sábado, 11 de enero de 2020

Baalbek revisitado


En artículos anteriores he tenido la oportunidad de referirme al famoso enclave arqueológico libanés de Baalbek, cuyos restos megalíticos –básicamente en la plataforma del templo de Júpiter– llevan siendo objeto de agria discusión desde hace décadas entre la arqueología alternativa y el estamento académico. En su momento ya expuse con detalle toda la controversia creada, con las teorías y explicaciones de unos y otros, y a estas alturas prácticamente está todo dicho. En realidad, muy poco se ha avanzado en los últimos años, aparte del descubrimiento de nuevos bloques ciclópeos en la cantera próxima –cuyo peso estimado supera ampliamente las 1.000 toneladas– y el reconocimiento oficial de la existencia de unas grandiosas estructuras previas al proyecto romano.

Así pues, para los interesados en recuperar los argumentos principales me remito a esas entradas anteriores. Ahora bien, en este blog suelo pecar de “demasiada letra y poca imagen”, tal vez por mi bagaje académico. En este sentido, y siguiendo la moda visual que manda ahora en Internet (no diré si para bien o para mal), he creído conveniente incorporar en esta entrada un interesante y completo vídeo de origen ruso sobre la polémica de Baalbek. Este trabajo destaca por ofrecer un gran despliegue de imágenes panorámicas y particulares del conjunto arqueológico (incluyendo recreaciones en 3D) y bastantes primeros planos de detalles de construcción que normalmente no aparecen siquiera en las habituales fotografías. En cuanto a su enfoque, el tono general es moderado, aséptico y alejado de sensacionalismos, pero la teoría de fondo es inequívocamente alternativa, pues se cuestiona sin ambages la autoría romana de la famosa plataforma megalítica a partir de las evidencias sobre el terreno.

La narrativa es directa, explicativa y apta para los profanos, en un formato de 25 minutos que es muy de agradecer: lo bueno, si breve,­ dos veces bueno. Eso sí, lamento comunicar que está en inglés (a la espera de una oportuna subtitulación), pero para los que se manejen un poco en la lengua de Shakespeare no les resultará complicado seguir el audio. En cualquier caso, aun sin entender el contenido de las explicaciones, las imágenes hablan por sí solas (apliquemos el tópico de que una imagen vale más que mil palabras), permitiendo al espectador hacerse una sólida idea de la “herejía” megalítica insertada en medio de un yacimiento romano.

Sólo como guía para destacar lo más relevante del documental, cito estos puntos de atención:
  • Los diferentes tipos de obra superpuestos y la variedad de estado de erosión.
  • La precisión en la colocación y ensamblaje de los enormes bloques, con superficies biseladas y pulidas en las juntas. El espacio entre bloques es prácticamente inexistente.
  • Los planos cercanos de todos los megalitos: los de la base, el trilithon y los bloques de cantera.
  • Las marcas de trabajo de unas herramientas indeterminadas sobre los megalitos.
  • Indicios de que los bloques fueron trabajados con máquinas.
  • Los sistemas de transporte de grandes bloques de piedra en el pasado, incidiendo en el famoso caso del pedestal ciclópeo[1] que sustenta la estatua ecuestre del Zar Pedro I en Rusia, obra realizada en el siglo XVIII.
Finalmente, cabe señalar que el autor del documental, Igor Alexeev, deja abiertas las grandes preguntas que todavía esperan respuesta: si los romanos no construyeron esa plataforma, ¿quiénes fueron? ¿Y cuándo y cómo la hicieron? Yendo más allá, me planteo personalmente una última cuestión: es evidente que en Baalbek había en marcha un gigantesco proyecto que quedó inconcluso casi de la noche a la mañana y que nadie retomó, quedando la estructura ciclópea abandonada y los bloques de la cantera inacabados hasta que mucho después los romanos edificaron allí sus grandes monumentos[2]. ¿Qué sucedió? Nadie lo sabe, pero para empezar tendríamos que inferir que en un tiempo remoto indeterminado alguien empleaba una tecnología de construcción muy avanzada.

© Xavier Bartlett 2020


[1] Bloque enorme de granito de unas 1.500 toneladas de peso originalmente, aunque fue bastante reducido (tallado) para la obra final. 
[2] Cabe insistir en que para el estamento académico hay indicios de que el lugar fue un antiguo santuario al menos desde tiempos de los fenicios, pero se sigue afirmando que toda la obra megalítica fue romana, a pesar de que a lo largo de los siglos los romanos no hicieron uso de enormes bloques, ya que disponían de otras soluciones y recursos más viables.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Xavier

Muy bueno el artículo aunque las preguntas siguen sin respuesta lamentablemente.
Me llama la atención, entre otras mil cosas, la similitud con la base del templo de Salomón.
El video tiene subtítulos en español también.

Saludos

Roberto

Xavier Bartlett dijo...

Gracias Roberto

En primer lugar, gracias por el dato de los subtítulos en español; no me había fijado, y eso facilita la comprensión, por supuesto. En cuanto al bloque del templo de Jerusalén, ya se menciona en el documental como un evidente paralelo. Ambos lugares se hallan en la misma región y fueron erigidos en una época indeterminada, que vendría a corresponder con una era megalítica global (que a mi juicio es muy anterior a las dataciones dadas por el estamento académico).

Saludos,
X.

CobaltUDK dijo...

En Baalbek se podría descartar la posibilidad de que pudiesen "fabricar" in situ las piedras, con algo parecido al cemento, porque hay un bloque colosal en la cantera.

Hablando de rusos, ellos también tienen lo suyo en Gornaya Shoria.

Xavier Bartlett dijo...

Gracias Cobalt

En principio, eso parece, que no hubo fabricación artificial, pues están los bloques de cantera (creo que hasta ahora hay tres identificados) y además con marcas de algún tipo de herramienta. Lo de Gornaya Shoria sí que sobrepasa todo lo imaginable (si realmente es una estructura humana), como ya expuse, pues allí los bloques superan las 3.000 toneladas. No es extraño que el estamento oficial se empeñe en afirmar que es una curiosa formación geológica.

Saludos,
X.