viernes, 21 de octubre de 2016

Sitchin, Nibiru y las dobles lecturas


Poco puede decirse del erudito judío Zecharia Sitchin que no se haya dicho ya. Para los que no lo conozcan, basta decir que Sitchin saltó a la fama hace ahora 40 años con su libro “El duodécimo planeta” en el cual proponía que los dioses sumerios (los Anunnaki) fueron en realidad alienígenas venidos a la Tierra hace cientos de miles de años desde un lejano planeta llamado Nibiru en busca de oro y que crearon a los seres humanos –mediante ingeniería genética– en calidad de trabajadores-esclavos.

En este mismo blog ya dediqué un extenso artículo a este autor y puse de manifiesto que el estamento académico rechazó a Sitchin por ser poco menos que un farsante y un iletrado que se permitía traducir a su gusto las antiguas tablillas mesopotámicas escritas en caracteres cuneiformes. Sin embargo, al igual que el no menos célebre Erich Von Däniken, obtuvo un enorme éxito como escritor popular de arqueología alternativa y generó toda una pléyade de seguidores, bastantes de los cuales (Alford, Pye, Tellinger, Freer, Martell, etc.) también fueron reputados autores de este género. Lo que sí es cierto es que con el paso del tiempo algunos empezaron a disentir de Sitchin e incluso a criticarlo abiertamente[1]. Así pues, todavía veo a muchos “sitchinistas”, que hasta hace poco habían escrito libros o producido vídeos con un material 100% Sitchin, que dicen haber abandonado a estas alturas la ortodoxia de su gran inspirador, simplemente porque las evidencias contra Sitchin se han vuelto bastante concluyentes, y porque en buena parte del campo alternativo ha caído en cierta desgracia.

Phillip Coppens
Sea como fuere, uno de sus temas estrella fue sin duda la existencia del planeta Nibiru y su periódico paso por el Sistema Solar. A este respecto, varios autores auguraron que hacia la fatídica fecha de finales de 2012, Nibiru reaparecería en el firmamento y causaría toda clase de eventos catastróficos; esta fue sin duda una de las historias e histerias del ya pasado 2012, que fue objeto de una amplia literatura alternativa que navegaba entre lo apocalíptico y lo especulativo. Una de los últimos en opinar sobre Sitchin y Nibiru fue el malogrado autor y periodista de investigación Phillip Coppens, que nunca cerró la puerta a la teoría intervencionista pero que se mostró muy crítico con según qué propuestas alternativas faltas de apoyo. En el breve artículo que adjunto a continuación, Coppens no sólo expuso las múltiples dudas acerca del escurridizo Nibiru, sino que lanzó un aviso a navegantes sobre cómo se debía interpretar a Sitchin: tal vez Nibiru sería una especie de metáfora para hablar no de seres de “otro planeta”, sino de otras realidades o dimensiones con las cuales nuestros antepasados parecían estar mucho más familiarizados que nosotros.

Por cierto, ni Coppens ni Sitchin vivieron para ver la frustrada llegada de Nibiru a nuestros cielos. Sitchin falleció en 2010 y Coppens el penúltimo día de 2012.


Sitchin: alienígenas y dioses


Como alguien que aparece con frecuencia en la serie de History Channel “Ancient Aliens”, una de las preguntas más frecuentes que recibo es la observación de si los extraterrestres mataron a Dios. Mi respuesta es un “no” definitivo, y permítanme que les explique por qué.

Zecharia Sitchin
Hay varias versiones de la teoría de los antiguos astronautas y creo que los que toman la más literal son los que más a menudo se equivocan, especialmente si chupan rueda de una mega-teoría. Tomemos el ejemplo más famoso en este campo: Zecharia Sitchin introdujo la noción de la existencia de un duodécimo planeta en nuestro sistema solar, argumentando que los antiguos sumerios tenían este conocimiento y que la raza que habitaba este planeta, llamado Nibiru, colonizó la Tierra y modificó genéticamente a nuestros ancestros. Y aunque durante cuatro décadas afirmó que sólo él podía traducir correctamente la lengua sumeria, hoy sabemos que, en el mejor de los casos, tradujo el sumerio de forma equivocada.

Según Sitchin, el planeta Nibiru tenía una órbita elíptica, que según los astrónomos —y la lógica común— es poco probable que sea posible, especialmente si ese planeta debiera ser propicio para albergar vida a lo largo de su órbita de 3.600 años a través de nuestro sistema solar. Pero cuanto menor es la evidencia de la existencia de Nibiru, mayor es el número de fundamentalistas que lo apoyan y creen en él.

Con la llegada del fenómeno 2012, los seguidores de Sitchin decidieron que tal vez era una buena idea vincular el 2012 con la idea de que este era el retorno de Nibiru. Pero la cuestión es que, si este fuera el caso, este planeta sería ahora claramente visible en nuestros cielos, incluso si hubiese un masivo encubrimiento científico orientado a “negar la verdad” como dirían algunos. Sin embargo, esto refuerza la idea, muy común, de que si dos misterios se complementan esto es prueba de que ambos tienen razón. 

Los seguidores de Sitchin argumentan que los astrónomos han observado un patrón inusual en la afluencia de los cometas que entran en nuestro sistema solar, lo que sugiere que tal vez hay un planeta lejos de allí, en la llamada Gran Nube de Oort. Las anomalías podrían explicarse si hubiera un planeta entre una y cuatro veces la masa de Júpiter. De hecho, algunos astrónomos sostienen esto aunque no haya ninguna evidencia de este planeta, a pesar de que debería ser fácilmente detectable, sobre todo si se espera su llegada cerca de la Tierra en el año 2012. De manera que, en resumen, los promotores del “Planeta X” —como se conoce comúnmente este planeta— no tienen pruebas.

Usted podría preguntarse por qué Sitchin y sus teorías no tienen un papel más destacado en la serie de History Channel, “Ancient Aliens”. La respuesta es muy simple: Sitchin tenía una teoría y trató de construir las pruebas que encajasen en ella. Así que, efectivamente, mientras se presenta la teoría de Sitchin “los extraterrestres estuvieron aquí”, se pierden los detalles de dicha teoría. Y me atrevería a decir que todo lo que él hizo en este campo le perjudicó, por lo vociferante y cascarrabias que fue en defensa de sus teorías. Sitchin tradujo mal, pero fue, sobre todo, mal interpretado. Incomprendido.

Nibiru es cualquier cosa, es sin duda un lugar de paso: el paso de un mundo a otro. Pero no del planeta Tierra al planeta Nibiru, sino del reino terrenal a la tierra de los muertos y los dioses. Esta es una explicación metafísica, y sí, me tomo literalmente la explicación del cruce del alma. No literalmente en un sentido físico, sino literalmente en un sentido metafísico. Por lo cual estoy convencido de que hay algo más en este universo que el mero universo físico, que hay tanto seres extraterrestres como seres de otros mundos... ambos, sin duda, ajenos a nuestra civilización, pero cuando se estudian temas como la creencia en las hadas de los antiguos celtas, está claro que estas civilizaciones antiguas estaban mucho más familiarizados con estas criaturas que nosotros.

Así, una vez más, vivimos en “un” universo: un universo con espacio para criaturas de otro mundo y extraterrestres. Porque no sólo tenemos un tema que la ciencia ha de explorar, sino varios, que hasta ahora ha rehuido y que sigue rehuyendo. Nosotros no sólo necesitamos preguntarnos si estamos o no solos, sino que también tenemos que hacernos preguntas acerca de otras dimensiones. La historia y la realidad son mucho más complejas que las pulcras teorías de la ciencia, o las de Sitchin. La realidad es compleja. Así es la historia. Pero eso hace que sea aún más hermosa.

© Philip Coppens 2012

Fuente: Dogmacero n.º 1 (2013)

Fuente imágenes: Wikimedia Commons



[1] Esta deserción tuvo consecuencias insólitas en un caso, pues Sitchin quiso denunciar ante la justicia y pedir una altísima compensación económica a Alan Alford, antiguo seguidor suyo, por haber descalificado sus teorías en público, en una conferencia. Al final, todo quedó en la amenaza y no fue a más.

7 comentarios:

Piedra dijo...

Un detalle importante pero que puede pasar desapercibido o mal interpretado es el simple hecho de que Sitchin fuera judío.

A mi entender, mezcló verdades a medias y burdas mentiras para desinformar, simple y llanamente.

El planeta Nibiru, o lo que se podría interpretar como tal, realmente existe y está admitido desde hace poco creo recordar oficialmente, ya que aunque no se ha observado directamente, es la explicación más razonable para una serie de perturbaciones gravitatorias que se corresponden con un cuerpo supermasivo, quizás una enana marrón, que orbita nuestro sol cada 3.000 años aproximadamente.

Este "planeta" parece además estar relacionado con los grandes terremotos que de forma periódica (cada 180 días aprox.) sacuden el planeta y que podrían ser devastadores cuando su órbita está próxima a la nuestra.

De Sitchin siempre me pareció ridícula la afirmación de que hemos sido creados para recoger oro, para mi eso echa por tierra cualquier otra cosa que dijera.

Un saludo.

Xavier Bartlett dijo...

Gracias Piedra

Bueno, sobre ese supuesto exoplaneta ya hace tiempo que se están diciendo cosas, pero no sé hasta qué punto son certezas científicas y sobre todo si concuerdan (o no) con lo que afirmó Sitchin sobre Nibiru. A mí me llama la atención el aparente negacionismo (a veces furibundo) de la NASA y otras instituciones ortodoxas sobre temas extraterrestres y luego van dejando caer indicios de lo contrario.

Sobre Sitchin, también he oído rumores y comentarios sobre su papel de desinformador y de su adscripción a la masonería. Ya se sabe que las mejores mentiras son aquellas que van mezcladas con algo de verdad, pero confieso que todo el tema de los Anunnaki es bastante confuso, pues con la mitología se puede jugar mucho, tal como hacen bastantes autores alternativos. Otra cosa sería pensar, como insinuaba Coppens, que Sitchin en realidad planteó una especie de metáfora con Nibiru y sus Anunnaki-Nefilim, pero aquí nos meteríamos en metalecturas muy complejas. De todas formas, fíjate en eso de "crear" humanos para obtener riqueza en beneficio de una élite dirigente. ¿Te suena eso de algo? A mí me recuerda al presente, no a un pasado de hace 200.000 años.

Saludos,
X.

Piedra dijo...

La existencia de un "nuevo" planeta es innegable:
http://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia-sistema-solar-puede-tener-planeta-nueve-20160120190001.html

Y es curioso que un noveno planeta dejó de ser considerado planeta, antes de que este se descubriera. Así tenemos de nuevo un planeta 9, dato que tiene su importancia para aquellos que se interesen por la numerología o la cábala y no crean en las casualidades, como por ejemplo que quien quitó el título al anterior, ha "descubierto" (oficialmente) este otro.

Sobre lo de crear humanos, para mi solo intenta llenar el vacío de los que no aceptan la evolución pero tampoco la religión institucional, vamos que es una nueva religión , para como las anteriores negar la divinidad humana y reducirnos a máquinas orgánicas.

Otro saludo.

CobaltUDK dijo...

Yo creo que es un poco irrelevante que Sitchin hiciera una traducción "creativa" de las tablillas.

Porque creo que los sumerios, al igual que los egípcios, nunca conocieron a sus "dioses", nunca tuvieron contacto con ellos. Sólo tenían su recuerdo, de quizás varios miles de años atrás.

Esos "dioses", ya fuesen extraterrestres o los humanos de cráneos largos, habrían quedado en el recuerdo durante todo ese tiempo.

Al final Sitchin monta una historia de ficción basándose en otras historias de ficción con datos muy poco precisos. Es como si alguien dentro de 500 años halla un cómic de "Namor" y en base a ello escribe la "verdadera historia" de la Atlántida.

Sobre Coppens, con todo el respeto del mundo por alguien ya fallecido, pues tratar a Sitchin casi de magufo, después de ver sus propias aportaciones en "Ancient Aliens", pues...
Una lástima lo de esa serie de documentales, empecé a verlos hace un par de años y eran muy interesantes, cuando hablaban de eventos de la antiguedad y sacaban la hipótesis extraterrestre. Pero los últimos que he visto son magufería pura, olvidando las hipótesis y afirmando tajántemente, que dan vergüenza ajena (aún así me los trago hasta el final).

A mí el tema de otras dimensiones y universos paralelos se me escapa bastante. Seré bastante cortito, y cuando escucho a gente hablar de ello presentando 0 pruebas, 0 evidencias, y mucho de lo primero que se les pasa por la cabeza, pues como que no me entero mucho.

Xavier Bartlett dijo...

Gracias Cobalt por el comentario

Bueno, de Ancient Aliens y productos similares ya casi lo has dicho todo y coincido básicamente. Ellos mismos se han cavado su tumba y han dado al traste con la poca credibilidad y seriedad que les podía quedar. Al final, vemos que es un mero entretenimiento, y por desgracia gran parte de la arqueología alternativa se mueve en este terreno del negocio y el espectáculo. También Coppens estaba subido en ese carro y dijo muchas cosas audaces (por llamarlas de alguna manera) las cuales no comparto, pero en general trató de tener una línea un poco más crítica. Posiblemente se equivocó mucho y especuló otro tanto, pero al menos no tenía las ínfulas de Sitchin.

Y no olvidemos que hasta el "super-serio" Bauval participó en esos programas, aunque -en honor a la verdad- los acabó por dejar porque vio que era un mero circo sin ton ni son. Para ahondar un poco más en este tema, te recomiendo que leas en este mismo blog el artículo "¿demasiados extraterrestres?"

saludos,
X.

Unknown dijo...

Estimado x :
mas alla del planteo de Sitchin,que no cierra por ningun angulo mas alla de lo conspiranoico (salvo en el hecho de que el hombre no puede ser fruto de un proceso evolutivo)
me hago el siguiente cuestionamiento :
como se traduce una lengua muerta ,ya cueneiforme,ya ideografica,sin tener forma de contrastar lo deducido?
pongo de ejemplo el siguiente:
intentemos traducir el chino actual en funcion de una traduccion anterior al griego (tal piedra rosseta)
aun debemos esperar una explicacion cierta para las tablillas mesopotamicas( por no decir para el resto de la historia
saludos

Xavier Bartlett dijo...

Estimado Orlando,

Gracias por el comentario. La verdad es que el tema de las lenguas antiguas no es mi especialidad y en la carrera de Arqueología apenas explican nada sobre esas lenguas muertas; eso es un asunto que se adscribe propiamente a la filología. Por lo que sé, el inglés Rawlison descifró el cuneiforme en el siglo XIX, y de hecho no es una lengua sino un tipo de escritura usado por varios pueblos de Mesopotamia y Oriente Medio. Supongo que debieron hacer comparaciones con lenguas semíticas conocidas para intepretar el antiguo sumerio, akkadio o asirio, tal como hizo Champollion con los jeroglíficos y el copto antiguo (heredero moderno del egipcio de la época faraónica).

Es posible que esas intepretaciones no se hayan hecho bien en su totalidad, pero no tengo argumentos para discutir la cuestión. En mi libro ya expuse que lo ideal para criticar con justicia a Sitchin (y a los ortodoxos si procede) sería aprender antiguo sumerio... y no es tarea fácil. Pero sí te puedo decir que hubo gente preparada y estudiosa como Harvey o Schlosman que dijeron que el antiguo egipcio se había traducido mal (o muy mal), pero ellos tenían el pecado de no ser egiptólogos sino "outsiders", y por ello la ortodoxia se mantiene y no es discutida.

En general, los neófitos hacemos un acto de fe y confiamos en quien nos parece más fiable, pero sin un verdadero conocimiento y ganas de llegar hasta el fondo es complicado juzgar a unos y otros con imparcialidad. Yo te puedo decir que en su día me impresionó Sitchin y leí varios de sus libros, pero me faltaba el contraste, que siempre es necesario. Y también te digo que aunque Sitchin fuera demasiado lejos y especulara a su gusto, puso de manifiesto las muchas debilidades y carencias de las versiones ortodoxas sobre el mundo antiguo.

Saludos,
X.