domingo, 29 de marzo de 2020

¿Muchas mitologías o una sola?


En varias ocasiones me he referido en este blog a cuestiones mitológicas, sobre todo las vinculadas al origen del mundo, del hombre y de la civilización. Y lo que resulta sorprendente es que, a pesar de las diferencias –a veces muy grandes– en el espacio y el tiempo, podemos observar unas constantes similitudes narrativas en culturas aparentemente no conectadas de ningún modo.

Para ahondar en este tema, me complace presentar un artículo de mi colega José Luis Espejo, al que cité en la pasada entrada. Este documento ilustra la controversia con claros ejemplos de mitología comparada que hablan por sí mismos. Y mientras tanto, el estamento académico sigue anclado en sus autoctonismos e historias locales, y elude la incomodidad de explicar esas repetidas coincidencias que se dieron en unas épocas extremadamente remotas. Con tal base, el autor se pregunta si se está escamoteando parte de nuestro pasado por pura desidia. Un servidor de ustedes cree en la torpeza científica o en la falta de miras, pero llega un punto en que resulta difícil explicar tanta supuesta incompetencia…

Extrañas analogías en los mitos universales



Alegoría pictórica del Diluvio Universal
Todo hace pensar que el Diluvio es un mito universal; es decir, que el Diluvio fue en verdad Universal. Sólo hay que echar un vistazo a la “mitología comparada”. Un fenómeno catastrófico de carácter universal es común entre los judíos (Biblia), los griegos (Apolodoro), los germanos (Gylfaginning), en Sumeria (Gilgamesh), en India (Satapatha-Brahmana, y Bhagavata-purana), en Irán (Avesta), así como en Australia, Filipinas, Tailandia, China (rey legendario Yu), África (entre los yoruba), América del Sur (entre los aymara), América Central (entre los aztecas), Polinesia y Melanesia, etc...

Por otro lado, el personaje que recibe el encargo de crear una nueva raza de seres humanos, tras el Diluvio, es otro punto común en los distintos mitos: Deucalión en Grecia, Noé entre los judíos, Utnapishim entre los acadios-sumerios, Manu entre los indios...

En definitiva, hay un aspecto que o no ha sido tenido en cuenta (cosa harto dudosa), o ha sido escamoteado al público profano: la extraña analogía de los mitos universales. El mito del Diluvio es un claro ejemplo.

Distintas versiones del mito del Diluvio Universal

Comencemos por Europa. El mito noruego “Gylfaginning” dice así: “Odin, Vili y Ve mataron a Ymir (un gran gigante helado). De sus heridas brotó tanta sangre (agua) que, excepto Bergelmir y su mujer, los otros gigantes helados se ahogaron en la inundación que provocó. Bergelmir escapó con su mujer al subirse con presteza a un barco que él había construido vaciando un tronco. Ellos se convirtieron en los padres de la siguiente raza de gigantes, que fueron asimismo criaturas malvadas”.

Sigamos por África. Según el mito yoruba de la creación: “Los dioses nunca se cansaban de oír a Obatala (creador de la especie humana) describir la ciudad que él había creado en la Tierra (Ife). Muchos de ellos estaban tan fascinados con lo que habían oído, que decidieron dejar sus casas del Cielo y vivir entre los hombres en la Tierra... [Pero Olokun (diosa del mar) estaba celosa de Obatala y... ] Reunió las grandes olas del océano, enviándolas a través de la tierra que había creado Obatala. Una tras otra, las olas inundaron la Tierra hasta que el agua sumergió toda la extensión que se podía ver a simple vista” [Los pocos que sobrevivieron al Diluvio encontraron la ayuda de la diosa Orunmila].

Pasemos a América del Sur. He aquí la versión aymara del mito de la creación: “En el comienzo, el Señor Con Ticci Viracocha, príncipe y creador de todas las cosas, emergió del vacío y creó la Tierra y los Cielos. Luego creó animales y una raza de seres humanos gigantescos que vivieron sobre la Tierra en la oscuridad de una noche eterna, porque aún no había sido creada ninguna forma de luz. Cuando la conducta de esta raza disgustó a Viracocha, volvió a emerger, esta vez desde el lago Titicaca, y castigó a esos primeros seres humanos convirtiéndolos en piedras. Luego provocó una gran inundación. Pronto incluso los picos de las montañas más altas estaban bajo el agua”.

Representación del Diluvio (Mesoamérica)
Y ya en América Central, veamos qué dicen los Aztecas: “El cuarto mundo fue iluminado por el sol del agua. El gran dios Quetzalcoatl creó una raza de seres humanos a partir de la ceniza. Esta gente era muy codiciosa, por lo que fue castigada con una inundación... El Ser Supremo salvó una pareja humana del Diluvio. Les habló y les dijo: Encontrad un gran árbol, haced un agujero en su tronco lo suficientemente grande, y refugiaos en él hasta que las aguas se retiren...” [No obstante, como ni aún estos supervivientes son suficientemente virtuosos, fueron convertidos en perros. Habrá que esperar al quinto mundo para que vea la luz la actual especie humana.]

Acabaremos, cómo no, en Asia. La Biblia dice: “En aquellos tiempos, había gigantes en la Tierra, y también después, porque cuando los de la raza divina se unían con las hijas de los hombres, ellas les daban hijos; que son los valientes de otros tiempos, hombres famosos”. [Fue el hecho de que esos hombres fueran malvados lo que provocó el Diluvio subsiguiente.]

Reflexiones sobre el mito del Diluvio Universal

Sería ocioso negar que cada uno de estos mitos tiene aspectos peculiares. Ninguno es idéntico al otro; ni siquiera tienen propósitos similares. Por ejemplo, algunos de ellos pretenden ante todo singularizar la propia etnia sobre las demás, más que dar una explicación más o menos fabulada de la creación de la materia y de la vida a partir de la nada o del caos.

Pero sí se pueden destacar algunas constantes: 1) En todos los casos el Diluvio está asociado al castigo de una raza primigenia, supuestamente malvada (excepto en el mito yoruba); 2) en todos los casos (menos el yoruba y el aymara), una pareja se salva del Diluvio; 3) en todos los casos (menos el yoruba y el aymara), se habla de una raza de superhombres (grandes en estatura y longevidad, pero inmorales y malvados). ¿Quiénes son estos gigantes? Reflexionemos sobre ello.
Dos de estos mitos parecen darnos algunas pistas: tanto en el mito judío como en el yoruba, los primeros hombres se mezclaron con seres divinos (o dioses). Y en el primer caso, ello provocó el castigo del Ser Supremo. ¿Sería éste el origen de los gigantes? Y sobre todo, ¿quiénes eran esos seres supuestamente divinos?

Estatuilla de El-Obeid
Ahora examinemos la segunda gran incógnita: ¿Cuándo y cómo se produjo el Diluvio Universal? Desde luego, no durante el V milenio a. C., coincidiendo en Mesopotamia con la etapa El Obeid, como se suele afirmar. Ciertamente, en esas fechas una inundación catastrófica destruyó la primera Ur, y poco después fue creada la ciudad de Uruk (la patria de Gilgamesh). Pero esta evidencia histórica choca con la universalidad del mito del Diluvio.

En cuanto al modo en que éste se desarrolló, todas las versiones coinciden al menos en un punto: el supuesto castigo divino se concretó en una inundación (aunque en el mito azteca se habla de tres destrucciones anteriores). Respecto a su agente, hay contradicciones: según unas versiones, el Diluvio fue causado por lluvias torrenciales, y según otra (yoruba) por el mar. Sin embargo, hay un caso que destaca sobremanera: en la versión nórdica se habla explícitamente de la sangre del gigante helado Ymir. ¿Y quién es Ymir? Un glaciar, por supuesto. Cuando hablamos de Ymir estamos hablando del agua de los glaciares.

El mito nórdico es atrayente: ¿Un Diluvio Universal causado por el agua derretida de los glaciares? ¿Por qué no? ¿No es éste el único fenómeno que podría haber causado un Diluvio realmente universal?

Más coincidencias

Pero aquí no acaban las inquietantes coincidencias en los mitos universales. Ahora compararemos dos mitos de creación, separados en el espacio por miles de kilómetros y en el tiempo por más de tres milenios. Tanto el mito azteca como el mito babilonio afirman que el mundo fue construido empleando para ello el cuerpo dividido de un monstruo marino. Es el llamado “mito de las aguas primordiales”. Dado su excepcional interés, los expondremos ambos:

El dios azteca Quetzalcoatl
El mito azteca de la creación dice así: “Quetzalcoatl, el dios de la luz, y Tezcatlipoca, el dios de la oscuridad, miraron hacia abajo y sólo vieron agua. Una diosa monstruosa flotaba sobre el mar... Así que los dos grandes dioses se transformaron en dos enormes serpientes. Uno de ellos agarró a la diosa [del mar] por los brazos, mientras el otro la cogió por los pies. Antes de que la diosa [del mar] se pudiera resistir, ambos estiraron hasta que la partieron por la mitad. Su cabeza y su tronco se convirtió en la Tierra, y la parte inferior de su cuerpo se elevó al cielo y formó el Cielo”.

Ahora comparémoslo con el mito babilonio del Enuma elish: “Entonces Tiamat [diosa de las aguas saladas] y Marduk [dios principal del panteón babilonio] lucharon en combate singular... Marduk le disparó con su arco. La flecha atravesó su estómago y la desgarró, partiendo su corazón y matándola... Marduk dividió el cuerpo de Tiamat en dos partes, como un marisco. La mitad formó el Cielo, y la otra mitad formó la Tierra”.

No se acaban aquí las homologías en el mundo de los mitos: por ejemplo, no sólo Moisés fue encontrado en una canastilla flotando en un río; del mismo modo fueron rescatados héroes como Sargón I y Rómulo y Remo. Y Ulises no fue el único capaz de tensar su arco (a su llegada a su patria, Ítaca); este es también el caso del héroe indio Rama (para ganar a su esposa Sita) y del héroe africano Sunjata.

¿Están escamoteando parte de nuestro pasado?

Nadie se explica cómo se han podido producir tales analogías en los mitos y las tradiciones de sociedades tan alejadas entre sí en el espacio y en el tiempo. ¿Difusión de un bagaje cultural remoto por el orbe terrestre, cuando aún existían puentes de tierra firme entre los diversos continentes? ¿Producto de unas mismas pautas de pensamiento, ante circunstancias similares? ¿Cosa del azar? Tal vez nunca lo sabremos.

En todo caso, hay algo que no encaja. O bien ha existido una evidente desidia entre los especialistas de las distintas áreas de las ciencias sociales que se ocupan de la mitología, la etnología y la lingüística comparadas, en la investigación de los lazos comunes de la cultura humana (es decir, de la protocultura que en el mito Bíblico está simbolizada por el mundo antes de Babel). O bien están escamoteando una parte muy importante de nuestro bagaje cultural, en su sentido más universal. Sea como sea, la explicación a estos enigmas puede ayudar a resolver numerosas incógnitas sobre el pasado. Bien es sabido que el mito, históricamente, ha desvelado tantos misterios como ha creado. Todo se reduce a saber por dónde empezar a buscar.

© José Luis Espejo 2012

Fuente: https://www.joseluisespejo.com/index.php/articulos-antiguos/90-extranas-analogias-en-los-mitos-universales

martes, 17 de marzo de 2020

La arqueología alternativa en España


Aunque en repetidas ocasiones me he referido aquí a los autores españoles del campo de la arqueología alternativa, tenía la sensación de que me quedaba pendiente escribir un artículo más completo para describir todo este fenómeno en nuestro país desde sus comienzos, poniendo el énfasis en los investigadores principales, por lo menos los de la época “clásica”. Así pues, y sin ánimo de ser exhaustivo, expondré a continuación la historia y el desarrollo de la arqueología alternativa en España, teniendo en cuenta que con el cambio de siglo y la expansión de Internet han aparecido numerosísimos “expertos”, investigadores, o simples divulgadores que –desde sus webs, blogs o canales de youtube– han inundado el ciberespacio de información sobre arqueología alternativa, si bien en la mayoría de las ocasiones no han aportado nada realmente nuevo. De todos modos, debo admitir que alguno de estos “aficionados”, como Eliseo López Benito, llaman la atención por lo audaz de su trabajo, que –más allá de posibles errores– ayuda a romper moldes y a fijar nuevas líneas de investigación.

Para empezar, digamos que la arqueología alternativa –como fenómeno cultural y literario– apareció con cierto retraso en España, si la comparamos con su entorno occidental. Así, mientras que el llamado realismo fantástico y la Teoría de los Antiguos Astronautas ya triunfaban en los años 60 en Europa, aquí prácticamente pasaron desapercibidos, a excepción del interés de unos pocos aficionados. No fue realmente hasta el final de la década, sobre todo por el impacto global de la obra de Von Däniken, cuando toman fuerza los primeros investigadores y escritores que se lanzan a difundir la arqueología alternativa tomando los temas y enfoques de los autores internacionales más destacados, siempre bajo una fuerte influencia de la visión ufológica. En este momento aparecen figuras de la talla de los catalanes Antoni Ribera y Andreas Faber-Kaiser, que escriben sobre múltiples temas y empiezan a cosechar cierto éxito popular.

Antoni Ribera (1920-2001), submarinista y escritor, fue un auténtico “todo-terreno” que ya había traducido a muchos autores alternativos internacionales y que mostró un interés interdisciplinar por asuntos que iban desde los ovnis hasta los fenómenos paranormales, pasando –claro está– por los “misterios” arqueológicos o históricos. Para hacer justicia, hay que resaltar que ya desde finales de los años 50 Ribera se había interesado por el fenómeno ovni y que en 1968 fundó una legendaria revista, Horizonte, que copiaba en cierto modo el modelo de Planète, de los famosos Pauwels y Bergier. En el ámbito arqueológico cabe reseñar que en 1975 protagonizó una expedición a la isla de Pascua de la que nacería un clásico literario de este género: Operación Rapa-Nui. En todo caso, Ribera nos dejó un legado en forma de numerosos libros y artículos que podían englobar desde los monstruos marinos hasta los triángulos de la muerte repartidos por todo el planeta, pero siempre manteniendo como eje la cuestión extraterrestre.

A. Faber-Kaiser
Andreas Faber-Kaiser (1944-1994) también se inició en el entorno ufológico, pero en su caso tocó mucho más la arqueología alternativa propiamente dicha, si bien relacionándola habitualmente con las presencias extraterrestres. Ya en 1971 publicó su primer libro, ¿Sacerdotes o cosmonautas?, que marcaría sus primeros pasos en las investigaciones sobre “antiguos astronautas”. Posteriormente, en 1976, fundó –junto con el periodista argentino Alejandro Vignati–  la ya mítica revista Mundo desconocido, que significó todo un hito en los estudios ufológicos y de arqueología alternativa hasta su desaparición en 1982. De hecho, esta publicación fue reconocida como una de las tres mejores de su género en todo el panorama mundial, con colaboraciones de autores internacionales de primera fila. Así, entre otros muchos nombres, podemos destacar a investigadores pioneros en ufología y arqueología alternativa como Jacques Vallée, Erich Von Däniken, Zecharia Sitchin, Louis Pauwels, Peter Kolosimo, Peter Krassa, Colin Wilson, Aimé Michel, Antonio Ribera, Salvador Freixedo, Fernando Jiménez del Oso, J.J. Benítez, y un largo etcétera. Aparte, Faber-Kaiser emprendió múltiples investigaciones y viajes por diversos rincones del planeta que culminaron en la publicación de varios libros, la mayoría de ellos a caballo entre la ufología, la historia oculta y el mundo de la conspiración. Así, merece la pena recordar su trabajo de campo en lugares tan lejanos como la Cueva de los Tayos (en la selva ecuatoriana) o las ruinas megalíticas de la isla de Pohnpei (en el Pacífico). Entre sus libros podemos resaltar los siguientes títulos: Jesús vivió y murió en Cachemira (1976), Las nubes del engaño (1984), y El muñeco humano (1989). Finalmente, cabe destacar su faceta de divulgador, al haber impulsado programas de radio –como Sintonía Alfa– de gran impacto popular sobre estas temáticas.

Ya bien entrados en los años 70 la arqueología alternativa española, en tanto que insustituible compañera de viaje de la ufología, se hace muy popular de la mano de toda una pléyade de autores, investigadores y periodistas que escriben libros y artículos, realizan programas de radio, filman documentales o bien dan el salto a la pantalla televisiva. En cuanto a la difusión literaria, es imprescindible citar el esfuerzo de la editorial Plaza y Janés, que sacó una completa colección de obras maestras del género bajo el título Otros Mundos. Esta es la época clásica por excelencia de la arqueología alternativa en España, que se iba a extender hasta finales de los años 80. Sólo por citar los nombres más destacados, debemos hacer constar a los siguientes:

La granja humana, de S. Freixedo
Salvador Freixedo (1923-2019): jesuita y escritor gallego que propiamente fue un gran experto en ufología, pero que escribió repetidamente sobre la interpretación de la historia humana en clave de manipulación a cargo de los “antiguos dioses” venidos de otros mundos. En este campo, sin duda su obra más destacada sería La granja humana (1988).

Fernando Jiménez del Oso (1941-2005): psiquiatra madrileño que escribió algunos libros, pero que fue básicamente reconocido por su labor de divulgación de las “ciencias paranormales” y de la arqueología alternativa en televisión a partir de programas ya míticos como Más Allá, La otra realidad y La Puerta del Misterio. Fue también investigador y realizó numerosos viajes que se plasmaron en series o documentales. En torno a él se reunieron otras figuras del género y todavía es recordado como un referente de un enfoque serio y científico en estos temas, si bien para el estamento académico siempre fue un difusor de las pseudociencias.

Juan García Atienza (1930-2011): licenciado en filología, profesional del cine y la televisión, que escribió sobre materias como la antropología, la arqueología y la historia. Se especializó en el campo de las antiguas creencias, los lugares mágicos y muy en particular en el mundo de los templarios. Entre sus obras podemos destacar: Guía de la España mágica (1983), Guía de la España templaria (1987), Guía de la España griálica (1988), El libro de los dioses (1992), Los supervivientes de la Atlántida (1994) o El misterio de los templarios (2000).

Juan José Benítez (1946): periodista y escritor navarro que, como otros muchos, se inició como experto en ufología. Más adelante, se adentró en muchos ámbitos de la arqueología alternativa y realizó numerosos viajes e investigaciones de campo. En su caso, se ha interesado en particular por aspectos relacionados con la religión, la Biblia y Jesucristo. También ha tocado el medio audiovisual y es autor de la serie El planeta encantado, donde analiza diversos misterios de la Antigüedad. Aparte de su famosa serie Caballo de Troya, podemos destacar varias obras como las siguientes: Mis enigmas favoritos, Existió otra humanidad, El enviado, Los astronautas de Yavé.

En fin, siguiendo esta línea, en las últimas décadas han seguido apareciendo investigadores que en la gran mayoría de los casos son periodistas especializados en el “mundo del misterio”, en que el asunto ufológico sigue siendo el leit-motiv, pero que se muestran cada vez más abiertos a tocar múltiples facetas de la historia o arqueología alternativa, sobre todo las más populares o las que suscitan mayores controversias. En suma, estamos ante el triunfo de la cultura de masas centrada en los enigmas o misterios. En este ámbito hay perfiles un poco para todos los gustos, desde los más rigurosos o escépticos a los más amantes del espectáculo y de las audiencias. Por lo general, muchos de estos investigadores han acabado siendo escritores, editores de revistas, o directores de programas de radio o televisión y han alcanzado cierto éxito mediático.

Revista Año Cero
Sólo a modo de muestra cabría citar a Enrique de Vicente, Miguel Blanco, Manuel Carballal, Bruno Cardeñosa, Lorenzo Fernández Bueno, Sebastià d’Arbó, Josep Guijarro, José Antonio Caravaca, Miguel Pedrero, Iker Jiménez, etc. Soy consciente de que son unos pocos nombres y que debería citar muchos más, pero todavía me dejaría a bastantes personas en el tintero. Para no extenderme demasiado, cabe subrayar que la arqueología alternativa ha merecido amplios espacios en series o programas televisivos específicos, pero sobre todo ha gozado de buena salud en la radio (con programas como La rosa de los vientos, Espacio en Blanco, etc.) y en la prensa escrita (Karma-7, Más allá de la ciencia, Año Cero, Enigmas, etc.).

He reservado conscientemente un par de nombres a los que deseo honrar por su dedicación a aspectos puramente arqueológicos e históricos. En primer lugar, me referiré al recientemente fallecido piramidólogo Manuel José Delgado, un investigador y realizador audiovisual que se obsesionó con Egipto y las grandes pirámides. Delgado, al que tuve oportunidad de conocer personalmente hace unos años, era todo un experto en la Gran Pirámide –desde la faceta heterodoxa obviamente– y participó en numerosos documentales y estudios que se plasmaron en un completo libro (El secreto de la Gran Pirámide, 2002) sobre este monumento y todas las incógnitas que aún encierra.

El segundo investigador no podía ser otro que el famoso… Javier Sierra. Ya desde la adolescencia se interesó por el tema ovni “y sus derivados” e incluso se desplazó a la residencia de Antoni Ribera, en Sant Feliu de Codines, para beber directamente de las fuentes del gran maestro del género. Como otros, Sierra fue dejando a un lado la ufología clásica y se metió en el mundo de los misterios históricos y la arqueología alternativa, siendo desde entonces un reputado escritor en este campo, tras haber compartido pesquisas con figuras internacionales de la talla de Bauval o Hancock. Si tuviera que recomendar al menos un par de libros del periodista turolense, escogería En busca de la Edad de Oro (2000) y La ruta prohibida (2009). Desde hace unos años se ha dedicado por entero a la novela, con gran éxito internacional, narrando historias con un marcado trasfondo de misterio histórico e incluyendo ciertos toques esotéricos.

Arqueología de los dioses, de N. Ares
He dejado para el final expresamente a los escasísimos autores que proceden del campo académico. Tan sólo creo que merecen ser destacados dos nombres: Nacho Ares y José Luis Espejo. Nacho Ares, al que he consultado más de un asunto polémico dada su probada solvencia, es licenciado en Historia Antigua por la Universidad de Valladolid y siempre ha tenido un pie en el campo ortodoxo y otro en el alternativo. Por un lado, fue director de la prestigiosa Revista de Arqueología (ya desaparecida) y es un reconocido experto en egiptología. Por otro, en sus inicios llegó a participar en algún programa de Jiménez del Oso y hoy en día colabora con Iker Jiménez en Cuarto Milenio. La arqueología alternativa es parte importante de su repertorio, destacando muy en especial todas las cuestiones relacionadas con el Antiguo Egipto. De su bibliografía recomiendo El enigma de la Gran Pirámide (2004) y en particular Arqueología de los dioses (2007), todo un repaso crítico de la arqueología alternativa más habitual en la literatura y los medios. Nacho es sin duda todo un referente en la difusión de estos temas gracias a sus colaboraciones televisivas y a programas de radio como SER Historia.

José Luis Espejo es un compañero arqueólogo de la Universidad de Barcelona (somos casi de la misma promoción) que se ha dedicado por entero a investigar muchos temas típicos de la arqueología alternativa. José Luis no es un personaje mediático, pero ha publicado varios libros muy bien planteados y documentados que tal vez deberían haber merecido más atención. Lo que ocurre, y esto lo he experimentado yo mismo en mi modesta labor, es que cuando se nada entre dos aguas, se corre el peligro de ser rechazado o ignorado por los dos extremos. Dicho esto, destacaría sus obras Los hijos del Edén (2010), Temas de Historia oculta (2015) y Ecos de la Atlántida (2018).

En suma, podemos afirmar que la arqueología alternativa en España fue una derivación tardía del fenómeno internacional, en que la mayoría de las aportaciones más destacadas se hicieron hace ya décadas. En España el peso de la cuestión extraterrestre y la teoría de los Antiguos Astronautas siempre fue muy grande y marcó las investigaciones de muchos autores, como si no hubiera otros enfoques para abordar esta disciplina. Véase incluso hoy en día la insistencia de tanta gente con el omnipresente tema Anunnaki, por poner un ejemplo. Aparte de esto, los temas más habituales han sido los clásicos como los dioses creadores, la Atlántida, Egipto, las pirámides, la civilización maya, los ooparts, las tecnologías imposibles, etc. Fuera de esto hay muy poca investigación original, exceptuando algunas personas que exploran ámbitos minoritarios, como es el caso de mi amigo Guillermo Caba Serra y su estudio de la llamada arqueología de la conciencia.

Por lo demás, con los años, del puro interés intelectual se pasó a la abierta explotación comercial-mediática de los enigmas arqueológicos y esto es básicamente lo que tenemos actualmente, potenciado por la presencia de Internet. Y, en fin, espero que desde mi humilde empeño de divulgación y análisis –iniciado en 2012– la arqueología alternativa haya sido un poco más conocida en el ciberespacio, siempre intentado mantener un tono de rigor y crítica, lo que no excluye la amplitud de miras y la exploración de cualquier vía de estudio, a donde quiera que nos lleve.

Para concluir, y como homenaje a la arqueología alternativa española, adjunto el vídeo de un reportaje dedicado a la Gran Pirámide, a cargo del profesor Jiménez del Oso, con la colaboración de Manuel J. Delgado. El programa incluye también un debate posterior, en el que podremos observar la presencia, entre otros, de un joven Nacho Ares.



© Xavier Bartlett 2020

Nota: Dedico este artículo a la memoria del arqueólogo aficionado y buen amigo Manuel Fernández Saavedra, fallecido sin haber podido concluir todos sus planes de investigación.