Desde
hace ya unos meses viene corriendo por Internet con cierto éxito una historia,
apoyada en abundante documentación videográfica, sobre el hallazgo en el estado
de Jalisco (México) de centenares o miles de artefactos (la mayoría de piedra)
grabados con extrañas figuras que –a juicio de determinados expertos–
son inconfundiblemente alienígenas, y esta vez con el valioso añadido de unas
formas que también son inconfundibles ovnis o platillos volantes, lo
cual refuerza más la heterodoxia y espectacularidad de esta asombrosa
colección. Así, no es de extrañar que a algún ufólogo mediático de renombre,
como el mexicano Jaime Maussan, le haya faltado tiempo para difundir la noticia
a bombo y platillo.
A
estas alturas, a uno ya no le sorprende nada, pero cuando desde una óptica
rigurosa y a la vez escéptica tratamos de arrojar luz sobre el asunto de la
arqueología alternativa, este tipo de "hallazgos" –que vienen a
confirmar la inequívoca presencia de antiguos astronautas (o dioses)
venidos de un lejano planeta– en vez de ayudar, aportan más confusión y
descrédito al debate genuino.
Recientemente tuve la oportunidad de comentar con Graham Hancock el tema de la Edad de Oro (que será objeto de atención prioritaria en su próximo libro, Magicians of the Gods) y coincidíamos en afirmar que los enigmas de nuestro remoto pasado parecen secuestrados por el lobby de los antiguos alienígenas, cuya versión de los hechos goza de una amplia difusión social en Internet, particularmente a través de ciertos documentales como Ancient Aliens y similares. Por otra parte, le explicaba a Hancock que hace unos años vi en un documental al famoso Erich Von Däniken afirmando que "había una conspiración para ocultar el tema de las visitas alienígenas". Luego, en tono medio jocoso, le añadía al autor escocés que –a la vista del bombardeo mediático– ahora más bien parece haber una conspiración para que creamos en extraterrestres (ya sean del pasado o de la actualidad). Sea como fuere, cada vez se hace más difícil dar credibilidad y seriedad a las visiones heterodoxas de la Prehistoria y la Historia Antigua, sin caer en el doble juego de la negación académica o la "verdad alternativa" (con alienígenas incluidos).
Recientemente tuve la oportunidad de comentar con Graham Hancock el tema de la Edad de Oro (que será objeto de atención prioritaria en su próximo libro, Magicians of the Gods) y coincidíamos en afirmar que los enigmas de nuestro remoto pasado parecen secuestrados por el lobby de los antiguos alienígenas, cuya versión de los hechos goza de una amplia difusión social en Internet, particularmente a través de ciertos documentales como Ancient Aliens y similares. Por otra parte, le explicaba a Hancock que hace unos años vi en un documental al famoso Erich Von Däniken afirmando que "había una conspiración para ocultar el tema de las visitas alienígenas". Luego, en tono medio jocoso, le añadía al autor escocés que –a la vista del bombardeo mediático– ahora más bien parece haber una conspiración para que creamos en extraterrestres (ya sean del pasado o de la actualidad). Sea como fuere, cada vez se hace más difícil dar credibilidad y seriedad a las visiones heterodoxas de la Prehistoria y la Historia Antigua, sin caer en el doble juego de la negación académica o la "verdad alternativa" (con alienígenas incluidos).
Pero
volvamos al centro de la cuestión. En los documentales o noticias relacionadas con
estos objetos aparecen arqueólogos o personas de perfil académico que apoyan la
veracidad del hallazgo, a pesar de sus primeras reticencias. Cabe
destacar que estas figuras extraterrestres han sido estudiadas por
investigadores internacionales como el austriaco Klaus Dona, con la colaboración inesperada del gurú de la
nueva Física Nassim Haramein[1]. Tras su análisis, Dona, aun reconociendo que son piezas “demasiado buenas”, apoya una posible autenticidad
de las piedras. Y a este respecto lo primero que tenemos que decir es que
aunque Dona sea presentado como arqueólogo profesional, no lo es; es un
"arqueólogo espiritual" (según su autodefinición), o más bien un
investigador independiente con un gran conocimiento de los llamados ooparts,
pero es más que dudoso que tenga siquiera un conocimiento medio de
arqueología precolombina. A mí particularmente me llamó la atención que en una
conferencia donde se presentaban imágenes de estos objetos, alguien del público
le preguntó por el paradero original de los artefactos, a lo cual sólo obtuvo esta
vaga respuesta: “América Central”. Empezamos mal si no investigamos lo más
básico.
La
verdad es que si ahondamos un poco en este caso, veremos que el número de anomalías
(¡y no me refiero a las supuestas figuras de ETs, por supuesto!) es
realmente extraordinario, si es que queremos enfocar la cuestión con un mínimo
de rigor. Así pues, a partir de la información disponible, me he permitido
elaborar el siguiente listado con elementos más que dudosos que deberían
invitar a la reflexión a más de uno.
2) De todas formas, que se sepa, ninguno de los objetos ha sido extraído en una excavación arqueológica convencional. No hay ninguna información fiable sobre el número exacto de objetos ni sobre su clasificación o tipología, pero parece que al menos prácticamente todas las piezas que se han mostrado están relacionadas con presencias extraterrestres. Asimismo, no disponemos de datos precisos sobre el origen geográfico de los artefactos, ni sobre su contexto estratigráfico, ni sabemos nada sobre su extracción, manipulación y conservación. Tampoco tenemos ninguna datación basada en criterios rigurosos[2]. Se dice que un granjero halló miles de estos objetos en una cueva y con esto nos debemos contentar. Esta historia recuerda bastante en sus indefiniciones a las famosas piedras de Ica o las estatuillas de Acámbaro.
3) El aspecto de los artefactos, supuestamente muy antiguos, es sospechosamente magnífico. Las piezas aparecen prácticamente intactas, sin muestras de desgaste superficial, roturas o grietas u otros efectos del paso del tiempo[3]. Sin embargo, para ser justos, esto no es una prueba contraria contundente, pues las piedras lógicamente son más resistentes que otros materiales y también influyen mucho las condiciones en que se enterraron estos objetos.
4) El hecho de encontrar centenares o miles de estos objetos no prueba su autenticidad, aunque parezca un argumento de gran peso. También en el caso de Ica muchos no entendieron la necesidad o el sentido de realizar miles de piedras falsas. No obstante, una mayor producción de falsificaciones no aporta más credibilidad a todo el engaño, como se ha demostrado sobradamente en Ica.
Lápida del sarcófago de Pacal |
6) Resulta sorprendente la rapidez con la que algunos expertos locales ven caras de ETs en todas estas representaciones. No pueden ser humanas de ninguna de las maneras, y por lo tanto han de ser de otro planeta. Bueno, si tomamos la iconografía de los dioses de la antigüedad, a veces tenían aspecto plenamente humano, otras eran mezcla de animales y humanos y otras eran simplemente seres fantásticos. Me pregunto cuántos de estos expertos han visto alienígenas personalmente, y saben positivamente que vienen de otro planeta. La identificación de todos los antiguos dioses con ETs es una vieja controversia que sobrevive en la pura especulación, pero sigue teniendo mucha salida.
Representación artística de grises |
Cráneo alargado precolombino |
9) En lo que se refiere a los ovnis representados, pocas veces se han visto tantas típicas naves explícitas (y no meros discos u otras formas más o menos simbólicas). He visto bastantes supuestas representaciones de ovnis en petroglifos, grabados o pinturas y desde luego parece que aquí los autores se hubieran esmerado en presentarlos de forma detallada y dinámica, casi cinematográfica, e incluso con seres extraterrestres en el interior, para despejar cualquier duda. En suma, estos diseños tan realistas, en perspectiva oblicua (y no simples visiones de perfil) y ligados a las figuras de ETs, constituyen un ejemplo absolutamente único en la iconografía del antiguo astronauta conocida hasta la fecha. En fin, demasiado bonito para ser verdad.
10) Finalmente, para añadir más intriga a esta ceremonia de la confusión, se afirma en alguna fuente que el gobierno mexicano ha liberado algunas de las tablillas (presumiblemente más comprometedoras) que habrían estado previamente clasificadas durante nada menos que 80 años. Por desgracia, luego faltan nombres, fechas, hechos y datos que permitan profundizar en este tipo de aseveraciones. A esto hay que añadir que ya desde hace un cierto tiempo vienen apareciendo noticias –unas cuantas de ellas desde México– sobre revelaciones importantísimas para la humanidad relacionadas con nuestro supuesto origen extraterrestre y sobre nuestro futuro inmediato. Me gustaría verificar la veracidad de estas informaciones, porque esta rumorología altisonante es muy típica del universo Internet, en el que se dicen tantas cosas y se comprueban tan pocas. Lo que no es ninguna novedad para nadie es que toda esta parafernalia ya estaba en marcha desde antes de la mítica fecha del solsticio de invierno de 2012 y que parece querer perpetuarse con mucho sensacionalismo pero con muy poca investigación crítica. Sea como fuere, esta aura pseudoconspirativa invita directamente a la desconfianza y entorpece cualquier aproximación al tema de forma imparcial y rigurosa.
Vistas todas estas
circunstancias, da la sensación de que se quiere aprovechar la actual ola de “alienmanía”
para vender una patraña que apenas guarda relación con una arqueología mínimamente
rigurosa. En suma, a este autor le parece que estamos ante un nuevo gran
fraude, tal vez de las mismas proporciones del caso de Ica, ya sea por motivos
sensacionalistas, económicos o de otra índole. ¿O acaso, como comentaba con Graham
Hancock, estamos ante una gran campaña de desinformación y lavado de cerebro
para que todo el mundo acabe creyendo en los dioses extraterrestres? Por de pronto,
no he encontrado ninguna refutación académica a tanto desaguisado, si bien podría
entender que ningún profesional quiera llamar la atención sobre este tipo de
noticias por considerarlas un mero disparate. El problema lo tendríamos de
verdad si desde el estamento académico no sólo se mantiene el silencio sino que
se empieza a cambiar de opinión sobre este hallazgo y otros semejantes. Entonces
algo estará pasando, sin duda...
(c) Xavier Bartlett 2014
Crédito primera imagen: www.piramicasa.es
[1] Cabe decir
que quizá Haramein sea un genio en su especialidad, pero la interpretación “científica”
que da sobre las figuras de una extraña piedra (que incluye un planeta, unos
ovnis y un ET en posición Chac Mool) resulta poco menos que hilarante. Véase esta
explicación en el vídeo disponible en youtube (en inglés): https://www.youtube.com/watch?v=rtO3la-Q_To
[2] En varias
fuentes se habla de que los objetos pertenecerían a la civilización maya, pero
también se han atribuido a una época indefinida “pre-maya”, y todo ello sin ningún
tipo de prueba sólida.
[3] También es
reseñable que, según Dona, existen bastantes piezas de caolín (materia prima de
la porcelana) hechas mediante moldes, con la peculiaridad de que todas son
diferentes, lo cual causa cierta perplejidad. En todo caso, estos objetos han
aparecido enteros y en un estado admirable de conservación.
4 comentarios:
Cuando se contruiran los ordenadores cuanticos, miles de veces mas potentes que los de hoy, entonces se podra escuchar y procesar miles de veces mas cantidad de ondas cosmicas.De hecho se progresara entonces en dos dias lo que hizo seti en 30 años.
Me parece que tienes toda la razón. Lo que más me sorprende es la facilidad con la que la gente cae fascinada en esta clase de pamplinas... Desde que vi estas tablillas y vi su extraño brillo me parecieron muy sospechosas! Saludos y te felicito por la seriedad con la que tratas el tema...
Gracias Juangi
Sí, yo también vi desde el principio que eso caía por su propio peso. Además pude ver en vivo algunas tablillas en Barcelona y asistí a la conferencia de unos de los "descubridores". El discurso no tenía pies ni cabeza y era un montón de tópicos sobre los ETs, con interpretaciones surrealistas. Lo que me choca es que gente como Haramein (a través de Klaus Dona) diera credibilidad al montaje y también ofreciera su particular visión. ¿De qué va todo esto?
En fin, creo que sólo siendo serio y riguroso se podrá sacar algo del asunto de la ufología. Por desgracia, seguimos viviendo entre dos extremos: los escépticos o negacionistas y los que montan el show. Entre medio hay muy poca gente, y casi todos ellos son de hace décadas. Creo que apenas se ha aportado nada nuevo ni valioso en los últimos 30 ó 40 años.
Saludos,
X.
no hay peor ciego que el que no quiere ver
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