José Álvarez López (1914-2007) fue un destacado científico y
espiritualista argentino, catedrático de Química y Física en la Universidad
Nacional de Córdoba (Argentina). También fue conferenciante y autor de
numerosas publicaciones técnicas. Pero aparte de una reconocida trayectoria profesional
en su ámbito de conocimiento científico, Álvarez exploró otros caminos más
heterodoxos de la ciencia, concretamente en el ámbito de la denostada Piramidología,
la disciplina no reconocida que no sólo trata de aportar nuevos enfoques histórico-arqueológicos
sobre las pirámides sino que plantea también un estudio de las pirámides como
forma constructiva capaz de producir ciertos efectos biológicos, químicos o
energéticos.
En este campo, es de destacar el libro escrito por Álvarez
titulado “El enigma de las pirámides”, una obra de referencia alternativa en la
cual el sabio argentino lanzaba osadas propuestas (para la Egiptología, claro
está) sobre el sentido y función de las pirámides, y muy en particular de la
Gran Pirámide de Guiza. A modo de homenaje a su trabajo, adjunto seguidamente una
entrevista disponible en Internet en la cual el Profesor José Álvarez nos habla
en profundidad de esa faceta paracientífica de las pirámides y también
de la fabulosa tecnología del Antiguo Egipto, centrándose en el famoso “Informe
Baker”, que ponía de manifiesto la gran perfección de los trépanos sobre piedras duras (granito y diorita) observados en la meseta de Guiza y que llamaron la atención del ilustre egiptólogo Flinders Petrie.
Entrevista a JOSÉ ÁLVAREZ LÓPEZ
El ilustre
científico argentino José Álvarez López concedió al ingeniero Osvaldo J. Casero
una entrevista exclusiva en su casa de campo cercana al pueblo de Tala Huasi,
en la serranía de Córdoba, provincia homónima, de la República Argentina.
Osvaldo J. Casero: Vamos a hablar sobre un tema tabú para los científicos, ya que el profesor Álvarez ha encontrado vestigios de una avanzada civilización extraterrestre tras sus investigaciones y viajes a Egipto. ¿Por qué existe ese misterio en torno a la tecnología de construcción extraterrestre de las pirámides egipcias?
Profesor Álvarez: Bueno, la definición que se acaba de dar sobre el tema es correcta. Hay como una especie de tabú de los científicos. Es incongruente, pero hay que calificarlo así.
Por ejemplo, en un libro publicado en España por editorial Aura titulado “El mensaje de la gran pirámide”, en la página 100 aparece la fotocopia de una plancha n.º 40 del libro de Petrie “Pyramids and temples of Gizah” (“Las Pirámides y los templos de Guiza”): al pie de la página aparece la frase “un tabú que dura 100 años”.
Fíjese qué barbaridad decir eso, que haya un tabú que dure 100 años y que los científicos decidan que no se remueva. El tabú tiene que seguir por imperio de los científicos. Esto es un contrasentido total. ¿Cómo puede haber un tabú en ciencia? Hay tienen ustedes la prueba, la plancha n.º 40 de un libro de Petrie, publicado en 1901 es impublicable por los científicos por un tabú; yo la publiqué, convirtiéndola en una herejía científica, por eso la publiqué.
La obra cumbre de W.M. F. Petrie |
Ustedes dirán ¿esto lo dice usted? Sí, es cierto. En el libro de Petrie (1901) -que no se ha vuelto a publicar- ya que en la ciencia hay un “index” de libros prohibidos, y el libro de Petrie está en dicho “index”. Pueden consultarlo en la biblioteca del British Museum, Londres, en la Biblioteca Nacional de París y en el Museo de El Cairo, los únicos tres sitios del mundo en donde se puede consultar.
Petrie envió desde Londres allá por 1900 a un equipo de ingenieros especialistas en máquinas-herramientas comandado por Benjamin Baker, que habían inventado la máquina-herramienta de más calidad por aquel entonces. El torno fue inventado por dicho ingeniero, al que debemos respetar como un gran técnico. Baker analizó una veintena de piedras en las que se veían las huellas de las herramientas que las trabajaron (sobre el 3.000 a. C.) Dichas piedras estaban tiradas en los basureros egipcios con los restos de las construcciones de templos, pirámides, etc. Baker hizo un informe que ocupa cinco páginas del libro de Petrie; empieza así: “Si un ingeniero moderno fuera capaz de reproducir la herramienta antigua, no sólo se haría millonario, sino que revolucionaría la industria moderna…” Imagínense ustedes, para un inglés, la posibilidad de hacerse millonario es lo que más le importa. Se lanzaron a la tarea de averiguar el secreto del trépano egipcio, con un equipo de 20 ó 30 ingenieros.
Seguía el informe: “…se trataba de un taladro para piedra que penetraba y horadaba la piedra…” como los que tenemos actualmente en canteras, pozos petrolíferos, etc. Pero el taladro egipcio era muy particular: al analizar las piedras egipcias, las huellas se veían, ya que bajaban 1 centímetro, mientras que en las modernas la huella baja 0,10 cm. Hay una gran diferencia entre 1 cm. y 0,1 cm. (yo he visto las fotos personalmente).Trataron de descubrir como funcionaba el trépano egipcio: por movimiento rotatorio inverso, o sea, por contragolpe, la herramienta entra por un lado y después por el otro. No se puede, por esto y lo otro; una herramienta que entra por dentro de otra: no se puede, por esto, y lo otro…; máquina por polvo abrasivo, por ablandamiento químico… descartan todos los procedimientos que se le pueden ocurrir a un ingeniero y llegan a la siguiente conclusión, que quiero destacar: Un taladro moderno de acero al cromo-vanadio y punta de diamante, aguanta 50 kilos máximos, pero el egipcio aguantaba sin lugar a dudas ¡MÁS DE 2.000 KILOS! ¡Fíjense que herejía científica e histórica es decir esto, dicho por Benjamin Baker, uno de los técnicos más grandes de todos los tiempos!
¿No es un tabú que ustedes no se hayan enterado antes de esto, y que se enteren por mí, casi 100 años después de haber sido publicado en 1901? ¿No es una monstruosidad? ¿No es un baldón para nuestra civilización? ¡Es cuestión de una barbarie incrustada en nuestras instituciones científicas!
O. J. Casero: ¿Qué podría contarnos sobre su último
viaje a Egipto y lo que investigó allí?
Prof. Álvarez: Fui a Egipto hace unos 30 años viendo diversas cosas,
luego volví hace 10 años, y hace 6 meses estuve casi un mes. Ésta última vez
estuve buscando información sobre los trépanos egipcios. Mi primera sorpresa
fue que en el Museo de El Cairo, recuerdo que la penúltima vez que fui había
una sala en la que estaban trozos de piedras trabajadas con dichas
herramientas, pero la última vez descubrí que habían sido extirpadas,
eliminadas del museo. Los conservadores del museo se habían tomado la molestia
de eliminar todo lo concerniente a dichas piedra trabajadas por herramientas
antiguas. ¿Qué les parece? ¿No es casualidad que las hayan tirado?
Andando un día por Egipto, hay basureros de piedras en donde tiran los restos
de las grandes obras, tuve la suerte de encontrar 4 ó 5 piedras taladradas por
dichas máquinas. Una de ellas, cerca de Sakkara, tenía una perforación de 5
centímetros (2 pulgadas) aproximadamente, pero no se veía mucho el interior.
Metí el dedo índice, y comprobé una cosa que ya sabía: que el perfil de la
perforación en vez de ser rectilíneo era ondulado, una onda sinusoidal
perfecta. La separación de cada onda era de medio centímetro, y además me llamó
la atención la suavidad que tenía el corte. Si hubiera sido trabajado por
fuerza de ruptura técnica, como nuestros trépanos, arrasando y rompiendo la
piedra, habría quedado basto, pero la egipcia había dejado una huella
completamente lisa, pulida y suave. Evidentemente, según mi opinión como
técnico, aquello no fue producido por un procedimiento de abrasión sino por
algún otro procedimiento de alta tecnología, tipo láser, que perfora, se mete
en la piedra y la deja suave.
Esa es la impresión que me ha dado la perforación dejada por la máquina antigua que, como dije, fue fotografiada por Petrie.
O. J. Casero: En base a esas observaciones hechas en Egipto, ¿qué método de trabajo podría usarse para investigar la forma en que se construyeron las pirámides y cómo ha influido el uso del taladro en dichas obras?
Prof. Álvarez: Esa investigación es imposible de hacer, ya que desde el mismo momento que existe un tabú de los investigadores y científicos, el problema es ver cómo superar el tabú de los arqueólogos en torno a las máquinas-herramientas egipcias.
Ésa es mi versión, cómo puede hacerse. Yo soy pesimista: han pasado 100 años y no se ha podido levantar el tabú. No sé cuántos años han de pasar; alguna vez se levantará, pero no sé cuando será. Yo no me tomaría el trabajo de levantarlo, ya que yo sé que cualquier cosa que yo publique o hable es impublicable en los tratados científicos.
O. J. Casero: ¿No cree que lo que usted ha publicado ya sobre el tema es una buena base para sustentar nuevas investigaciones?
Prof. Álvarez: Yo ya me he tomado el trabajo de publicar en cientos de miles de publicaciones mías y libros míos “bestseller”, y no he podido doblegar a ni uno solo de los arqueólogos acerca de la existencia de estas herramientas. Están fotografiadas y yo he tocado las piedras. De manera que existen, pero los arqueólogos no pueden aceptar la existencia de estas herramientas porque se les derrumbaría su teoría de la arqueología. La arqueología tiene una teoría que se derrumbaría si se demostrara la existencia de estas herramientas, y como ellos no están dispuestos a que se derrumbe, porque viven de ella, es su “modus vivendi”, viven de la arqueología, no están dispuestos a investigarlo nunca. Es muy grave lo que acabo de decir, pero es una denuncia.
O. J. Casero: Desde el punto de vista de la tecnología del futuro, ¿cuáles serían las posibilidades que encontraríamos al profundizar sobre estas técnicas egipcias?
Prof.
Álvarez: Bueno, el informe Baker del
libro de Petrie dice que: “Si un ingeniero moderno contara con estas
herramientas no sólo se haría millonario, revolucionaría la industria
moderna…”El estudio de estos temas es de una importancia capital, ya que
reportarán grandes avances para el futuro, ya que ahora estamos detenidos por
este tabú, que nos inhabilitan para investigar estos temas, nos prohíben
comentarlos y sobre los cuales no pueden tratarse en los libros y publicaciones
científicas.
Porque un tabú es una cosa tremenda; ahora lo pienso y es realmente
sorprendente que no se haya podido investigar, que yo no lo haya podido
investigar, que Baker, Petrie y los señores más importantes de los arqueólogos
no pudieron, no les hayan dejado investigarlo. Esto es una cosa gravísima. Es
una monstruosidad en el campo científico que está pegada a las críticas que
hacíamos a los procesos de la Inquisición, por ejemplo, las barbaridades de la
Edad Media, las monstruosidades del mundo antiguo. Este caso que estoy comentando son las monstruosidades del mundo moderno.
Claro, a ustedes, a nosotros no nos afectan; pero a la gente que contemplaba
desde la otra acera a la gente que quemaban viva en las plazas públicas tampoco
les afectaba. ¿Y qué diferencia hay entre nosotros que estamos viendo el auto de fe
científico y aquellos que veían aquel otro auto de fe? Estamos todos inmersos
en un estado de barbarie porque decir que esto sucede es estar en la barbarie.
O. J. Casero: ¿Qué relación hay entre la velocidad de precipitación de las enzimas humanas y el campo energético producido por las pirámides?
Prof. Álvarez: Eso requiere hablar de una teoría sobre la longevidad de los faraones, que alargaban la vida en el interior de las pirámides.
Eso, dicho a priori, habría que negarlo, pero resulta que existe una relación entre la precipitación coloidal y las pirámides. Eso lo investigué en Florencia con el profesor Piccardi, con quien tuve el honor de trabajar tres meses sobre precipitación coloidal. El método de Piccardi consistía en medir la velocidad de precipitación coloidal del oxicloruro de bismuto. Se pone 1 cm3 de cloruro de bismuto en el fondo de un tubo de ensayo transparente y 10 cm3 de agua, y se produce un líquido lechoso que comienza a decantar; deja de decantar, y se produce una columna de líquido transparente de 2 cm. que va aumentando. La medida de la velocidad de producción de este líquido transparente, o sea, la velocidad de precipitación del coloide era la línea de investigación de Piccardi. Entonces colocamos varios tubos de ensayo.
El primer tubo lo pusimos
dentro de un blindaje de cobre, formando lo que se llama una “jaula de
Faraday”; el segundo lo dejamos a la intemperie; el tercero tenía al lado un
transmisor de 1500 megaherzios que daba su situación; el cuarto estaba bajo una
pirámide de cartón de 30 cm. de lado. Hicimos simultáneamente la precipitación
en los 4 tubos, midiéndola en los aparatos de Piccardi: Vimos que el tubo que
estaba en el blindaje de cobre precipitó 1cm3 más o menos de precipitado en 1
minuto. El segundo tubo que estaba a la intemperie en el laboratorio precipitó
1 cm3 en 3 minutos. El tercer tubo que estaba junto al transmisor de 1500
megaherzios precipitó 1 cm3 en 5 ó 6 minutos. Y el cuarto tubo que estaba bajo
la pirámide NO PRECIPITÓ EN MEDIA HORA. Ciertamente era impresionante. Entonces
se veía cosa curiosa: la energía de la pirámide permitía la floculación
permanente, o sea que el coloide no podía flocular, no precipitaba. Por
asociación de ideas se dice que el envejecimiento de los mamíferos ocurre
cuando el citoplasma precipita como coloide dentro de la célula. Con lo cual,
si se pudiera evitar la precipitación del coloide citoplasmático se arreglaría
la vida humana.
Entonces,
si los faraones se introducían en las pirámides, por algún procedimiento
especial, conseguían atrasar el envejecimiento, ya que no precipitaba el
citoplasma de sus células. Bueno, eso es realmente curioso; nosotros seguimos
investigándolo en el laboratorio del Instituto de Estudios Avanzados y
encontramos otras cosas curiosas: que la pirámide tenía la virtud de modificar
el accional de la enzima. El funcionamiento de la enzima dentro de la pirámide
quedaba modificado. Por ejemplo, rápidamente, la enzima llamada ureasa
(que transforma la urea en amoníaco) que se utiliza para hacer análisis
clínicos, si se coloca en un tubo de ensayo con urea, forma una cantidad “X” de
amoníaco, en 5 minutos, por ejemplo. Si se mide con cualquier método
electrónico, la ureasa colocada bajo la pirámide tenía un 150 % más de
rendimiento que otra no colocada, demostrando que hay una relación entre la
forma piramidal y la enzima. Hicimos un catastro de enzimas. La invertasa, que
transforma la sacarosa en glucosa aumentaba el 80 %. En cambio, había un 80 %
de disminución de la eficacia en el cuajo, que produce menos queso bajo la
pirámide. Es recomendable que los que hacen queso no pongan sus instalaciones
bajo las pirámides. Elevamos un informe a la Facultad Bioquímica de la
Universidad de Córdoba, y no les interesó investigarlo como diciendo que no
estaba previsto dentro de su investigación. ¡Los científicos tienen tabúes, y
los tienen que investigar! Yo considero que es necesario investigar el accional
de una enzima bajo una pirámide ya que, aunque a primera vista no pareciera que
pudiera tener influencia alguna, experimentalmente se ha demostrado lo
contrario.
O. J. Casero: ¿Para que cree usted que fueron construidas las pirámides?
Prof.
Álvarez: Hay varias teorías; una de
ellas es que fueron construidas para rejuvenecer a los faraones. Esta no es una
teoría de charlatanes, ni de novelistas ni de periodistas, es una teoría de
científicos ya que los arqueólogos han investigado este problema y,
efectivamente, dentro de las pirámides se colocaban los faraones cuando habían
reinado 30 años, y después de un tiempo (que no se conocía, era secreto)
volvían a reasumir el mando y hubo faraones que reinaron 90 años. Evidentemente
se rejuvenecían en las pirámides. En la Egiptología hay mucha bibliografía
sobre este tema, sobre todo en el Departamento de Egiptología de la Universidad
de Chicago, que ha investigado sobre este fenómeno del rejuvenecimiento de los
faraones dentro de las pirámides, que era denominado como “el jubileo del
faraón”. Pero ocurre que la discusión no es si los faraones rejuvenecían dentro
de la pirámide tras concluir un período o no, sino si era real o ficticio, o
sea, si se trataba de una estafa, que hacían creer a la gente que rejuvenecían
o, si realmente el faraón rejuvenecía. Eso no lo hemos podido aclarar; pero que
las pirámides eran utilizadas para los faraones, y que después de eso reinaban
30 años más, eso está establecido por la Egiptología, es público y conocida.
En todos los templos egipcios y en las pirámides se pueden ver en los frisos alusiones a dicha ceremonia. Se llama la ceremonia del Hebzed. Algunos arqueólogos sostienen que no se pudo basar un imperio, una sociedad, en una mentira; no tiene sentido. Lo que es indudable es que usaron las pirámides para dicho fin, fuese cierto o no que rejuvenecieran los faraones.
O. J. Casero: Hablando ahora sobre sus investigaciones acerca del hatha-yoga, ¿qué influencia tiene el pranayama o energía invisible del aire en la fisiología humana?
Prof. Álvarez: Esto fue publicado en mi libro “Avances sobre Yoga”
(Editorial KIER, Buenos Aires) al que yo le puse el subtítulo “yoga
electrónico”. Investigando los fenómenos del yoga, se vio que existe una
diferencia de potencial eléctrico en la nariz, una diferencia entre la fosa
derecha y la izquierda de 65 milivoltios.
Es curioso, en
las mujeres es negativa en la nariz derecha y en los hombres es positiva. De
modo que hay tres definiciones de sexo: el anatómico, el endocrino según las
secreciones endógenas; y el sexo eléctrico, que para mí es el más seguro de
todos, es el determinante, ya que a muchos hombres el anatómico no les sirve (y
a muchas mujeres tampoco) porque no lo usan. Pero el sexo eléctrico es el más
ajustado a las inclinaciones y gustos de las personas. Por ejemplo, el 85% de
hombres y mujeres tienen el sexo correcto con la polaridad correspondiente,
pero hay un 15% de excepciones en el que están los desviados y los neuróticos.
Nosotros
hemos hecho un catastro en varios lugares: Madrid, Córdoba y Miami. Pasó una
cosa curiosa: en Madrid y Córdoba si encontramos un 85% de coincidencia, pero
en Miami no, hay un auténtico revuelto (50% de coincidencia). No sabemos por
qué, pero en Miami debe haber alguna causa que nos es desconocida, y que altera
la estadística del 85% de coincidencia.
O. J. Casero: ¿Qué podrá decirnos acerca del “pranayama” o técnicas de
respiración de los hindúes?
Prof. Álvarez: Como dije en mi libro “Avances en Yoga” el hombre tiene
2 pulmones para el oxígeno, y 2 pulmones para el “prana” que están en la nariz,
las mucosas nasales. Este prana es absorbido alternativamente por la nariz
izquierda y la nariz derecha y se hace mediante el yoga. Hay un ritmo de 50
minutos en el ser humano que no solo está establecido por los hindúes, sino por
unos rinólogos suecos que han investigado el tema. Yo investigué esto porque no
creía en la existencia del prana y creía que era un proceso de exitación
energética del ADP (adenosinadifosfato) que después de la mucosa nasal se
transformaría en ATP (adenosinatrifosfato) por medio de un proceso oxidativo, y
por medio del sistema vascular interno y linfático de la parte superior de la
nariz sería absorbido por la sangre.
Hice
las investigaciones en el laboratorio de bioquímica, y no dieron resultado por
diversas razones, y llegué a la conclusión que no había explicación para la
llamada “absorción del prana”. De modo que en estos momentos, pienso y acepto
que existe un fluido en el aire que absorbe el pulmón nasal y ese fluido es el
“prana”, es un fluido polar, con polaridad positiva y negativa; todo esto ha
sido el fruto de investigaciones como dije en mi libro “Avances en Yoga”, las
primeras investigaciones hechas en occidente sobre yoga.
Es
sorprendente que no hayan hecho investigaciones científicas sobre yoga, es una
cosa increíble. Les aclaro que el subtítulo del libro es “yoga electrónico”
porque las investigaciones se realizaron con dispositivos electrónicos...
Fuente:
http://perso.wanadoo.es/wolf359/dr_jose_alvarez_lopez/dr_jose_alvarez_lopez.htm
2 comentarios:
Enhorabuena por el blog.
Me apasionan los temas que tratas y llevo varios años investigando. Tengo que decir que nunca había encontrado un blog tan riguroso y en el que esté todo tan bien explicado.
Lo leeré todo detenidamente, ya que realmente creo que esta Web es una maravilla.
Un saludo
Apreciado Carlos
Muchas gracias por tu comentario. Bueno, sólo trato de arrojar luz sobre los temas que abordo, sin prejuicios pero mantiendo el rigor, precisamente para dignificar la buena arqueología alternativa. Mi suerte y mi desgracia es que no transito por carreteras marcadas ni tomo bando ("académicos contra alternativos"), y eso te hace ser muy minoritario, pero creo que es el camino correcto.
Saludos,
X.
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