lunes, 1 de junio de 2015

Entrevista a Robert Bauval



Robert Bauval (Alejandría, 1948) es sin duda uno de los grandes estandartes de la llamada arqueología alternativa y ello le ha llevado a sostener diversas polémicas con el estamento académico, y ello aun siendo un investigador relativamente “moderado” y próximo a algunos planteamientos convencionales. Por ejemplo, cabe reseñar la reciente (y sonada) negativa de Zahi Hawass a debatir con Graham Hancock acerca de la ya famosa Teoría de la Correlación de Orión (TCO), dada la gran animadversión personal que tiene el mediático egiptólogo hacia este ingeniero de origen belga.

De su obra cabe destacar los clásicos El misterio de Orión (1995), donde expuso los fundamentos de la TCO, y Código Egipto (2007), que seguía esta misma línea de patrones astronómicos en el Antiguo Egipto. Con La cámara secreta (2001) Bauval inició la investigación de la relación entre la tradición hermética y su relación con la arquitectura. También ha colaborado con Graham Hancock en diversas obras como Guardián del Génesis (1997) o Talismán (2004). Entre su reciente producción, cabe citar Black Genesis (2011), que se interna en la búsqueda de los orígenes de la civilización egipcia y Breaking The Mirror Of Heaven: The Conspiracy To Suppress The Voice Of Ancient Egypt (2012), que denuncia el maltrato que ha sufrido el antiguo legado egipcio. Su sitio web es: www.robertbauval.co.uk

En este blog ya dediqué un extenso artículo a todo su trabajo, muy especialmente centrado en la TCO, que postula que las tres Grandes Pirámides de Guiza se construyeron siguiendo un patrón astronómico que imitaba sobre la tierra la posición del cinturón de Orión en el firmamento. En fin, de Bauval se puede decir –sin temor a exagerar– que su aportación a la disciplina de la arqueoastronomía ha marcado fuertemente muchos estudios y enfoques arqueológicos de los últimos 20 años. Así pues, a modo de reconocimiento, me he permitido rescatar una interesante entrevista que concedió en 2013 a la revista digital Dogmacero, en la que comentaba diversos temas quizá no tan conocidos para el gran público, y que han sido objeto de sus libros más recientes. [Dada la extensión de la entrevista original, no la ofrezco en su totalidad, sino un amplio extracto.]


“Existió en Egipto una primitiva civilización varios miles de años antes de la era faraónica”


Pregunta: En algunos de sus trabajos, en particular Talismán, con Graham Hancock, usted afirma que existe una antigua tradición hermética que ha pasado desde el Antiguo Egipto hasta nuestros tiempos a través de ciertas sociedades secretas como los templarios o los masones. Esta arquitectura monumental intenta imitar la disposición de algunas constelaciones, reflejando sobre la tierra la posición exacta de las estrellas (“como es arriba, así es abajo”). En su opinión, ¿Cuál es el propósito final de esta arquitectura?

Respuesta: Podemos decir que la tradición hermética, aunque tuvo sus inicios en Alejandría el siglo I a. C., procedía del antiguo Egipto. Sabemos que los egipcios ya diseñaban o alineaban sus monumentos en función de ciertos valores astronómicos y cuerpos celestes, y además –según mis teorías– creaban modelos de constelaciones sobre la tierra, como el caso de la correlación de Orión en Guiza. Lo que Graham Hancock y yo investigamos es la influencia de la tradición hermética en la tradición europea, porque lo que resulta muy obvio es que el simbolismo egipcio aparece en las artes, la arquitectura, el urbanismo, etc. en todo el Renacimiento europeo, como podemos apreciar en ciudades como Roma, llena de símbolos egipcios y obeliscos, o en París, con ciertos monumentos dispuestos sobre ejes o alineaciones de origen hermético, incluyendo un claro paralelismo con el templo de Luxor.

No me cabe duda de que algunas grandes ciudades fueron diseñadas siguiendo una notable influencia de la tradición hermético-egipcia, como también vemos en Washington, planeada según principios masónicos con reminiscencias egipcias, o en Alexandria, con el monumento a George Washington, imitando la isla de Faros. También tenemos la estatua de la Libertad de Nueva York, que representaba a Isis, y cuyo escultor, Bartholdi, era masón; de hecho, era un regalo de las logias masónicas de París a las logias americanas. Y bien, siguiendo el trabajo de Talismán, otros autores han apreciado estas mismas influencias en otras ciudades como Madrid, Milán o Londres. Finalmente nos podemos preguntar: ¿estamos ante una serie de extrañas coincidencias o más bien ante una maniobra calculada?

Pregunta: ¿Y qué habría pues detrás de esta arquitectura de tradición hermética?

Washington D.C.
Respuesta: Bien, lo que intriga a la mayoría de la gente es saber por qué lo hicieron de esa manera. Para ahondar en este punto, hay que entender el sentido del término “talismán”. Es un conocimiento que es difícil de entender pero una vez que se capta la idea general, se pueden entrever las motivaciones que subyacen en esos extraños diseños urbanos. Por ejemplo, tenemos el caso obvio de Washington D.C., que fue diseñada de acuerdo a principios herméticos y masónicos, los cuales representan el núcleo de los rituales masónicos relacionados con el simbolismo egipcio, el simbolismo bíblico salomónico, etc. No obstante, en última instancia, Washington D.C. es realmente un gigantesco templo masónico. Vives literalmente dentro de ese templo, y cuando uno es consciente de su disposición, de las asociaciones de ciertos monumentos con determinadas creencias, de ciertas correlaciones con constelaciones que tienen  un significado astrológico, entonces uno se activa con los monumentos, es como si estuviese integrado en ellos. Es algo similar a estar en una catedral e iniciarse en el culto cristiano; el ambiente del lugar empieza a afectarte por el simbolismo que te rodea.

En suma, un talismán es un objeto que contiene una carga de significado, siempre que el individuo expuesto a ese objeto conozca ese significado. Así, una vez eres consciente de la presencia de los patrones masónicos, intentas averiguar el porqué de un monumento ahí, o del tal forma específica, etc. con lo cual uno se inicia en el culto masónico y la ciudad misma se convierte en algo así como una máquina de iniciación. Si esto es así, es una forma muy inteligente de crear enormes templos capaces de iniciar individuos sin que tengan que pasar necesariamente por un sacerdocio.

Pirámide de Khufu
Pregunta: Cambiando de tema, en el caso de las tres grandes pirámides, las dataciones de radiocarbono obtenidas en los '80 arrojaron curiosos resultados. En primer lugar, mostraron una importante diferencia en datación absoluta, que hacía las pirámides más antiguas en comparación con la datación histórica (una media de 370 años). En segundo lugar, según el resultado de varias muestras, las hiladas superiores eran significativamente más antiguas que las hiladas inferiores, una diferencia de siglos. Y finalmente las muestras arrojaron una amplia dispersión de dataciones entre los tres monumentos, casi un milenio entre la pirámide de Khufu y la de Menkaure, lo que es históricamente imposible. Así, ¿cuál es su opinión sobre la fiabilidad de la datación por radiocarbono, no sólo en el antiguo Egipto, sino en otros yacimientos de todo el mundo?

Respuesta: La opinión general sobre este sistema de datación es que es más bien poco fiable, debido a los problemas relacionados con la contaminación, con el manejo de las muestras, etc. Yo creo que la discrepancia en unos siglos para una época tan antigua es proporcionalmente aceptable, si uno admite que existe un apreciable margen de error en el método del radiocarbono. Esa puede ser una explicación; la otra explicación, refiriéndonos a la gran diferencia de tiempo entre la pirámide de Khufu y la de Menkaure, es que mucho de lo que sabemos sobre la Gran Pirámide es pura especulación. No sabemos cuánto tiempo se empleó para construir estos monumentos, pues no hay sólidas pruebas al respecto, y podría ser que dicho tiempo fuera mucho mayor de lo que se acepta comúnmente. Pudieron haber sido siglos más que una sola generación.

Además, lo que muchas personas tienden a ignorar es que no tenemos textos escritos en estos monumentos. Así, aparte de la datación por radiocarbono, sólo nos queda la datación por medio de la astronomía, como varios autores y yo mismo hemos utilizado. Lo que trasciende de esta investigación astronómica es que surgen dos dataciones: una que concuerda con la Egiptología, alrededor de 2500 a. C., basada en las alineaciones de los canales de la Gran Pirámide, y otra que se sustenta en el emplazamiento de las tres pirámides sobre el terreno que imita la disposición del Cinturón de Orión en una fecha aproximada de 10500 a. C., que también se repite en la posición y alineación de la Esfinge, lo que a mi entender resulta muy difícil de explicar como una coincidencia.

Templo del Valle de Khafre (Guiza)
Nos encontramos pues con un enorme salto de tiempo entre ambas dataciones. Mi visión al respecto es que tal vez hubieron dos momentos de construcción de estos monumentos, coincidiendo con la opinión que tiene mi buen amigo el géologo Robert Schoch. Habría habido una fase que podríamos llamar la era de las pirámides, caracterizada por la construcción con bloques de unas dos toneladas de media –aunque hay bloques de bastante más peso, como en la Cámara del Rey– y otra fase que observamos en los templos mortuorios y templos del valle, en que se usaron bloques de unas 50 toneladas y algunos de hasta 200. Vistas estas diferencias, no encontramos coherente construir los templos con piedras de ese tamaño. Además estos templos parecen ser mucho más antiguos que las pirámides dado el nivel de erosión que presentan, lo que nos situaría en una fase que podríamos calificar de megalítica. Asimismo, tenemos la cámara subterránea de la pirámide de Khufu, excavada en la roca viva y de aspecto inacabado, que también parece ser de esta fase previa, ya que no se asemeja en nada al estilo de las cámaras superiores. Así pues, sumando estas evidencias, el conjunto de Guiza podría ser mucho más antiguo que la 4ª dinastía; el dilema es ¿cuánto más antiguo?

Por otro lado, es conveniente recordar que hay pirámides más antiguas, y por ejemplo en Saqqara vemos que estos primeros monumentos se construyeron con piedras pequeñas, que eran mucho más fáciles de manejar y más aptas para construir templos. Entonces, siguiendo una lógica de ingeniería, si sabían hacer esto en los primeros proyectos de Saqqara, ¿por qué luego iban a construir en Guiza con enormes bloques que incluso hoy no utilizamos nosotros por ser poco manejables? La idea es que los templos de Guiza deben de ser de una época diferente, y más antigua, que el conjunto de Saqqara.

Pregunta: Entonces, ¿cómo explicaría usted estas divergencias?

Respuesta: En mi libro Black Genesis he abordado esta cuestión y he centrado mi atención en el yacimiento prehistórico de Nabta Playa, al sur de Egipto. Según reconoce la propia egiptología, este enclave es mucho más antiguo que el Egipto dinástico, con una datación de al menos 5000-6000 a. C.  si es que no es aún más arcaico. Este yacimiento es muy singular porque contiene los mismos fundamentos que hemos apreciado en la época de las pirámides. Por ejemplo, alineaciones a estrellas (al Cinturón de Orión, Sirio...), elementos relacionados con el culto a Hathor e Isis, conocimientos astronómicos, manejo de grandes bloques, etc. Todo esto miles de años antes de la aparición de los constructores de las pirámides.

Por otra parte, lo que está emergiendo ahora y que será tema de mi próximo libro, Imhotep the African, un trabajo en colaboración con el astrofísico Thomas Brophy, es que en el conjunto de Saqqara, al igual que en Guiza, apreciamos un diseño astronómico que contiene referencias a una fecha mucho más antigua. Pensamos, de hecho, que estas referencias prueban que el diseñador, probablemente Imhotep, conocía el fenómeno que llamamos la precesión de los equinoccios. Con este conocimiento, que también vemos en Guiza y otros lugares, se fijarían ciertas fechas. En otras palabras, los antiguos egipcios usaban una especie de cronología histórica basada en la astronomía.

En nuestra opinión, como también reconoce la egiptología, casi todos, por no decir todos, los antiguos templos egipcios se construyeron sobre edificios anteriores, o sea, tenían fases precedentes mucho más antiguas, según las evidencias arqueológicas. Ahora bien, ¿de qué antigüedad estamos hablando? Las fechas que hemos obtenido –según la datación astronómica que hemos utilizado para este nuevo libro– nos conducen a la época de Nabta Playa, por lo cual parece ser que muchos de estos lugares ya eran sagrados hacia el 6º o 7º milenio a. C. 

Pregunta: ¿Esto podría coincidir con lo que se ha llamado la civilización perdida, que supuestamente precedió a las civilizaciones históricamente reconocidas?

Göbekli Tepe
Respuesta: Más bien vendría a coincidir con otros descubrimientos como el famoso yacimiento de Göbekli Tepe, en Turquía. Parece ser pues, que había mucha actividad en forma de una primitiva civilización varios miles de años antes de la era faraónica. Este es el nuevo horizonte que se nos presenta, al cual mucha gente está prestando gran atención.

En definitiva, y volviendo al asunto de las dataciones en Guiza, mi conclusión es que, en parte, existe esa discrepancia en la datación de radiocarbono, pero que también hay que resaltar que este lugar experimentó una gran evolución a lo largo de muchos siglos, incluso milenios, con diversas fases, al igual que ocurrió en épocas posteriores, como el proyecto del Vaticano, que empezó con una rudimentaria capilla y luego fue creciendo con el paso del tiempo, con sucesivas destrucciones y ampliaciones. Creo que esto lo podemos ver en varios lugares de Egipto y particularmente en Guiza, y no me sorprendería en absoluto que se constatase la presencia humana allí hacia el 11º milenio a. C.

Sé que a los egiptólogos esto les choca y ponen el grito en el cielo, pero lo hemos investigado con ciencias “duras”, como la astronomía y la geología, y las pruebas físicas están por todas partes, los bloques están ahí... Pienso que la persona que sea capaz de explicar convincentemente porqué usaron esos enormes bloques de 50 a 200 toneladas para construir los templos habrá solucionado el misterio, dado que desde cualquier punto de vista, no tiene sentido. Para hallar una salida a esta incógnita hay que abandonar las visiones convencionales y considerar elementos como una datación muy anterior o una fase de civilización previa, como varios colegas y yo mismo estamos haciendo.

Pregunta: De hecho, existen muchas teorías sobre una antigua civilización perdida, que habría existido antes del Diluvio, y uno de los indicios sobre este tema son las similitudes que se dan entre diferentes restos y emplazamientos. ¿Cuál es su opinión?

Respuesta: Como investigador, encuentro este tema muy interesante e intrigante, aunque todavía no he visto ninguna evidencia que pueda demostrarlo vehementemente. No obstante, conjuntamente con mi colega Graham Hancock, creemos que sí que existe evidencia suficiente para creer que pudo existir una civilización previa a la Edad de Hielo, y estoy abierto a esta posibilidad. Existen varios yacimientos que no encajan en ninguna de las fases históricas del Antiguo Egipto, como Nabta Playa, los monumentos de Guiza, etc. Por lo tanto, eso significa que existe una fase perdida a nivel histórico, la cual podría haber tenido lugar en lo que llamamos la fase prehistórica, alrededor de los milenios 11º y 12º, y que ha sido ignorada por  la arqueología oficial. La evidencia esta ahí: Nabta Playa, las dataciones de carbono 14, las alineaciones astronómicas... 

Existe una reconsideración de lo que pueden ser los orígenes de lo que consideramos civilización, pues se ha generado una cierta frontera psicológica entre la fase del Antiguo Egipto histórico y la fase del Antiguo Egipto prehistórico, que los egiptólogos han establecido con un límite temporal alrededor del año 3100 a. C. Todo lo que se encuentra antes de esta fecha queda fuera de la fase del período histórico del Antiguo Egipto. Esta barrera psicológica es un problema, un lugar donde la arqueología se ha encallado. Yo no veo una prehistoria del Antiguo Egipto y una historia del Antiguo Egipto; más bien veo una gran cadena evolutiva, que probablemente empezó alrededor del 15000 a. C. aproximadamente, lo que marcaría el origen de la civilización humana.

Yo estoy convencido de que tal origen tuvo lugar en la zona subsahariana. Se trataría de una cultura antigua que dejó sus huellas en forma de pinturas rupestres, observaciones astronómicas, domesticación de ganado (mucho antes de la domesticación asiática), etc. Todo esto indica que existió una cultura prehistórica –a la cual llamaríamos civilizada o avanzada– en una etapa en que las condiciones climáticas del Sahara eran diferentes; esto es, cuando esta región era fértil y habitable, con lagos, fauna y vegetación.

Lo que yo defiendo, junto con otros investigadores como Thomas Brophy o Robert Schoch, es que un grupo de Sapiens se trasladó hacia el noroeste y se estableció en lo que hoy llamamos Chad, y probablemente estuvo allí durante muchos milenios. Luego, hacia el 4º milenio, cuando el paisaje se empezó a desertizar, se trasladaron hacia el Valle del Nilo, llevando consigo un amplio bagaje en su haber, y con el paso de los años se convirtieron en la civilización faraónica que conocemos hoy.

Por otra parte, en el momento en que este pueblo pasó a ocupar el Valle del Nilo, sabemos que también se produjo la llegada de otras gentes procedentes del este, a los que llamamos “el pueblo de los barcos”, que venían de la zona del Mar Rojo. La mezcla de esta raza negra subsahariana con los pobladores asiáticos dio lugar a lo que podríamos denominar la raza egipcia (antigua) tal y como la concebimos. Esta es la nueva línea que muchos investigadores de vanguardia están proponiendo actualmente. Así, la civilización faraónica no empezaría con la I Dinastía, como creen los egiptólogos, sino en un tiempo más remoto, unos 600-700 siglos antes, y su origen se situaría en el territorio subsahariano.

Pregunta: Aparte de ciertos clásicos –y muy famosos– monumentos faraónicos, como las Grandes Pirámides de Guiza o la Esfinge, tenemos otros enclaves menos reconocidos, pero de rasgos ciertamente peculiares, como el Osireion (Templo de Osiris), en Abydos. ¿Cuál es la importancia de este monumento, y en qué cree usted que se diferencia del resto de monumentos egipcios?

Osireion (Abydos)
Respuesta: No hay duda de que es un monumento muy diferente a los que solemos encontrar en el Antiguo Egipto; no hay que ser un experimentado arquitecto para verlo. Por ejemplo, el Templo de Seti I, justo al lado del Osireion, está repleto de relieves y jeroglíficos, mientras que el Osireion no tiene ni una sola inscripción, y además está construido con bloques gigantescos de granito, muy similares a los utilizados en Guiza, en especial en el Templo del Valle de Khafre. Se ha sugerido en los últimos tiempos que el Osireion podría pertenecer también a la IV dinastía, pero en mi opinión todos estos monumentos serían de una fase anterior a esta dinastía. Sabemos que en la IV Dinastía el uso de los jeroglíficos estaba extendido, como podemos ver en otros monumentos de Guiza (por ejemplo, en mastabas). ¿Por qué entonces estas construcciones carecen de jeroglíficos? Por otro lado, vemos un estilo de edificación con  grandes bloques de granito, que no es de fácil uso para la construcción; no obstante, en el Osireion se emplearon bloques de granito de hasta 50 toneladas.

Además, existe un elemento curioso acerca del Templo del Osireion: el templo de Seti I, que está justo al lado, está mucho más elevado, al nivel del suelo actual. Esto se debe a la acumulación de sedimentos del río Nilo, que produjo una progresiva elevación del terreno. En cambio, el nivel del suelo original del Osireion se presenta varios metros por debajo, como también observamos en yacimientos como Nabta Playa. Por lo tanto estamos hablando de una fase muy anterior en la historia, de milenios o por lo menos siglos. Todas estas cuestiones deben ser abordadas sin el sesgo que los egiptólogos han vertido sobre estas construcciones, fijando una cronología basada en los monumentos cercanos, aun cuando no tienen nada que ver el uno con el otro. Cualquier ingeniero o arquitecto que vaya a este lugar, sin influencia alguna de la Egiptología, y vea estos dos monumentos, concluirá que corresponden a dos tipos de construcción, de ideología y de época muy diferentes.

Pregunta: Luego parece que el faraón Seti I construyó su templo justo al lado de otro templo que ya estaba allí desde hacía mucho tiempo...

Respuesta: Sí, lo que acabaremos por reconocer es que la religión egipcia es mucho más antigua de lo que han mantenido los egiptólogos. No hay ninguna razón, más allá del consenso actual, que impida abrirnos a la idea de que fue otra gente, quizás en una fase antediluviana, la que construyó esos monumentos, y luego vino otra fase, la que sería la época dinástica. Sin embargo, existe mucha resistencia en el ámbito egiptológico a estas nuevas ideas. La egiptología está estancada porque no arrancó con científicos, sino con humanistas. Estos humanistas interpretaron de manera correcta los textos antiguos y los artefactos, pero no supieron aplicar las ciencias que hoy en día utilizamos para estudiar la antigüedad o el método de construcción de estos monumentos.

Por ejemplo, la astronomía no se aplicó hasta hace unos 20 años, y de hecho en el pasado  era objeto de risa, como si fuera astrología, algo no digno de atención. No obstante, hoy en día, el campo de la astronomía ha abierto una percepción diferente a los propios egiptólogos, que la utilizan para descubrir el significado de un templo, a través de elementos como su alineación o su posición. Un ejemplo claro de esto es el Templo de Dendera, que fue construido según principios astronómicos, y cuyos rituales también eran de carácter astronómico; incluso su fundación se basó ritos astronómicos.

Pregunta: En El Misterio de Orión usted le dio gran importancia a los Textos de las Pirámides, como un legado de una religión estelar muy antigua, más antigua que el culto solar. Los académicos creen que estos textos son básicamente una serie de fórmulas rituales y encantamientos, a veces difíciles de entender. De cualquier manera, algunos autores han sugerido que los Textos de las Pirámides esconden un conocimiento astronómico muy preciso, especialmente del ciclo de la precesión. ¿Cuál es su opinión sobre esta interpretación?  

Respuesta: Si tienes cierto conocimiento de astronomía y lees estos Textos, inmediatamente puedes hallar metáforas poéticas de observaciones astronómicas, a veces muy precisas. Así pues, los Textos de las Pirámides serían una especie de manual astronómico escrito según un antiguo culto en lenguaje metafórico.

También queda claro que el conocimiento de la precesión no sólo está presente en Guiza, sino en varios lugares y en periodos anteriores y posteriores, como por ejemplo en Nabta Playa, que muestra indicios de que se seguía el fenómeno del movimiento de las constelaciones a lo largo de extensos periodos de tiempo. Por tanto, parece que ya se conocía la precesión antes de la civilización faraónica, aunque tal vez no pudieran calcularla.  No obstante, tenemos también el templo de Satis en Elefantina, que es en realidad una sucesión de siete templos superpuestos, alineados con la estrella Sirio. Cada uno de ellos tiene diferentes accesos, lo que muestra que la construcción de cada uno se hizo teniendo en cuenta el cambio de posición de Sirio a lo largo de las épocas. Entonces, ¿podían calcular la precesión? Mi colega Thomas Brophy afirma que sí; que si sabían que las estrellas cambiaban de posición, entonces podían calcularla, de la misma manera que lo hizo Hiparco en el Siglo II a. C., por la simple observación a lo largo de los siglos. 

Pregunta: Según los trabajos de algunos autores –por ejemplo, Chris Dunn– existen muchos monumentos y objetos en Egipto que podrían indicar que los antiguos egipcios tenían una tecnología sorprendente, lo cual no encaja con las concepciones académicas sobre las capacidades técnicas de aquellos tiempos (la Edad de Bronce). ¿Cuál es su opinión sobre este tema? ¿Cree usted que tenían una especie de conocimiento especial que se perdió a través de los tiempos?

Sarcófago del Serapeum (Saqqara)
Respuesta: En 1995 invité a Egipto a Christopher Dunn, ahora buen amigo mío, cuando yo estaba realizando un documental con Graham Hancock sobre la Gran Pirámide. Chris Dunn es un técnico que fabrica herramientas para cortar piedras, así que fue muy interesante contar con una persona de tal conocimiento y experiencia para darnos su opinión sobre determinados artefactos. Él estaba especialmente intrigado en dos  cosas. Por un lado, los enormes sarcófagos del Serapeum de Saqqara, hechos de duro granito; de hecho, no sé cómo pudieron cortarlos y vaciarlos para darles forma de caja. Son gigantescos: tienen cinco metros de largo y tres de alto, y están tallados de manera muy precisa. No hay ninguna rascada, ninguna marca, están muy bien pulidos. Por otro lado, se interesó por el piramidión del Museo de El Cairo –también de granito– procedente de Dashur, de un faraón de la Dinastía XIII. Este piramidión está increíblemente bien cortado. Dunn pudo observar que la precisión del corte era casi perfecta, de fracciones de milímetro. Hoy en día no sabemos cómo hacer estos cortes de forma manual. Además, en su reciente libro Lost technologies of Ancient Egypt, Christopher Dunn plantea el interesante caso de las réplicas. Así, se ha comprobado que la precisión de las estatuas es tan grande, que es del todo imposible reproducir estatuas del Antiguo Egipto a mano; esta tarea debe hacerse mediante maquinaria.

Y bien, aún siendo cauto en este tema, empiezo a sospechar que el contexto ofrecido por los egiptólogos no casa con lo que vemos. O el contexto está equivocado o esta cultura poseía una habilidad que nosotros no podemos entender, lo que nos conduce otra vez al asunto de los enormes bloques (cómo los movieron y los elevaron, etc.). Así pues, todas estas cuestiones nos sugieren la existencia de una tecnología perdida. Particularmente, no suscribo ciertas teorías, como la levitación, pero es evidente que existió una tecnología antigua que no comprendemos, y no sólo en el Antiguo Egipto, sino en otros lugares como Malta, Líbano o Perú. En Egipto mismo tenemos un enorme monolito, el llamado  Obelisco Inacabado de Aswan, tallado en la roca viva (granito) con un  peso estimado de unas 1.200 toneladas. ¿Cómo diablos pensaban alzar esta cosa? Esto va más allá de mi entendimiento: hoy en día no hay medio de transporte capaz de mover tal objeto; se tiene que diseñar una plataforma específica para mover esta clase de peso. Tenemos, primero, que tallar tal objeto en la roca viva –que ya es un problema– y luego extraerlo y alzarlo, y finalmente transportarlo hasta el templo y erigirlo. No sé cómo podríamos hacerlo.

Pregunta: En definitiva, la civilización del Antiguo Egipto no deja de asombrarnos...

Respuesta: Sí, en verdad es así. Yo estuve viviendo tres años en un apartamento frente a la Gran Pirámide, y créame, llega un momento en que dejas de mirar estos grandes monumentos, ya que te despiertan tantas preguntas que empiezas a volverte loco. Es como si estos monumentos no pertenecieran aquí, o no debieran estar ahí. Son tan grandes, tan perfectos, tan antiguos y tan desconocidos... Tener ahí un monumento de esta calidad, tamaño, precisión y escala tan abrumadora, que contiene alineaciones astronómicas y constantes matemáticas...  y seguimos sin poder explicarlo. Es un gran enigma que en mi opinión no ha sido bien abordado por los expertos. Considerar que estos monumentos se construyeron como tumbas ha sido un gran error de cálculo. Realmente no responden a la teoría de que fuesen tumbas; más bien se ajustan a la idea de que eran una especie de máquinas metafísicas más que otra cosa. Pienso que ya es hora de mirar estos monumentos bajo otra luz diferente, y esto es lo que estoy tratando de hacer.

© Eduard Pi / Xavier Bartlett 2013



9 comentarios:

Piedra dijo...

Difícil encontrar este tipo de entrevistas, en español, así que se agradece bastante.

Los egipcios fueron probablemente los herederos de algo mucho mayor y mucho más importante. El que no se quiera o se pueda admitir, quizás tenga que ver con que a día de hoy continúa en marcha el legado de aquella cultura. Sociedades secretas o semi-secretas que como se ha mencionado continúan construyendo sus monumentos en nuestras ciudades y manteniendo sus creencias y rituales. Todo está a nuestro alrededor, hay tantas cosas y tan a la vista que no somos capaces de verlas, sobre todo de entender lo que vemos ni de creer hasta donde llegan a veces. A los que lo pretenden hacer ver los llaman paranóicos y chalados, pero sigue ahí, la estatua de la "libertad", los monolitos gigantescos, las cúpulas en templos y edificios políticos... y los asesinatos.

Saludos.

Unknown dijo...

Excelente reseña, felicitaciones y gracias

Anónimo dijo...

Considero que uno de los principales problemas de los arqueólogos y teóricos de la historia es que parece nunca se han puesto a hacer nada de forma manual y no tienen una noción de lo difícil que es trabajar con distintos materiales, en mi caso mi fascinación por las construcciones antiguas empezó después de estudiar diseño, por que tome conciencia de lo complicado que es, pase madrugadas sufriendo para que mis maquetas de cartón y papel fueran precisas, ahora concebir que en la antigüedad trabajaban con megalitos de granito y de diorita con toneladas de peso es sorprendente, y da mucha risa las explicaciones oficiales de los arqueólogos que creen que con paciencia y una horda de esclavos se puede lograr tal precisión, y sí a eso le sumamos que argumentan que los movían con troncos ya es para tirarse unas carcajadas, en serio que poco sentido común y rigor científico, ¿Por qué no demuestran de manera empírica sus afirmaciones? ¿Por que toman con ligereza y cierto desprecio la manufactura de su objeto de estudio? ¿Por que anteponen las teorías a los objetos cuando se supone que debería ser a la inversa?

Xavier Bartlett dijo...

Apreciado Daniel,

De acuerdo con tu reflexión, yo también me he preguntado esto a veces, pero lo que te enseñan en la Universidad se suele dar como una verdad científica absoluta que no puede ser rebatida a menos que aparezcan nuevas pruebas contrarias. Sí es cierto que existe la arqueología experimental que intenta reproducir cómo se hacían las cosas en un pasado muy remoto, pero tiene dos problemas graves:

1. La réplica no es más que una conjetura sobre lo que se pudo haber hecho, pero no hay forma de demostrar que se hiciera de un modo concreto u otro; tan sólo es una posibilidad.
2. En muchos casos, la réplica no alcanza los resultados deseados o incorpora elementos (materiales o métodos) no enteramente propios del contexto antiguo.

Me consta que se han hecho experimentos sobre el megalitismo y en algunos casos son factibles pero en otros son muy discutibles. Y por ejemplo, el intento de replicar las técnicas de construcción de la Gran Pirámide fueron un enorme fracaso que mostraron con toda seguridad que las cosas no se hicieron así. De hecho, nadie sabe cómo se pudo construir tal monumento en una era con tecnología muy limitada, y el recurso a la mera fuerza bruta ya no se aguanta. Pero así es la arqueología ortodoxa: no se puede saltar el marco conceptual, aun cuando la evidencia física sea muy problemática.

Saludos,
Xavier

Anónimo dijo...

Las Piramides las construyeron los angeles caidos, cuando dominaban la Tierra, antes de ser destruidos, aunque no aniquilados

Anónimo dijo...

Bauval piense este año, 12960, es la clave, es media circunferencia precesional, si situamos en el 10500 a. c ( hace unos 12500 años) el inicio del reloj precesional de Giza( mas o menos la fecha exacta no es posible saberla, y si fuera anterior el inicio unos cientos? Jeje)cuando la esfinge apuntaba a Leo y la alineacion de las piramides con Orion, si giras 180 grados hacia adelante en el tiempo ( aumque la prevesion es una especie de " cuenta atras, ya que es un movimiento retrogrado temporal- circular) la precesion nos llevaria a 12960 años ( 1 grado casa 72 años, 180, 12960, siempre multiplo de 9, tiene siempre qze ver con la circunferencia)y a la constelacion de Acuario, donde ahora esta la precesion, curiosamente las piramides quedarian de nuevo alineadas con Orion pero a la inversa del inicio. Porque media precesion, media circunferencia precesional y no el ciclo completo? Esto no es nuevo, lo establecieron muchos pueblos antiguos, grandes astronomos y ciclotologos, Gran año lo llamaban a este ciclo precesional, es asi porque la cupula celeste sobre nuestras cabezas es media semicircunferencia y porque el Sol recorre dia tras dia una parabola en esta Semicircunferencia (era la Cosmogonia de estos pueblos), asi que el ciclo precesional debe ser analogo a esto otro, una parabola precesional de 180 grados en la semicupula, porque ese es el juego cosmogonico tradicional que relaciona los ciclos entre si, por analogia entre ellos.

Anónimo dijo...

La Piramide , en general, representa el Cosmos divinizado, es un Templo, la geometria y estructura del Cosmos reflejada, la Cosmogonia. La base cuadrangular orientada segun los 4 puntos cardinales es la Tierra ( sobre una colina, como el Templo fe Salomon) y la Cuspide es Polaris, la piedra angular, la clave polar de las catedrales, la Jerusalen celeste. Las camaras que hay dentro seguramente representen la Luna y el Sol. Un detalle, la cuspide de las piramides siempre estan truncadas, fijense en las catedrales como representan la clave polar, a veces es un cuadrado, otras un triangulo ( a veces ponen un ojo), nunca es un simple vertice

Nautilus dijo...

Muchas gracias por el aporte.

Intento encontrar la entrevista original, ¿ podrías proporcionarme un enlace o dirección ?

Saludos.

Xavier Bartlett dijo...

Amigo Nautilus

Este texto es la entrevista íntegra que apareció en la revista Dogmacero en 2013. Para acceder al original, has de entrar en la página www.dogmacero.org y allí verás un acceso para descargar gratis en PDF los ocho números que se publicaron (creo que hay un enlace a un dropbox por cada revista). Esta entrevista está en el n.º 2.

Saludos,
X.