El pasado año 2014 la
revista Dogmacero obtuvo el permiso del autor alternativo norteamericano Gary A.
David para publicar la versión en castellano de uno de sus artículos, sobre los
llamados “Nagas”. El artículo debía haber aparecido en el n.º 9 de la revista,
pero al cerrarse la publicación después de sacar el n.º 8, este material quedó
inédito. Aprovecho pues la ocasión para difundir este artículo en mi blog, si
bien la versión española ya había aparecido previamente en otro sitio web.
Para quienes no
conozcan a este autor, adjunto aquí una breve biografía. Gary
A. David es un
arqueoastrónomo e investigador
independiente norteamericano que ha
estudiado las ruinas arqueológicas
y el arte rupestre del suroeste
de los EE UU durante más de veinticinco años.
En el campo académico obtuvo un master
en literatura inglesa por la Universidad de Colorado, y fue
profesor universitario.
Ha escrito diversos libros sobre los Hopi y otras ancestrales culturas Pueblo de Arizona y Nuevo México: The Orion Zone: Ancient Star Cities of the American Southwest (2007), Eye of the Phoenix: Mysterious Visions and Secrets of the American Southwest (2008), The Kivas of Heaven: Ancient Hopi Starlore (2010) y Star Shrines and Earthworks of the Desert Southwest (2012). Asimismo, ha publicado artículos y concedido entrevistas en revistas como Ancient American, Atlantis Rising, Fate, Legendary Times, UFO, o World Explorer. Ha sido ponente en varios eventos y congresos como Ancient Mysteries International Conferences (AMI), Conference for Precession and Ancient Knowledge (CPAK), Verde Valley Archaeology Society o MUFON. También ha colaborado asiduamente en programas de televisión del History Channel. Su página web es: www.theorionzone.com.
Danza de la serpiente de los Hopi |
La Danza de la Serpiente ha atraído y repelido a espectadores no indios
desde el final del siglo XIX. Durante este infame ritual llevado a cabo cada
dos agostos en las colinas Hopi de Arizona, los participantes manipulan una
masa de serpientes venenosas y no venenosas. Algunos incluso ponen sus cuellos
y cuerpos en sus bocas.
A diferencia de la ofiolatría (el culto de la serpiente), la Danza de la
Serpiente es una súplica por la fertilidad agrícola y la lluvia en un hermoso
pero riguroso paisaje del desierto. Sin embargo, sorprendería a muchos
espectadores saber que este extraño rito vino de la India, la tierra
tradicional de los encantadores de serpientes.
Un antiguo mito de los Hopi describe una migración desde el anegado
Tercer Mundo (o Era) al Cuarto Mundo. Los antepasados de los Hopi escaparon en
balsas de junco y se dirigieron a la desembocadura del Río Colorado, el cual
remontaron para hallar su destino final en la Meseta del Colorado.
Una escala en este viaje monumental pudo haber sido Fiji, la remota isla
de Pacífico Sur. Allí tenía lugar una ceremonia de fertilidad e iniciación de
la juventud llamada Baki. (1) Su nombre es similar al término Hopi paki,
que significa “introducido” o “comenzado a ser iniciado” (téngase en cuenta
que el idioma Hopi no reconoce el sonido de la “b”). A su vez, la kiva
–la cámara de oración subterránea– usada durante la Danza de la Serpiente se
llama pakit. (2)
Un “naga” o “nanaga” era uno de los muchos lugares amurallados donde los
jóvenes de Fiji entraban en la madurez. El explorador David Hatcher Childress
escribe: “... una de las antiguas razas del sudeste de Asia son los Nagas, una
raza marinera de personas que comerciaban en sus Botes Serpientes similares
a las Naves Dragón de los Vikingos.” (3)
![]() |
Ruinas de Mohenjo-Daro (Pakistán) |
Como maestros de una sabiduría arcana, los Nagas legaron a Mesoamérica
el concepto de nagual, término demasiado complejo para explicar aquí
pero definido en detalle en los libros de Carlos Castañeda sobre su iniciación
con el hechicero yaqui Don Juan Matus.
Los Nagas también pudieron haber sido la Gente Serpiente que
Tiyo, el héroe de la cultura Hopi, encontró en su viaje épico a través del
océano. En el inframundo, entra en una estancia donde la gente lleva pieles de
serpiente; allí es iniciado en ceremoniales extraños en los que aprende
oraciones de la lluvia. Después, se concede al joven un par de doncellas que
cantan para ayudar a que crezca el maíz, y él las lleva a su casa en la
superficie de la tierra. La Mujer Serpiente se convirtió en su esposa, mientras
que la otra se hizo novia de un joven del clan flauta*. Finalmente su
esposa dio a luz reptiles, lo que hizo que Tiyo dejara a su familia para
emigrar a otras tierras. (5)
Como en la Odisea de Homero, la historia incluye un viaje subterráneo.
Paradójicamente, los Hopi conciben ese mundo como un reino de agua y estrellas.
Nangasohu es la estrella Kachina de la caza (Los Kachinas son
espíritus con forma de cualquier objeto, criatura, o fenómeno), que lleva un
sencillo tocado de plumas de águila y una gran estrella de cuatro puntas
pintada en su máscara. Nanga quiere decir “perseguir” y sohu
significa “estrella.”
Relacionada con Naga, tenemos la palabra hopi nga'at, que
significa “raíz medicinal”, con propiedades curativas mágicas. Una raíz es a la
vez ctónica y morfológicamente parecida a una serpiente. El término nakwa hace
referencia a las plumas del tocado llevadas durante una ceremonia sagrada. (6)
Este plumaje hace pensar en la serpiente emplumada. Otra palabra relacionada, naqvu'at,
significa “oreja” y naaqa se refiere al “pendiente de la oreja”,
frecuentemente hecho de abulón.
Esta alhaja era llevada más como respetuosa imitación que como mero
adorno. Childress describe a los llamados Orejas Largas como: “altos y
barbudos navegantes del mundo, probablemente una combinación de marineros
egipcios, libios, fenicios, etíopes, griegos y célticos juntamente con
indoeuropeos del subcontinente indio. Según la leyenda polinesia, estos
marineros también tenían las famosas ‘orejas largas’ que son bien conocidas en
Rapa Nui (Isla de Pascua) y Rarotonga.” (7)
Según el erudito y navegante Thor Heyerdahl, las familias gobernantes de
los Incas alargaban sus lóbulos artificialmente para distinguirse frente a sus
súbditos. (8) (Quizás los largos lóbulos de Buda tampoco sean una
coincidencia.)
El escritor James
Bailey cree que estos gobernantes de Perú y de algunas islas del Pacífico eran
arios y semitas procedentes del Valle del Indo: “[Heyerdahl] demostró que en la
Isla de Pascua vivieron los sobrevivientes de dos poblaciones distintas; los
Orejas Largas, unos europeos rubios o pelirrojos que estiraban los lóbulos de
sus orejas con unos rollos de madera para que éstas llegaran hasta sus hombros,
y un grupo polinesio del tipo polinesio convencional, con orejas normales. Los
primeros fueron conocidos en la isla como los Orejas Largas, y los segundos como los Orejas Cortas.”
(9)
El primer grupo alcanzaba una altura media de poco más de 1,90 metros, y
tenía la piel blanca con el pelo rojo. Puede ser algo más que una coincidencia
que el Clan de Fuego de los Hopi fuese conocido como los “cabezas rojas”. Esta
gente guerrera vivía con el Clan de la Serpiente en Betatakin, un antiguo
enclave de Arizona del siglo XIII (ahora monumento nacional de los Navajos).
Moai de orejas largas (Isla de Pascua) |
Observando los rollos de las orejas que llevan las tribus en Tanzania,
Bailey comenta la ubicuidad de este artefacto: “El rollo de oreja es en sí
mismo sintomático del contacto con la gente de mar y yo creo que tiene un
origen común en el mundo, dondequiera que se encuentre.” (10) Un ejemplo
de esta especie de anillo o rollo de oreja tallado de esquisto fue encontrado
en las antiguas ruinas cerca de Phoenix, Arizona. (11) Aquí vemos artefactos
comunes a los pueblos del desierto y el mar.
También existen temas mitológicos comunes en distintas culturas. El
estudioso Cyrus H. Gordon cuenta un relato de comienzos del segundo milenio a.
C. Un capitán egipcio naufragó en la “isla de Ka”, situada posiblemente cerca
de Somalia en el Océano Indico. (El ka Hopi en los kachina es extraño y más
bien ha de relacionarse con el ka egipcio o “doppelgänger.”) En este paraíso no
sólo abundaban pájaros vistosos sino también peces, hortalizas y frutas
deliciosas. Había solamente una trampa: una serpiente de treinta codos (unos
13,5 metros) de largo dominaba allí. Esta serpiente gigante tenía la piel
enchapada de oro, las cejas de lapislázuli, y una barba que se extendía dos
codos (casi un metro).
Después de que el soberano serpiente amenazara con incinerarlo por
permanecer callado, el capitán relató cómo él y su tripulación fueron
conducidos allí por una feroz tormenta. A su vez, el rey describió a sus
hermanos e hijos, que una vez ascendieron a setenta y dos. Y continuó:
“Entonces una estrella cayó y éstas (las serpientes) entraron en la llama que
produjo. Por casualidad yo no estaba con ellas cuando ardieron. No estaba entre
ellas (pero) casi morí por ellas, cuando las encontré como un cadáver.” El
barco del capitán fue luego cargado con finas especias, incluyendo mirra,
colmillos de elefante, colas de jirafa y monos. Antes de permitirle partir, el
rey le hizo este curioso comentario: “Pasará que cuando usted parta de
este lugar, esta isla nunca será vista de nuevo, porque se convertirá en agua.”
(12)
El relato no nos dice si tenía o no las orejas largas. Sin embargo,
podríamos estar ante un testimonio de los legendarios Nagas. Junto al motivo
serpentino, esta historia fabulosa contiene un tema que recuerda a la Atlántida
o Mu. Una isla edénica desaparece de repente bajo las olas en un cataclismo
celestial que destruye muchas vidas.
¿Tienen el mito de los Hopi del viaje de Tiyo a la Isla de las
Serpientes y el mito egipcio del viaje del anónimo capitán a la Isla de Ka una
fuente común? Nunca lo sabremos con seguridad.
Asimismo, sólo podemos especular sobre las setenta y dos serpientes
cifradas en el último mito. Esto podría hacer referencia a un movimiento
astronómico del cual los sagaces marineros eran indudablemente conscientes.
Debido a la precesión de los equinoccios, las estrellas del zodíaco se elevan
en el primer día de la primavera y en otoño se desplazan al revés (actualmente
de Piscis a Acuario) un grado cada setenta y dos años. Esto es causado por el
bamboleo del eje de la Tierra (su precesión) como una peonza. En el relato
egipcio, los setenta y dos parientes del rey fueron muertos por un
acontecimiento sideral. De ahí que el “paisaje del cielo” conocido durante toda
una vida o más fuese trastocado, sólo para ser sustituido por otro ligeramente
modificado.
Un aislacionista diría que los antiguos humanos carecían de las
sofisticadas habilidades de observación para reconocer un solo grado de
diferencia, o que las primeras civilizaciones eran tecnológicamente incapaces
de realizar travesías oceánicas. De hecho, muchos mitos que contradicen esto
parecen haber sido ideados por los difusionistas.
No estoy sugiriendo que una élite de hombres blancos del Viejo Mundo
viniera a “salvar” a las aisladas bandas de “salvajes” nativos americanos,
facilitando así que pudieran florecer. (El genocidio cultural en el Nuevo Mundo
desde el siglo XVI hasta el XIX hace que ese panorama sea particularmente
irónico.) Esta visión denigra ambas culturas, asignando un imperialismo
monolítico a la primera y una inferioridad evolutiva a la segunda. Para
abreviar, esto es racismo de la peor clase.
Afirmo, en definitiva, que el ingenio colectivo de los pueblos del Norte
y Sur de América junto con los pueblos de Oceanía les permitió navegar en
épocas remotas hacia tierras distantes. Del mismo modo, los pueblos de Europa y
Asia utilizaron el mismo ingenio para alcanzar orillas igualmente distantes. El
conocimiento de la navegación de los marinos de todo el mundo debió haber sido
moneda común. Y de esta manera pudo ser que un culto de la serpiente de la
India llegara al desierto de Arizona.
© Gary A. David
2002-2011
Notas
1. David Hatcher Childress, Ancient Tonga & the
Lost City of Mu’a (Stelle, Illinois: Adventures Unlimited Press, 1996), p.
125.
2. Jesse Walter Fewkes, Hopi Snake Ceremonies: An
eyewitness account by Jesse Walter Fewkes, Selections from the Bureau of
American Ethnology Annual Reports Nos. 16 and 19 for the year 1894-95 and
1897-98 (Albuquerque: Avanyu Publishing Inc., 1986) p. 274.
3. Childress, Ancient Tonga, p.135.
4. Mark Amaru Pinkham, Return of the Serpents of
Wisdom (Kempton, Illinois: Adventures Unlimited Press, 1997), pp.110-111.
5. Fewkes, Hopi Snake Ceremonies, p. 303.
6. Ekkehart Malotki, editor, Hopi Dictionary: A
Hopi-English Dictionary of the Third Mesa Dialect (Tucson, Arizona:
University of Arizona Press, 1998), pp. 287-288.
7. Childress, Ancient Tonga, p.158.
8. Thor
Heyerdahl, Aku-Aku: The
Secret of Easter Island (New York: Pocket Books, 1966, 1958), p. 340.
9. James Bailey, The God-King & the Titans: The
New World Ascendancy in Ancient Times (New York: St. Martin’s Press, 1973),
pp.196-198.
10. Bailey, The God-King & the Titans,
p.186.
11. Franklin Barnett, Dictionary of Prehistoric
Indian Artifacts of the American Southwest (Flagstaff, Arizona: Northland
Press, 1974, 1973), p.51.
12. Cyrus H. Gordon, Before Columbus: Links Between
the Old World and Ancient America (New York: Crown Publishers, Inc., 1971),
pp. 54-67.
Fuente primera foto: artículo original, cortesía de U.S. National Archives & Records
Administration
* Esta unión forma parte de la ceremonia
flauta, un ritual hopi celebrado el mes de agosto para favorecer la lluvia
y el crecimiento del maíz.
2 comentarios:
soy el DR. FERNANDO ZAZUETA BARRAZA VIGILANTE VOLUNTARIO DE LA RESERVA DEL VOLCAN DEL PINACATE Y GRAN DESIERTO DE ALTAR. MI TELEFONO ES 653 115 3430 DOMICILIO AV. REFORMA AGRARIA Y CALLE 26 COL. FEDERAL CP 83489 z1drzazueta@gmail.com
en el desierto de san luis rio colorado existen petroglifos de 200 y 400 metros representado una gran cantidad de serpientes en una extension aproximada de 1.5 km cuadrados tal vez queriendo especular realizados por el antiguo clan de la serpiente durante la migracion hopi que dio origen a los aztecas. no le doy las coordenadas exactas por este medio para evitar que vandalos las localisen . puedo enviar fotos y ubicacion a un correo electronico que me proporcionen
Apreciado Dr. Zazueta
Muchas gracias por su mensaje; no sabía nada de esos petroglifos, aunque sí sabía de otros grandes petroglifos en forma de serpiente en otros lugares de EE UU. Si usted desea que se publiquen esas fotos en este blog, tiene las puertas abiertas. Ya le enviaré un correo.
Saludos
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