmortalidad de alta identidad y memoria. Y todo por no saber nada acerca de la “Apertura del Túnel o 'conjuro' para no morir una segunda vez en el reino de los muertos”.

Dichas fueron las palabras por Ani:

“Mi túnel está abierto, mi túnel está abierto. Los espíritus caen en la oscuridad, pero el Ojo de Heru me apartará de la destrucción. Es porque un abridor de caminos me ha criado, que he aprendido a esconderme entre vosotras, oh estrellas del ama que sabéis no perecer.”

Re como “boca”, “apertura del túnel” o “conjuro” tiene al menos estos tres significados principales de acuerdo con los diccionarios de los egiptólogos. “Boca” es normalmente un sentido ritual, pero ahora los egiptólogos ignoran casi completamente su sentido figurado no ritual de “apertura del túnel”, que en estos textos se refiere realmente al punto de “apertura” estelar delante de la frente del túnel de experiencias cercanas a la muerte. Los egiptólogos, por el contrario, han preferido habitualmente el tercer significado de “conjuro”, pero esto en efecto conduce a clasificar estos textos como un desconocido galimatías mágico. Sin embargo, el punto estelar a dos palmos ante la frente es un punto central real en la conciencia visual del que habla cada “conjuro” en el Libro de los Muertos. La escritura jeroglífica de re es la misma para los tres significados de la palabra.

Los egiptólogos saben perfectamente bien que tjepehet como “caverna” es realmente un agujero de serpiente o “túnel”. Es el túnel de experiencias cercanas a la muerte del conjuro 44 y la serpiente es el poder de levitación paranormal en ese túnel, que puede —temporalmente— “transformar a un hombre en un dios”. Pero la mayor metedura de pata es cuando los egiptólogos tratan de definir la expresión ikhem sek como una “estrella imperecedera” astronómica y circumpolar que circumnavega el norte polar sin situarse nunca bajo el horizonte. Esta aparentemente razonable conjetura sobre el significado de esta expresión (y es todo lo que hay) es errónea en varios aspectos. 
  1. Cualquier lector de los jeroglíficos sabe que los Textos de la Gran Pirámide no tratan, por mucha imaginación que pongamos, de astronomía física. Con la posible excepción de la declaración 302, no contienen ninguna información técnica astronómica. La astrofísica realmente avanzada existe en el Udjat Ojo de Heru, donde ningún egiptólogo ni siquiera está buscando. No obstante, los términos comunes astronómicos se emplean como útiles metáforas o figuras del discurso para ayudar a explicar lo que de otra manera es un conocimiento inexpresable, e incluso paranormal, sobre la conciencia del alma.
  2. Dado que esta expresión sólo se usa metafóricamente, bien puede ser en cierto sentido una estrella perfecta idealizada que ni siquiera existe astronómicamente. Y por tanto puede ser del todo equivocado traducirla como un objeto astronómico, estrictamente físico, en un cielo igualmente físico. Sin embargo, esto es lo que ha sucedido. En 77 apariciones de esta estrella en las cinco pirámides de los cinco reyes de Saqqara, no hay ni una pizca de evidencia para su supuesta circumnavegación alrededor del polo celeste. Los egiptólogos deben haber hecho una mala elección en algún lugar de su “traducción”.  
  3. Una traducción más cuidadosa revela ciertamente que esta estrella no está cerca del polo, sino que está eternamente en el mismo polo, donde ninguna estrella física puede mantenerse siempre. La llamada “estrella imperecedera” es, de hecho, una perfecta e idealizada estrella polar o apertura del túnel en el cielo interno de la conciencia visual en los Textos de la Gran Pirámides, así como en el Libro de los Muertos.

En las mentes de los egiptólogos, ikhem sek como “La estrella que sabe no perecer” es desde luego una “estrella imperecedera”. Pero la trampa está en que el verbo sek también puede significar "recorrer (alrededor)” o en el argot de la Nueva Era “no poder centrarse” o “no poder ser la estrella central”.

El significado “recorrer” también parece la raíz más primitiva del verbo “perecer” y en ningún caso puede distinguirse por la escritura jeroglífica. La coherencia realmente exige “recorrer” sobre “perecer” en estos textos. Y así ikhem sek se convierte en la estrella espiritualizadora “que sabe no recorrer” o “estrella polar” ante la frente en el samadhi de la meditación o muerte. En la segunda capilla de Tutankhamon, hay al menos seis de estas estrellas polares de la frente, todas ellas apiladas a lo largo de la línea de la Vista, donde sólo puede verse una a la vez.

Se recordará que dentro la Gran Pirámide, la Gran Galería es un gigantesco jeroglífico megalítico de la palabra seba, esto es, “puerta de la estrella espiritualizadora”. Aunque mide la mitad de un campo de fútbol y tiene una altura de tres pisos, posee la forma correcta de una puerta jeroglífica del antiguo Egipto. Sin embargo, no es una puerta cualquiera. Se pronuncia exactamente como el nombre seba (“estrella”) y así en cierto sentido es una “puerta estelar”. Pero otra vez esta “puerta” se pronuncia exactamente como el verbo causativo se-ba, “provoca ser un alma” o “espiritualiza” y así pues en cierto modo también es una “puerta espiritualizadora”. Debería quedar claro ahora por qué esta “puerta de la estrella espiritualizadora” de la Gran Galería es tan significativa en la Gran Pirámide, porque también es la paranormal “estrella que sabe no perecer” y “túnel” de experiencias cercanas a la muerte en todos los Textos de la Gran Pirámide.

Pero esta extraña puerta a modo de estrella polar está mejor descrita en unos pocos fragmentos de sus 77 apariciones en las líneas de Saqqara:


139a. “...es porque las estrellas polares de la frente (o Chakras) te han levitado (al Candidato rey, tanto espiritualmente como físicamente).”

148b. “...lo que está dentro de ti es el dios quien está delante de los dos ojos, una estrella polar (de la frente).”

161a. “...tal Candidato viene..., un espíritu como una estrella polar.”

530b. (un Candidato) extiende por sí mismo sus miembros como estrellas polares (o Chakras).”

724d. “Tú debes lograr un agarre para controlar las estrellas polares.”

733a. “…las estrellas polares te acompañan.”

749e. “...entre las estrellas polares que acompañan un 'activador del Ojo'.”

1216c. “...tales Grandes Espirituales (o Mahatmas, ¡no golondrinas! [7]) también son estrellas polares.”

1301a. “ ...tú levitas como Heru del Ojo del Amanecer que sobresale entre las estrellas polares,...”

1454b. “Sus miembros (or Chakras) son las estrellas polares.”

1490b. “...aquellos que están entre las estrellas polares brillan para ti.”


Volviendo a la declaración 302, es extremadamente importante que sea conocida, aunque no existe la más leve oportunidad de que su significado sea comprendido a partir de las actuales “traducciones” de los egiptólogos. Es importante porque contiene una fecha precesional definida de 24000 a. C. con formidables implicaciones sobre la historia de Saqqara y Guiza. Realmente es bastante simple, cuando se pone orden en los significados de las palabras clave.

Hace 4.000 años, las dos estrellas indicadoras (u “hoja de azuela”) del Carro[8] señalaban la estrella polar tal y como lo hacen hoy. Pero en esa época, Polaris no era la estrella polar. Los egiptólogos aún están un poco confusos sobre la estrella Mesekhetiu. Saben que de algún modo está conectada con un grupo de estrellas con forma de azuela o Carro y sin embargo siempre tiene un determinativo de única estrella. Las estrellas indicadoras “hoja de azuela” en el Carro siempre señalaban la única estrella Polaris y así pues muy probablemente tenemos que mesekhetiu era la “estrella señalada hoja de azuela” o “Polaris”, mientras que tenemos ikhem sek como la “estrella que sabe no recorrer” o “estrella polar” de la frente, de modo que la introducción completa a la declaración 302 se convierte en:  


458a. “Dichas [en la Cámara de la Reina, cara norte, en 24000 a. C.] eran las palabras: Siempre que el cielo causa emisión, para que una estrella apuntada (de la frente) pueda vivir, (porque un Candidato es verdaderamente una estrella viviente, un hijo de una estrella apuntada),”

              458b. “es porque los dos grupos de nueve dioses espinales se han purificado para él”

458c. “en la estrella señalada hoja de azuela (o Polaris), una estrella polar que sabe no recorrer [sólo ahora y en 24000 a. C.].”


Sellos y cierre de la capilla de Tutankhamon
La “maldición” de Tutankhamon es real después de todo. Pero sólo es peligrosa para aquellos que no están de acuerdo al menos con el ideal de convertirse en un Candidato activador del Ojo espiritual, aquellos que son espiritualmente impuros “en opinión” de las cuatro capillas protectoras de Tutankhamon.

Gracias a la investigación de Graham Hancock en “The Sign and the Seal”[9], esas cuatro capillas protectoras, ahora emplazadas en el segundo piso del Museo del Cairo, empiezan a parecer más bien auténticos “prototipos del Arca de la Alianza”. Las pruebas que apoyan esta posibilidad son realmente bastante abrumadoras.

En palabras de Howard Carter, “por una vez, parece que la magia ha prevalecido (cuando esas Arcas protegieron exitosamente el sarcófago de Tutankhamon de los saqueadores de tumbas en el Valle de los reyes cerca de Luxor)”. En su Volumen Dos, página 38, de “La tumba de Tut-ankh-Amon”, prosigue: “De los 27 monarcas de la época imperial de Egipto enterrados en este valle, que han sufrido todo tipo de depredación, sólo Tut-ankh-Amon, durante esos treinta y tres siglos, ha yacido incólume, a pesar que unas manos predatorias violaron las cámaras de su tumba...”

La Cámara del Rey de su tumba estaba originalmente ocupada por cuatro arquetípicas Arcas de la alianza, concéntricamente alojadas una dentro de otra, diseñadas para proteger mágicamente su sarcófago de cualquiera que fuese espiritualmente impuro. Y por increíble que pueda parecer, no cabe duda de que realmente así actuaron. Los ladrones de tumbas rompieron el sello de la doble puerta del Arca exterior y entonces miraron dentro sin penetrar más allá de la “barrera mágica”. El hecho de que el mismo Howard Carter viviese tanto tiempo después de su intrusión es más un tributo a su pureza espiritual que a cualquier otra cosa. La doble puerta de la segunda Arca estaba cerrada por dos pasadores de marfil y una débil cuerda central asegurada solamente por un frágil sello de arcilla. La doble puerta de la tercera Arca estaba sellada de manera similar y la cuarta no tenía ningún sello. Esos dos sellos de arcilla eran todo lo que había entre los ladrones de tumbas y cientos de libras de oro macizo en el sarcófago adjunto. ¿Qué les detuvo? Como dice Carter, la tumba estuvo abierta de par en par durante muchas semanas para los ojos fisgones de cualquier saqueador de tumbas del Valle, mientras los obreros montaban esas cuatro capillas, a partir de 80 partes prefabricadas, en el angosto espacio de la Cámara del Rey. Carter y su equipo necesitaron 84 días de “duro trabajo” sólo para desmontarlas a fin de extraerlas.

Parece que algo “terrible” detuvo efectivamente a todos esos ladrones de tumbas. Pero esto significaría que esas cuatro capillas no solo se parecían a tales prototipos de Arca; realmente eran prototipos del Arca de la Alianza. De hecho, esto es lo que las pruebas adicionales de los Textos de la Gran Pirámide, más que cualquier otra fuente, nos mostrarán.

La forma requerida de caja rectangular de “terrible poder” para tal “monstruoso instrumento” tenía que ser construida en sus correctas dimensiones, para que el modelo de Arca pudiera activarse por y “entre los dos arquetípicos querubines” de Isis y Neftis, como se describe repetidamente en los Textos de la Gran Pirámide para activar el Ojo de Heru.

Los egiptólogos aún no han descubierto que las cuatro capillas de Tutankhamon poseen una “área transversal” predeterminada a una proporción de “longitud cuadrada” de 9/25, de acuerdo con las dimensiones publicadas en “Las capillas de Tut-ankh-Amon”, de Alexandre Piankoff. Esta es la misma “terrible” proporción que se especificaba para la bíblica Arca de la Alianza.   

El nueve era un vínculo deliberado con las fuerzas paranormales del Ojo de Heru, cuando se activaba por y entre los dos arquetípicos querubines. No sorprende demasiado que el nueve pudiera tener tal misteriosa conexión con fuerzas milagrosas ya que en 1926, Erwin Schroedinger descubrió una extraña ecuación de Mecánica Cuántica que resultó ser un grupo de nueve soluciones arquetípicas para las estructuras energéticas del electrón del átomo de hidrógeno.
Como se describe en “The Sign and the Seal”, páginas 273-6, el Arca de la Alianza bíblica:
  1. era un “arcón rectangular que medía tres pies y nueve pulgadas, por dos pies y tres pulgadas y por dos pies y tres pulgadas”[10], que es un caso especial de la proporción más general de la especificación de forma 9/25 referida anteriormente para las cuatro capillas,
  2. estaba “hecha de madera de acacia” (los egiptólogos creen que las cuatro capillas están hechas de madera de cedro),
  3. estaba “recubierta por dentro y por fuera de oro puro” (las cuatro capillas estaban cubiertas de forma semejante),
  4. estaba decorada “alrededor con una moldura dorada” (las cuatro capillas tienen tal moldura alrededor de la parte superior de la caja rectagular),
  5. tenía colocada “encima... una pieza... trono de misericordia... con dos querubines dorados fijados a los dos extremos” (las cuatro capillas tienen tal modelo de tapas con asiento de la misericordia con dos arquetípicos querubines dorados en la forma de Isis y Neftis como serpientes de alas altas),
  6. tenía ocasionalmente “chorros abrasadores” emitidos “por los querubines” ...que “quemaban y destruían los objetos cercanos”  (... es porque un Candidato ha venido cerca de ti, oh serpiente abrasadora, Textos de las Pirámides 194b),
  7. “era capaz de contrarrestar la gravedad” (¿... Qué mechenet Ojo del Arca será traído para tí, oh Candidato? Será traído para un Candidato “lo que levita y se sostiene” TP 494ab),
  8. mataba repetidamente ( ...de tal modo que quienquiera que el Altísimo desee que viva, vivirá; y quienquiera que él desee que muera, morirá. TP 155d).
Tres de los cuatro asientos de misericordia están cubiertos con textos de activación e ilustraciones, pero están demasiado por encima de la cabeza de cualquiera para ser visibles desde abajo. Si las cuatro Arcas de la Alianza pueden estar ahora en el Museo del Cairo, no hay razón para que el Arca bíblica no pueda estar en Axum, Etiopía. Y si el sacerdote custodio de Axum no nos deja ver el Arca, al menos tenemos cuatro enormes prototipos de Arca para observar siempre que queramos o nos atrevamos.


J. A. West
Los Textos de la Gran Pirámide, como aquí son concebidos, han dado voz a la Gran Pirámide. Pero, en una extraña forma de autoconfirmación, también han dado una inesperada voz  al cercano complejo de templos de la Gran Esfinge, al sudeste de la misma Gran Pirámide. El templo de la Esfinge está directamente delante de la Gran Esfinge, mientras que el llamado templo del valle de Khafre está al sudeste de la Esfinge. Se considera actualmente que el complejo de templos de la Gran Esfinge estaba desprovisto de textos inscritos contemporáneos. Los egiptólogos creen que ambos templos fueron erigidos por Khafre hace unos 45 siglos, en la IV dinastía. Pero, como apunta John Anthony West en la página 214 de “Serpent in the Sky”[11]: “el estilo arquitectónico y escala de construcción de la Esfinge y su complejo de templos es diferente a cualquier otra cosa del Egipto dinástico.”

Las losas megalíticas de granito rojo, como jeroglíficos arquitectónicos en ambos templos, indican por sí solas una fecha predinástica. Según Mark Lehner en la página 126 de “The Complete Pyramids”[12] en el templo del valle de Khafre “hay 23 peanas de estatua, si bien la que está en el centro del pie del vestíbulo en forma de T es más ancha y quizás fue contada dos veces, dando 24 en total. Y otra vez en la página 128 dice que en el Templo de la Esfinge, “veinticuatro pilares de granito rojo formaban una columnata y deambulatorio alrededor del patio central”. Sin embargo, no tienen propósito conocido.

Pero en los Textos de la Gran Pirámide da la casualidad que existe una declaración clave, la 219, que repite el mismo profundo arquetipo de Alianza en las líneas 167b a 167d exactamente veinticuatro veces. Al hacer esto, busca explicar la relación entre el Activador del Ojo y el resto del universo desde el Altísimo hasta los seres como nosotros. Los egiptólogos no se ponen de acuerdo sobre cómo leer este texto arquetipo de Alianza, pero una muestra traducida programablemente ofrece un significado razonablemente claro en la primera de sus veinticuatro partes.


167a[13]. “djed Dichas (en la Cámara del Rey, orientados al llamado templo del valle de Khafre) medu eran las palabras: Tem Oh Altísimo, za ek pu siempre que tal hijo tuyo pe nen aquí esté, Usir el Activador del Ojo, di en ek es porque tú les has causado sedjeb ef que sea reencarnado, 'anekh ef para que él pueda vivir.”

167b. “anekh ef Pero él vive, 'anekh Un-is pen para que tal Candidato Activador del Ojo pueda vivir; ne met ef él no muere (una segunda vez), ne met Un-is pen de tal modo que tal Candidato no morirá (una segunda vez);”

167c. “ne sek ef él no fracasa en ser la estrella polar, ne sek Un-is pen para que un Candidato no fracase en dotarse de alma; ne nehhep ef él no copula, ne nehhep Un-is pen para que tal Candidato no copule,”

167d. “en porque hhep ef él está de acuerdo con la Ley, en y porque hhep Un-is pen tal Candidato está de acuerdo con la Ley...”


Esta Alianza es entre el Altísimo y tales Candidatos Activadores del Ojo. Esta declaración estructurada del templo con su alianza arquetípica es única en los Textos de la Gran Pirámide. Y realmente parece que encaja con las palabras que fueron dichas delante de esos 23 basamentos de estatua en el templo del valle de Khafre.

Uno de los hechos no reconocidos más extraños de la Egiptología es la obvia conexión entre los Textos de las Pirámides de Saqqara y la Gran Pirámide de Guiza.
Los egiptólogos saben desde hace más de tres cuartos de siglo que, por ejemplo, existe un grupo muy especial de estas declaraciones en las Cámaras del Sarcófago de Saqqara que se repiten en el mismo muro en dos o más de las cinco pirámides de Saqqara. Pero este patrón perfecto de repetición tiene un profundo significado para la Egiptología y no puede ser descartado fácilmente.



Cámara del Rey de la Gran Pirámide (foto: N. Ares)
¿Necesitan los egiptólogos que se les explique el significado de estas repeticiones antes de que puedan entender lo que deberían haber advertido hace casi un siglo? Ningún egiptólogo competente puede negar que estas exclusivas declaraciones repetidas son claramente clasificables como Textos de la Cámara del Rey o del Sarcófago, incluso perteneciendo a los mismos muros. No puede haber duda razonable de que tales declaraciones pertenecían tanto a la Cámara del Rey de la Gran Pirámide como a las Cámaras del Rey de las cinco pirámides de Saqqara. Y esto quiere decir que tenemos una maravillosa prueba de lo que realmente tuvo lugar en la Cámara del Rey de la Gran Pirámide.

Las declaraciones 23, 25, 32-57, 72-79, 81-96 y 108-141 pertenecían al muro norte y fueron dichas la Cámara del Rey de la Gran Pirámide o en cualquier pirámide similar. Las declaraciones 207-208, 210-212, 338-347, 355, 357, 459, 593-597, 599-602 y 604 pertenecían al muro este de la Cámara del Rey, donde con alguna ayuda del “desciframiento de juegos de palabras” de palabras artificiales no traducidas y usando en lugar de la letra egipcia 'a  la letra inglesa “o corta” que, habiendo pasado por el latín, griego y fenicio, procedía originalmente de la letra alfabética 'ayin o “antebrazo” jeroglífico, la declaración 341 contiene magnífica información sobre la Gran Esfinge.

341


555a. “... un Siempre que abierta her está la Vista en Heru de Heru in Aker por la Gran Esfinge un y siempre que abierta her está la Vista en Aker de la Gran Esfinge  in Heru por Heru,”

555b. “redi en bohet es porque más que suficiente poder ha dado ou es su control er Teti a un Candidato, ...”


“Aker” está escrito jeroglíficamente en las cinco pirámides de Saqqara con una docena de pictogramas determinativos que ilustran claramente “la Gran Esfinge”. Las declaraciones 218 y 219 pertenecían exclusivamente al muro sur de la Cámara del Rey, y aquí tenemos las 23 peanas de estatua del “templo del valle de Khafre”  vinculadas a la 219.

Las declaraciones 332, 335-336, 422-432, 437-438, 440-455 y 589-590 pertenecían exclusivamente al muro oeste de la Cámara del Rey, donde otra vez tenemos un vínculo con “Aker-Esfinge” en la 437 y una doble referencia a lo que parece la Atlántida de Platón en las declaraciones 422 y 442.

437


796b. “un Abierta en para ek ti oaui está la doble puerta Aker de la Gran Esfinge, sezen para que cause abrir en para ek ti oaui estará la doble puerta Geb del asiento del alma,”

796c. “peri ek para que tú puedas levitar her a cargo de kheru el sonido Inepu de uno que ocasiona la levitación, sakh ef para que él pueda espiritualizar tju te em como Djehuti el que cruza los dos poderes,”

422

754b. “...ii viene netjer el dios, ii viene netjer el dios, ii para que venga Pepi pen tal Candidato her a cargo de neset el trono Usir del Activador del Ojo,”

754c. “ii para que venga akh pu tal espíritu, imi que estaba en Nedit la Atlántida, sekhem un poder imi que estaba en Ta ur la Tierra de los mahatma grises (también un distrito duplicado en el sur de Egipto).”

442


819a. “...kher caído er ef como para él mismo, ti verdaderamente ur pu está tal gran mahatma her a cargo de ges ef su mitad nedi y derrocado er ef como para él mismo imi es quien estaba en Nedit la Atlántida,”

819b. “shezep para que aceptado o ek pueda ser tu control in por Ro el Altísimo.”


Las declaraciones 303-305 y 308 pertenecían exclusivamente al muro norte de la Cámara de la Reina de la Gran Pirámide. Las declaraciones 273-274, 277, 280-293, 295-296, 299, 384, 408 y 419-421 pertenecían exclusivamente al muro este de la Cámara de la Reina. Las declaraciones 260-261 y 488 pueden haber pertenecido exclusivamente al muro sur de la Cámara de la Reina, pero esto no puede confirmarse por repetición, debido a una masiva destrucción de la mayoría de los muros sur. Tenemos un interesante texto Aker-Esfinge en la 261 que ha sobrevivido.

261


324a. Un-is pi Tal Candidato uitj es un arrebatador ib del medio, za un hijo otra vez nacido ib del medio Shu del Gran Vacío,”

324b. “auii aut cuya duración es larga azeb iakhu y cuyo resplandor es intensamente brillante.”

324c. Un-is pi Tal Candidato neser es una llama em en tep sobre tjau el viento er en djeru el límite pet del Cielo, er al djer final ta de la tierra,”

324d. “djer para que acabe shut la falta o de control henebu del rayo em en Un-is un Candidato,”

325a. “shas para que viaje Un-is un Candidato Shu el Gran Vacío, nemet ef para que atraviese Aker la Gran Esfinge,”

325b. sen ef para que él bese Net la Corona Roja, qema para que creado netjer sea un dios,”


Las declaraciones 253-259, 467-468, 471-483 y 487 pertenecían exclusivamente al muro oeste de la Cámara de la Reina, donde encontramos otro texto Aker-Esfinge en la 483 y dos referencias más a la Atlántida en la 468 y la 482.

483


1014a. “medu Habla ta la tierra, un para que abra rut la puerta de apertura del túnel Aker de la Gran Esfinge,

1014b. “izen para que abra en para ek ti oaui la doble puerta Geb del Asiento del Alma tep o ek ante ti, ...”

468


899a. “onekh Usir El Activador del Ojo vive, onekh akh el Espíritu vive imi que estaba en Nedit la Atlántida, onekh para que vivir Pepi pen pueda tal Candidato.”

482


1008c. “(el mismo Ojo) zekhenet que busca para tju ti gemet que encuentra tju te her a cargo de ges ek tu mitad her estaba a cargo de udjeb la costa Nedit de la Atlántida.”


Considerando estas cosas, la Atlántida de Platón se parece a la capital —en las islas Azores— de un imperio mundial de enorme poder con unos extraños mandatarios retirados.

Los Textos de la Gran Pirámide del antiguo Egipto son el legado de una civilización desaparecida, tan avanzada que apenas hemos empezado a ponernos al día sobre ella en los últimos 314 años. Este hecho fácilmente demostrable aún no es conocido ni siquiera sospechado por la ciencia de la Egiptología. En vez de esto, todo lo que tenemos es a un reconocido egiptólogo en un documental televisivo desafiando: “¡enséñeme una vasija!”[14] ¡Pero las pruebas precisas en apoyo de la existencia de una avanzada civilización perdida no necesariamente se van a limitar a cerámica! El problema radica en que no es suficiente “mirar” tales pruebas. También es necesario “reconocerlas” cuando las vemos, como el Cálculo o las Matemáticas avanzadas que un observador cultivado ya conoce. ¡Tales vasijas figurativas de una avanzada civilización perdida están diseminadas por todo Egipto!


Proporciones en el Ojo de Horus
Sir Alan Gardiner en su “Gramática egipcia” describe las antiguas fracciones egipcias empleadas para dividir el heqat o galón (casi exactamente el galón imperial británico). Él “ve” que las fracciones 1/2, 1/4, 1/8, 1/16, 1/32 y 1/64 del Udjat u “Ojo entero de Horus” sólo suman hasta 63/64 y dice con sarcasmo que “presumiblemente el 1/64 que falta era aportado mágicamente por Thot”. Pero no acierta a reconocer que 1/2, 1/4, 1/8, 1/16, 1/32, 1/64,...  es una bien conocida secuencia infinita de Cálculo que está asociada con una serie infinita de cálculo 1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16 + 1/32 + 1/64 + ... que, sólo por cálculo, puede sumar exactamente 1. El 1/64 que falta, pues, fue innegablemente aportado por el Cálculo hace 4.000 años, que a su vez, sólo pudo haber provenido de una avanzada civilización perdida. La Historia tuvo que esperar a que Sir Isaac Newton inventara el Cálculo en 1687, antes de que pudiéramos calcular o siquiera conocer la exacta suma unitaria del heqat, hacia el cual “converge”.

La serie infinita Udjat solo es una entre el infinito numero de tales progresiones geométricas. Cada una de ellas tiene su propio “primer término”, “ratio común” y “suma convergente”, si el cuadrado del ratio común es menor que 1. La serie infinita Udjat tiene un primer término de ½, un ratio común de ½  y una suma convergente de 1, cuando se suman todos su infinito número de términos. [Para tal serie geométrica infinita, el límite de cálculo de su suma, dado que el número de sus términos tiende al infinito, es (a) / (1 - r) , donde “a” es el primer término, y “r” es el ratio común para cada término subsiguiente.]

La serie infinita Udjat es la única serie geométrica en el universo cuyo primer término es el mismo que el ratio común y la suma de sus partes o términos es 1. Incluso el valor ½ de su primer término y el valor ½ de su ratio común para el siguiente término sólo pudieron descubrirse gracias al Cálculo de una civilización perdida. Las “huellas” del Cálculo están por todo el Ojo Udjat. ¡La probabilidad de acertar la serie correcta infinita Udjat, de entre un infinito número de otras opciones, es exactamente cero! Se requiere Cálculo, y la ciencia de la Egiptología ya no puede permanecer más en un estado de ignorancia al respecto.  

La serie infinita Udjat  era tan altamente venerada en el antiguo Egipto que los reyes llevaban efectivamente en la cabeza tres jeroglíficos dimensionales para sus términos de Cálculo en forma de coronas reales. En los Textos de la Pirámides, la vista de perfil de la corona roja Net o la corona verde Uadjet era la secuencia Udjat de términos 1/16, 1/32 y 1/64 orientada hacia abajo para el Bajo Egipto en el Ojo de Udjat; la vista de perfil de la corona blanca Hedjet se usaba para la restante secuencia de términos Udjat 1/2, 1/4 y 1/8 orientada hacia arriba para el Alto Egipto en el Ojo de Udjat; y la corona “doble o blanca y roja” Sekhemet  se utilizaba para la secuencia completa Udjat de términos 1/2, 1/4, 1/8, 1/16, 1/32 y 1/64 o el Ojo Udjat combinado del Alto y el bajo Egipto.

Más tarde, en la dinastía XVIII, se diseñó especialmente un nuevo jeroglífico estilizado, de tal modo que su vista de perfil sería la corona azul Kheperesh para los términos de Cálculo de la secuencia Udjat 1/8 y 1/16, que los reyes entonces pudieron llevar. Estas coronas de Cálculo de la serie infinita Udjat revelan cómo la ciencia de la Egiptología ha infravalorado el antiguo Egipto y su legado de una avanzada civilización desaparecida. ¡El significado de estas enormes “vasijas de Cálculo” esculpidas por todas partes en las cabezas de los faraones egipcios ha pasado completamente inadvertida para la ciencia de la Egiptología! Las “vasijas de Cálculo” del antiguo Egipto también se han hallado en enormes cantidades de “amuletos” Ojo de Udjat, del todo malinterpretadas como objetos puramente mitológicos.


Pirámide inclinada de Seneferu

El egiptólogo I. E. S. Edwards en “The Pyramids of Egypt”[15] comenta lo siguiente acerca de la gigantesca pirámide inclinada de Seneferu (hacia el 2570 a. C.): “aunque la pirámide del sur fue sin duda planeada como una auténtica pirámide geométrica, no fue acabada como tal”. Si tiene razón, tenemos esta vez una verdadera “vasija figurativa” enorme, sobre la cual la ciencia de la Egiptología se las ha arreglado una vez más para no saber nada. Evidentemente, el Dr. Edwards fue, y aparentemente aún lo es, el único egiptólogo que sabía suficientes matemáticas para ser capaz de reconocer el único ángulo inclinado de un enorme “octaedro” asomando de las arenas del desierto. Pero nadie parece haberse enterado de lo que quiso decir con “una auténtica pirámide geométrica”. Esta “vasija octaedro” es uno de los cinco sólidos regulares que no iba a ser descubierto hasta pasados otros dos mil años, alrededor de 400 a. C., por el amigo de Platón Teeteto, sin ayuda alguna de una civilización desaparecida.


Pero en los Textos de la Pirámides hay pruebas de que se sabía mucho más de lo que nuestro cálculo sabe acerca de la serie infinita Udjat, que es bastante ajena a la ciencia moderna. Los términos de cálculo estaban claramente ideados para tener alguna conexión con la adquisición de los poderes paranormales del Udjat Ojo de Horus a través de la conciencia de una extraña estrella. Los textos dicen que la concentración en esta estrella de la Gran Pirámide en primer lugar causa la Segunda Vista, y que luego conduce a la levitación.
 

© Clesson Harvey 2012

Traducción: X. Bartlett
Nota: Las imágenes en blanco y negro proceden del artículo original, en la página web de Clesson Harvey.





[1] En el original “ensouling star”. “Espiritualizadora” sería la traducción más fiel al concepto, aunque suena un poco extraña. El sentido es el de “dotar de alma” o “proporcionar alma”. (n. del t.) 
[2] Libro capital en la obra del autor escocés Graham Hancock; en castellano, “Las huellas de los dioses” (n. del t.)
[3] El shivaísmo es la rama del hinduismo que venera a Shiva como deidad suprema. (n del t.)
[4] Otra obra de Graham Hancock, “El espejo del paraíso”. (n del t.)
[5] Harvey utiliza habitualmente esta expresión para referirse al rey o faraón, sin que tal palabra aparezca en las  traducciones académicas. (n.del t.)
[6] En el original napkin, “servilleta”; pero en la versión académica española se traduce por “piezas de tela”. (n.del t.)
[7] En la traducción “oficial”, versión española: (1216c) “...las golondrinas son estrellas imperecederas.” De ahí el comentario sarcástico del autor. (n.del t.)
[8] Nombre del asterismo formado por las dos estrellas más visibles de la Osa Mayor.
[9] “Símbolo y señal: en busca del arca de la alianza”, en edición española (n. del t.)   
[10] Aproximadamente 1,14 x 0,68 x 0,68 metros
[11] “La serpiente celeste” en edición española.
[12] “Todo sobre las pirámides” en edición española.
[13] Aunque la mezcla de texto egipcio con su traducción puede resultar un poco confusa por estar entrecortado y a veces desordenado, mantengo la redacción del autor, en particular para apreciar exactamente la traducción de cada uno de los términos de los diversos fragmentos. (n. del t.)
[14] El autor se refiere a la frase que pronunció en un congreso el famoso egiptólogo Mark Lehner cuando quiso desmontar las pruebas aportadas por Robert Schoch acerca de una datación mucho más antigua de la Gran Esfinge. Lehner pedía que le mostraran al menos una pieza de la civilización que habría esculpido la Esfinge en tiempos tan remotos, no negando directamente los argumentos geológicos sino apelando a la falta de pruebas arqueólogicas de contexto. (n. del t.)

[15] “Las pirámides de Egipto” en edición española. (n. del t.)