sábado, 5 de diciembre de 2015

El pasado visto con otros ojos


Este blog no se llama casualmente “La otra cara del pasado”, pues aquí se plantea abiertamente la intención de cambiar el punto de vista convencional para enfocar los hechos acontecidos en el pasado con una mentalidad distinta. Esto a veces supone el descubrimiento o aceptación de nuevos restos o pruebas, pero en muchas ocasiones basta con abordar la “realidad objetiva” con otros ojos para poder interpretarla de un modo hasta ahora impensable. En otras palabras, se trata de hacer una relectura de aquello que ya se daba por conocido y bien definido.

Como consecuencia de ese cambio de mentalidad, descubriremos que esa realidad física con la que la que trabajan los arqueólogos no es tan objetiva como nos quieren hacer creer, sino que es simplemente una visión determinada basada en ciertos filtros y prejuicios. Así pues, la arqueología alternativa ha propuesto esa nueva perspectiva para cuestionar lo que ya se daba por sentado y fuera de discusión, dejando claro que el paradigma no es tan sólido como parece y que –como mínimo– existen otras posibles lecturas igualmente válidas del pasado que merecen ser escuchadas y evaluadas.

Sin ir más lejos, en este mismo espacio presenté el trabajo del químico Clesson Harvey, que afirmó sin tapujos que la interpretación de los Textos de las Pirámides por parte de la egiptología era un total disparate basado en la magia, la superstición y los ritos funerarios cuando en realidad, según su parecer, tales textos escondían un conocimiento exacto de una avanzada ciencia metafísica. No obstante, creo que el larguísimo periodo de la Prehistoria es el que puede aportarnos mayor número de sorpresas a la hora de aplicar esos nuevos enfoques, pues detrás de clichés y tópicos sobre la teoría de la evolución y el paso del primitivismo a la civilización existen numerosas lagunas e incertezas que nos hacen pensar que las cosas quizá no fueron como nos las han explicado.

Y como ejemplo perfecto de esto, tendríamos el siempre complejo tema de separar lo que es natural de lo artificial. Hoy en día no tenemos demasiados problemas para diferenciar ambos ámbitos, pero en un pasado muy remoto -en el cual el hombre interaccionaba con la naturaleza de un modo directo y sin apenas tecnología- las cosas podrían ser bien diferentes. Para valorar en su justa medida el esfuerzo de algunos autores en esta línea, quiero presentar a continuación el trabajo de un investigador independiente español que nos hace ver una realidad arqueológica prácticamente oculta entre un paisaje natural. Así, mientras arqueólogos y geólogos convencionales no ven más que amontonamientos naturales de grandes piedras en cierta región de Castilla-León, Eliseo López Benito ha visto un extenso yacimiento megalítico de una civilización desaparecida (que él llama “fantasma”), con monumentos de diverso tipo que encierran en algunos casos altos conocimientos de astronomía.

Así pues, adjunto aquí este notable documental titulado “La civilización fantasma, el arte incomprendido”, que el autor sitúa entre el 12.000 a. C. y el 6.000 a. C., para que cada cual extraiga sus conclusiones. Debo confesar que, pese a que no suscribo todas las evidencias o conclusiones que López Benito expone, el trabajo me ha dejado impresionado por su seriedad, rigor y detallismo, combinados con una audacia y un pensamiento lateral más que sobresalientes. En definitiva, veremos que las propias imágenes nos revelan que detrás de un aparente mundo natural se esconde la mano creadora (creo que muy grande...) de una humanidad inteligente que se manejaba con otros valores y motivaciones muy distintos de los nuestros.

© Xavier Bartlett 2015

Foto dolmen: Miguel Zaccagnini



3 comentarios:

Piedra dijo...

Como buen montañero estoy totalmente de acuerdo con este hombre, me he encontrado multitud de piedras similares que son difícilmente explicables por la simple casualidad, están en lugares estratégicos, fuera de lugar y con orientaciones artificiales o con formas imposibles de achacar a la erosión.
Sería interesante hacer estudios sobre su relación con estrellas o lineas ley, quizás nos llevásemos una gran sorpresa.

Saludos.

Anónimo dijo...

Debo de decir que después de ver varios vídeos y leer sobre el tema de Eliseo López Benito sobre " la civilización madre" me picó la curiosidad y decidí investigar por mi cuenta en una parte de la ciudad donde vivo (Toledo) donde sospechaba que podrían haber restos o señales en diferentes piedras como (piletas,cazoletas,altares...extrañas marcas en piedras) y efectivamente buscando, observando son perfectamente visibles por esa zona.Gracias Eliseo por hacer esa teoría más creíble y racional con pruebas claras y tan bien explicado.

Xavier Bartlett dijo...

Amigo toledano,

Gracias por el comentario. Sí, en efecto, cuando miramos el paisaje con otros ojos podemos ver cosas que difícilmente pueden ser naturales, sino que de algún modo han sido modificadas. Quizá en algunos casos sean caprichos de la naturaleza o meras casualidades, pero en otros muchos no, y aquí es cuando deberíamos empezar a plantear hipótesis olvidando todos los prejuicios. Personalmente yo pude ver algo de esto en Tenerife e incluso tengo sospechas fundadas de más lugares de este tipo en Cataluña.

Saludos,
X.