En numerosas ocasiones me he referido aquí al evolucionismo, dejando
patente que se trata más bien de un dogma de fe y no de una teoría científica demostrada.
Lamentablemente, esta especie de verdad religiosa ha sido
impuesta a la sociedad como algo incuestionable, pues no en vano representa uno de los núcleos duros del actual paradigma. A estas alturas, el darwinismo está sostenido por una mayoría de científicos que no osan
revisar o desafiar sus principios teóricos. Antes bien, se han dedicado a construir en los últimos 150 años un complejo
edificio para proteger el dogma, en el cual intervienen desde las matemáticas hasta la biología, pasando
por la química o la física.
No obstante, cabe recordar que siempre ha existido una minoría de
científicos que han puesto de manifiesto la falta de consistencia científica
del darwinismo. Dicha minoría ya existía a mediados del siglo XIX y entre esos
pocos críticos hubo científicos de gran talla y prestigio. Pero el darwinismo
se fue blindando rápidamente y basó su defensa en que la oposición a sus tesis
era puro creacionismo, religión o superstición. Cualquier cosa menos ciencia.
En este punto ya sería hora de recordar que la crítica a la evolución por
selección natural no se reduce a furibundos fundamentalistas sino que ha tenido
entre sus filas a muchos científicos metódicos y rigurosos que han desestimado
el darwinismo simplemente porque no se ajusta a los criterios reconocidos y
aceptados del método científico moderno.
Como muestra de esta posición firme, me complace adjuntar seguidamente
un artículo del biólogo español Emilio Cervantes, del CSIC (Centro Superior de
Investigaciones Científicas), en el cual se deja bien claro que no hay forma de
validar el darwinismo porque no admite experimentación ni es refutable, y lo
que es peor, ha tratado de violentar el conocimiento del mundo natural,
esperando que la biología se adapte dócilmente a los principios
sagrados del evolucionismo, cuando en realidad eso es empezar la casa por el
tejado. Como dice el propio Cervantes: “La biología no puede someterse a las teorías especulativas de la
evolución, sino al contrario.”
El Traje Nuevo de Darwin: Una opinión personal y otros puntos de vista sobre la Teoría de Evolución por Selección Natural
“Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido
del experimento, madre de toda certidumbre.” (Leonardo Da Vinci).
“El principio de la ciencia, casi la definición, es el siguiente: La
prueba de todo conocimiento es el experimento. El experimento es el único juez
de la "verdad" científica.” (Richard P. Feynman)
1. Un cuento chino
Hay un viejo cuento chino titulado en inglés “The emperor’s new
clothes” y en español, “El traje nuevo del emperador”, que aun
siendo bien conocido, no por ello deja de suscitar en quien lo escucha una
sensación como de familiaridad o de “déjà vu”. Encontramos en el cuento
algo que nos trae a la puerta de la memoria una situación familiar, pero a
veces resulta difícil dar el último paso, definir cuál es esa situación y
describirla; cerrar el círculo completamente y establecer la correspondencia
exacta entre elementos de la ficción y sus correspondientes en la realidad.
Para quien no recuerde el cuento, comenzaré por hacer un breve resumen.
El emperador desnudo |
El relato nos conmueve. Todos hemos sido víctimas, alguna que otra vez,
de engaños, ora directos y malintencionadamente premeditados, ora más leves,
parecidos a espejismos. Todos encontraríamos algún ejemplo. Pero, pienso yo,
que la historia del emperador nos conmueve más que por el hecho de reconocernos
víctimas de algún engaño en el pasado, por sugerir que el engaño es continuo;
que, en cualquier momento, el niño que hay dentro de cada uno de nosotros puede
saltar y advertirnos de “otro nuevo caso”, porque nuestra educación y, de
alguna manera, nuestra civilización y cultura, podría consistir en alguna
medida en respetar y guardar silencio ante, algunas de estas situaciones
“engañosas”, sostenidas por consenso, por tradición, pero difícilmente
defendibles.
A mi entender, la extensión, difusión y reafirmación de la Teoría de
Evolución por Selección Natural constituye un magnífico ejemplo que ilustra
este punto de vista. Se nos ha dicho: “He ahí una gran teoría científica”,
“He ahí una genial idea que cambió la historia”... Lo admitimos y nadie
se toma la molestia de analizar estas afirmaciones. Pero, tal vez, la hora
llegada permite otro análisis...
He mencionado dos conceptos, ambos importantes, pero diferentes: “Gran
teoría científica”, “Genial idea”. Para empezar, existen diferencias enormes
entre ambos. ¿A cuál de ellos se aproxima más la teoría darwinista de Evolución
por Selección Natural? ¿Es, en realidad, una genial idea? ¿Constituye una
Teoría Científica? No me preocupa saber si es genial o no. En esto cada uno
será libre de opinar, pero en cuestiones de ciencia, no, aquí no se trata de
opinar. Por eso, como científico sólo estoy interesado en responder
adecuadamente a la segunda pregunta.
Como tantas palabras, Teoría tiene hoy dos acepciones, dos significados
bien diferentes. La primera es general, la segunda se aplica exclusivamente al
ámbito científico en las modernas ciencias experimentales. En su acepción
general, Teoría es todo conjunto de conocimientos o de ideas. En este sentido,
diremos que “La Teoría” se refiere al conocimiento en sentido amplio y no
tiene, necesariamente, que poseer aspectos que sean experimentalmente
demostrables. En su segunda acepción, “Una Teoría” es la explicación científica
de un fenómeno natural. Por el hecho de ser científica, esta teoría debe poder
someterse a experimentación. Su veracidad podrá ser refutada, si la
experimentación no confirma lo esperado (predicho). Si, por el contrario lo
confirma, la teoría se mantendrá como la mejor explicación posible, pero en cualquier
caso su veracidad no quedará nunca absolutamente demostrada y permanecerá como
la mejor explicación posible en tanto en cuanto no surjan nuevas aproximaciones
al problema, momento en el que llegará su refutación, destino final e
inevitable de toda teoría (Popper, 1963).
Sólo en este sentido hablaremos de Teoría Científica y lo haremos
teniendo en cuenta el Método Científico tal y como se aplica hoy en las
ciencias experimentales. Si la teoría no implica a elementos bien conocidos o
mesurables, entonces su comprobación será imposible y por lo tanto no será una
Teoría Científica en el sentido estricto del término. Si, por el contrario,
nuestra teoría pone en juego relaciones entre elementos bien descritos y
cuantificables, entonces podrá terminar en forma de una ley expresable por un
enunciado matemático en el que intervendrán las representaciones de dichos
elementos. Por todo ello, antes de responder taxativamente a las preguntas
arriba planteadas, conviene entrar en detalles acerca del Método Científico.
2. El Método Científico
Galileo Galilei |
Las teorías serán aceptables si su contenido se confirma mediante la
experimentación. En este caso, Galileo, propone no entrar en el terreno
teológico. En definitiva, indica Galileo que lo que muestra la experiencia es
cierto, y las escrituras pueden bien tener motivos para expresar las cosas de
otro modo. Se crea así un cisma, una división entre lo “Científico” y lo que no
lo es (Teología, fe, adivinación, especulación…).
La ciencia, viene a proponer así, el método para ir más allá de los
nombres e investigar en las relaciones comprobables entre las cosas. Galileo
muestra su disconformidad, por ejemplo con que la gravedad sea la causa de la
caída de los cuerpos:
“Te equivocas, Simplicio; debías decir que todos saben que se llama
gravedad. Pero yo no te pregunto por el nombre, sino por la esencia de la cosa.
De ésta tu no conoces ni un ápice más de lo que conoces sobre la esencia del
motor de los astros que giran. Excluyo el nombre que se le ha atribuido y que
se ha hecho familiar y corriente por las malas experiencias que tenemos de él
mil veces al día. Realmente no comprendo cuál poder o qué principio sea el que
mueve una piedra hacia abajo, ni comprendemos lo que la mueve hacia arriba una
vez que ha dejado al proyector o lo que hace girar a la luna...”
La gravedad es un nombre. Pero, ¿En qué consiste? Se tardó muchos años
en llegar hasta el punto en que hoy nos encontramos en esta cuestión,
ciertamente más avanzado que en tiempos de Galileo; pero, en el cual, la
cuestión no ha quedado ni mucho menos zanjada, agotada. La ciencia no agota
cuestiones, sino que aporta nuevas interpretaciones cada vez más acordes con la
actualidad en una realidad cambiante. Los avances se basan en dos puntos: 1)
Una correcta definición de los elementos que intervienen y 2) El
establecimiento de las relaciones entre ellos, verificables mediante la
observación y la experimentación. Finalmente, en el caso de la gravedad, las
matemáticas han contribuido a dar una formulación adecuada. ¿Estimamos la
cuestión resuelta hoy? No del todo. Para recorrer el camino fue necesario, en
primer lugar, distinguir lo que es un nombre de lo que es una nueva relación
entre elementos conocidos y definidos. A continuación, fue necesaria buscar esa
relación, que se encontraría con Newton y la fórmula de la ley de atracción gravitatoria,
pero hoy el camino sigue y pueden surgir nuevas interpretaciones. Vemos así, en
éste y podríamos ver en otros ejemplos, cómo el Método Científico se fue
aplicando a partir de Galileo a lo largo de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX.
Sus éxitos fueron notables en física y química y, sobre todo a partir del siglo
XX, también en biología.
No existen muchos ejemplos de la aplicación del Método Científico en
las Ciencias Naturales durante los siglo XVIII y XIX: Joseph Priestley, Claude
Bernard, Gregor Mendel, y, muy a finales de siglo, Buchner. Existen más
ejemplos, incluyendo tal vez algunos experimentos de Charles Darwin en relación
con los movimientos de las plantas, pero ninguno de ellos en relación con el
estudio de la evolución de las especies.
La Teoría de Evolución por Selección Natural no responde a los
criterios básicos del método Científico. Varias razones sostienen esta
afirmación:
1. Los elementos que intervienen en ella no
están bien definidos. En particular, las especies. La biología moderna muestra
lo difícil que es la definición de especie.
2. Es imposible someter a experimentación la evolución. Cualesquiera
que sean los resultados de laboratorio no son extrapolables a los tiempos
geológicos.
Por lo tanto, comparando el término Selección Natural con gravedad,
decimos, con Galileo que la Selección Natural es una palabra, un nombre y que
la teoría darwinista de Evolución por Selección Natural no aporta ninguna
explicación, nada nuevo. Se trata de una tautología, una verdad de Perogrullo,
una manera de ver las cosas, más próxima a una explicación de la naturaleza
propia de la era pre-científica que del Método Científico.
Georges Cuvier |
El paleontólogo alemán Karl von Zittel expresó: “La ciencia aspira
ante todo a la verdad. Cuánto más convencidos estemos de la fragilidad de
nuestro conocimiento teórico, más deberemos consolidarlo mediante hechos y
observaciones nuevas.” Y, en su obra “Les transformations du monde animal”,
Charles Déperet comenta así esta frase:
“Sages conseils que feraient bien de méditer et de
suivre les paleontologistes a l’esprit aventureux, enclins a construire, avec
une hâte febrile, des arbres genealogiques sans nombre, donc les troncs
pourris, suivant l’expression imaginée de Ruteimeyer, aussitôt demolis que
dressés, jonchent le sol de la fôret et en rendent l’accés plus difficile pour
les progrés de l’avenir.”
[“Sabios consejos que harían bien de meditar
y seguir los paleontólogos con el espíritu aventurero, inclinados a construir,
con una prisa febril, innumerables árboles genealógicos, por lo que los troncos
podridos, según la expresión imaginada de Ruteimeyer, tan pronto demolidos como
erigidos, se esparcen por el suelo del bosque y hacen el acceso más difícil
para el progreso del futuro.”]
Por circunstancias históricas y sociales, la
teoría darwinista tuvo un importante éxito que fue potenciado todavía más en el
siglo XX y hoy constituye la
base del paradigma neo-darwinista en biología. Una teoría con una base
dogmática más propia de la filosofía medieval que de la ciencia moderna, rige
hoy, en buena medida, los experimentos que conciernen la sanidad, la herencia,
la agricultura y la alimentación y en los que intervienen elementos genéticos
que pueden ser transferidos entre especies diferentes. Curiosa, pero no
excepcionalmente, la teoría tuvo críticas mucho más severas en el pasado que en
la actualidad. Veamos algunas.
3. Comentaristas críticos de Darwin
Es de destacar que, entre los contemporáneos de Darwin, muchos de los
críticos con su teoría lo fueron desde un ámbito religioso, lo cual dio pie a
numerosas defensas que, en realidad, no defendían la Teoría de Evolución por
Selección Natural que es la aportación original de Darwin, sino la evolución
considerada en general, la transformación de los seres vivos con el tiempo o
aspectos puntuales como la edad de la tierra. Muchos de los argumentos de
Huxley en defensa de Darwin, en realidad defienden la evolución frente a
argumentos dogmáticos y religiosos y no defienden la Selección Natural. Su
réplica va dirigida frente a argumentaciones en contra de Darwin procedentes de
puntos de vista teológicos y por eso Huxley cita a San Agustín, Santo Tomás o
Suárez. Nada tiene que ver esto con la teoría propuesta por Darwin. Huxley,
llamado el bulldog de Darwin, nunca se definió a si mismo ni se
manifestó como defensor de la Teoría de Evolución por Selección Natural. Uno de
los críticos más divertidos y menos citados de Darwin es Karl Marx. En una
carta a Lasalle del 16 de Enero de 1861 hace un comentario que hemos
reproducido del texto de Manuel Cruz citado abajo y que no es anecdótico:
“Naturalmente, hay que dejar a un lado la tosca manera inglesa de
exposición” (citado en Cruz, 1989, p. 160)
En una carta a Engels:
Thomas Malthus |
En su introducción a la dialéctica de la naturaleza, Engels tampoco se
quedó corto con una frase que invita a la reflexión:
“Darwin no sabía qué áspera sátira de la humanidad y especialmente de
sus conciudadanos escribía al demostrar que la competencia libre, la lucha por
la vida, celebrada por los economistas como la conquista más alta de la
historia, es el estado moral del reino animal.” (Tomado de “La comedie inhumaine” de André
Wurmser)
Nietzsche fue también crítico con Darwin. En su libro “El
crepúsculo de los ídolos”, en el capítulo titulado “Incursiones de un
intempestivo” (pp. 122-123), Nietzsche opinaba así acerca del darwinismo:
“Anti-Darwin. En lo que respecta a la famosa “lucha por la vida”, me
parece que de momento está más afirmada que demostrada. Se da, pero como
excepción; el aspecto global de la vida no es el del estado de necesidad, el de
la hambruna, sino más bien el de la riqueza, el de la exuberancia, incluso el
del absurdo derroche: donde se lucha, se lucha por poder... no se debe
confundir a Malthus con la naturaleza. Ahora bien, suponiendo que exista –y en
verdad, se da– esa lucha transcurre, por desgracia, de modo inverso al deseado
por la escuela de Darwin, al que quizá sería lícito desear con dicha escuela: a
saber, en contra de los fuertes, de los privilegiados, de las excepciones
felices. Las especies no crecen en perfección: Los débiles se enseñorean
siempre de los fuertes, y esto es porque son el mayor número y también porque
son más listos... Darwin se ha olvidado del espíritu (¡qué inglés es esto!),
los débiles tienen más espíritu... Hay que necesitar espíritu para obtener
espíritu, y se pierde cuando ya no se necesita. Quien tiene la fuerza se
desprende del espíritu...”
Otros críticos de Darwin fueron reputados profesionales de la Ciencia,
entre ellos naturalistas, como Karl Ernst von Baer y Louis Agassiz;
paleontólogos como Richard Owen; geólogos como Charles Lyell y Adam Sedgwick.
Von Baer (1792-1876) pasó sus últimos años dedicado a la crítica del
darwinismo. Su crítica de Darwin está basada en principios morales, filosóficos
y científicos. Entre estos últimos, destacó la complejidad de los procesos
evolutivos. Louis Agassiz (1807-1873), un reputado naturalista y paleontólogo
nunca admitió la evolución, sino que más bien fue creacionista. Escribió:
“The combination in
time and space of all these thoughtful conceptions exhibits not only thought,
it shows also premeditation, power, wisdom, greatness, prescience, omniscience,
providence. In one word, all these facts in their natural connection proclaim
aloud the One God, whom man may know, adore, and love; and Natural History must
in good time become the analysis of the thoughts of the Creator of the
Universe…”
[“La combinación en el tiempo y el espacio de
todas estas concepciones reflexivas no solo muestra el pensamiento, sino que
también muestra premeditación, poder, sabiduría, grandeza, presciencia, omnisciencia,
providencia. En una palabra, todos estos hechos en su conexión natural
proclaman en voz alta al Único Dios, a quien el hombre puede conocer, adorar y
amar; y la Historia Natural debe convertirse a su debido tiempo en el análisis
de los pensamientos del Creador del Universo...”]
Charles Lyell |
“If I did not think
you a good tempered & truth loving man I should not tell you that… I have
read your book with more pain than pleasure. Parts of it I admired greatly;
parts I laughed at till my sides were almost sore; other parts I read with
absolute sorrow; because I think them utterly false & grievously
mischievous. You have deserted –after a start in that tram-road of all solid
physical truth– the true method of induction…”
[“Si no le considerara
un hombre de buen temperamento y amante de la verdad, no debería decirle que...
He leído su libro con más dolor que
placer. Partes de él admiré grandemente; partes de las que me reí hasta que mis
costados estaban casi adoloridos; Otras partes las leí con absoluta tristeza;
porque las considero absolutamente falsas y gravemente dañinas. Ha abandonado
–después de un comienzo en ese camino de toda verdad física sólida– el
verdadero método de inducción...”]
“I have heard by round about channel that
Herschel says my book is the law of higgledy-pigglety” (Tomado de Peter Dear, 2006).
[“He oído por medios indirectos que Herschel dice que mi libro es la
ley del sin ton ni son.”]
Finalmente, una opinión rotunda. El filósofo de la ciencia Karl Popper,
en su libro titulado “Conjectures and Refutations: The Growth of Scientific
Knowledge” dice:
“No existe ninguna ley de la evolución, sino sólo el hecho histórico
de que las plantas y los animales cambian, o, más precisamente, que han
cambiado. La idea de una ley que determine la dirección y el carácter de la
evolución es un típico error del siglo XIX que surge de la tendencia general a
atribuir a la “Ley Natural” las funciones tradicionalmente atribuidas a Dios.” (p.
408)
4. Conclusión
Si se mira desde un punto de vista estrictamente científico,
experimental, entonces la Teoría de Evolución por Selección Natural de Darwin
no es una teoría científica, porque no es demostrable mediante experimentación
y no es refutable (Popper, 1963). No pone de manifiesto nuevas relaciones entre
elementos bien descritos de la naturaleza, sino que, por el contrario, en ella
intervienen elementos que la biología actual ha demostrado que son muy
complejos y difíciles de describir (las especies). La Evolución de las especies
no es fácilmente reducible al método experimental. Sus mecanismos implican
elementos que la bioquímica, la genética y la biología molecular intentan ahora
describir. La definición de virus, transposones, multitud de ARN catalíticos, y
la posible participación de éstos elementos en procesos de epigenética,
poliploidización, reorganizaciones del genoma, silenciamiento génico, etc. son
algunas de las tareas en que se ocupa la biología actual.
Cualquier teoría evolutiva deberá contar con la participación de estos
elementos, porque la frase de Dobzhansky: “En biología nada tiene sentido si
no se considera bajo el prisma de la evolución” debe hoy ser justamente
convertida en: “En evolución nada tiene sentido si no se considera bajo el
prisma de la biología”. La biología es la ciencia experimental poderosa y
predominante en nuestro tiempo. Por lo tanto, la biología
no puede someterse a las teorías especulativas de la evolución, sino al
contrario.
5. Referencias
Cruz, M. 1989. Por un naturalismo dialéctico.
Anthropos, Barcelona.
Dear, P. 2006. The Intelligibility of Nature: How Science Makes Sense of the World. The University of Chicago Press.
Depéret,
Ch. 1929. Les
transformations du monde animal. Eds Flammarion,
Paris.
Hodge. 1874. What is Darwinism? Scribner, Amstrong and co. New
York.
Huxley, TH.
Collected essays. http://aleph0.clarku.edu/huxley/guide4.html
Nietzsche. 2002. El
crepúsculo de los ídolos. Biblioteca EDAF. Madrid.
Popper, K. 1963. Conjectures and Refutations: The
Growth of Scientific Knowledge.
Wurmser, A. 1965. La comedie inhumaine. Gallimard. Paris.
© Emilio Cervantes (IRNASA-CSIC)
Fuente original:
Digital CSIC
Fuente imágenes: Wikimedia Commons
Fuente imágenes: Wikimedia Commons
5 comentarios:
Pues si,la Ciencia ha invalidado el Darwinismo,en realidad la mayoria de biologos,no aceptan la teoria de Darwin,solo una minoria ciega y muda,se aferran a lo indemostrable,tambien es necesario decir que en tiempo de Darwin no existia la biologia molecular ni la fisica atomica,por lo menos al nivel experimental que hoy se tiene,y eso lo cambia todo.
Para adentrarse un poco en biologia molecular,hay que tener en cuenta unas premisas que hasta el dia de hoy no tienen respuesta:
1º/ La materia inerte no puede generar ningun tipo de vida.
2º/ No se sabe ni como,ni cuando ni donde,aparece la vida,o la primera celula.
3º/ El estudio de la celula y sus componentes,asi como la cadena de ADN,evidencia diseño inteligente con informacion,que no puede surgir si alguien no se la da.
4º/ Es logico suponer que detras de un "Diseñador Inteligente" existe un proposito
4º/Se descarta el azar o la casualidad como causas y mencionar una charca primigenia y un caldo de cultivo,carece de sentido,los aminoacidos forman parte de la vida,pero no hacen la vida.
A partir de aqui,pensar que de peces,salieron reptiles,de reptiles,mamiferos,de mamiferos monos y de los monos el ser humano,( aunque a algunos humanos solo les falte la cola,para ser monos ) es un poco esperpentico y rebuscado,sin aportar ninguna prueba convincente,ojo,que nadie niega la adaptacion al entorno ni la mejora biologica,pero transformar una especie en otra completamente distinta,sencillamente no es posible.
El gran misterio del Darwinismo,es como se sigue enseñando de manera oficial en los estudios,como Dogma cientifico,sin tener nada de cientifico ni pruebas que lo avalen,eso si es un misterio insondable.
Gracias por su trabajo. Un saludo.
Gracias Alarico
Afinado comentario al cual nada más he de añadir.Lo que nos tendríamos que preguntar ahora es cómo se puede mantener semejante dogma contra toda lógica y metodología científica... E iríamos a parar a la cruda realidad; la ciencia debería ser neutral, pero no lo es.
Si le interesa este asunto, el pasado año publiqué aquí un magnífico artículo (en 3 partes) sobre el origen del hombre a cargo de otro ilustre disidente: el profesor Sandín. Clicando en la etiqueta "Máximo Sandín" tendrá acceso a ese material muy crítico con la ortodoxia darwinista.
Saludos,
X.
Mal, muy mal. Pareciera que no se da usted cuenta de la marcada religiosidad del comentario anterior. No sé si es usted un teopseudocientífico, porque no he leído mucho de lo que ha escrito, no obstante, poco o nada propone, y deja negligentemente la puerta abierta a cuanto fanático creaccionista pulule por aquí, con la única y pérfida intención de atacar a la ciencia. Por supuesto que el Darwinismo es muy básico, pero es un excelente punto de partida, que cierra la puerta a la estupidez teológica.
Artículo muy sin bases...mucho ruido y pocas nueces..da la impresion de que no se puso a investigar nada...
Anónimo,
Le supongo a usted un experto en la materia, pero ni cita su nombre ni expone ningún argumento para contrastar su visión con la del señor Cervantes, que -por cierto- es científico del CSIC. Vea que Cervantes menciona a muchos científicos de prestigio y presenta objetivamente las críticas que ellos formularon. Sepa que actualmente hay muchos científicos en todo el mundo que han criticado el darwinismo desde bases estrictamente científicas (como es este caso), no fundamentalistas. En ciencia se investiga, se propone y se discute; descalificar (y sin aportar razones) es otra cosa.
Saludos
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