lunes, 24 de febrero de 2014

Las pirámides chinas



Introducción




En el artículo dedicado a las “pirámides desconocidas” ya traté brevemente de la existencia de un importante conjunto de pirámides en la provincia china de Shaanxi. Lamentablemente, hasta hace no mucho tiempo este tema estaba envuelto en un halo de especulación y secretismo, y la información disponible al respecto era más bien escasa. Lo que se sabía es que los chinos no estaban demasiado interesados en la investigación de estas estructuras, pues no se había hecho prácticamente nada en la zona hasta mediados de los años 70, con unas pocas excavaciones. De hecho, en los años 90 todavía había bastantes restricciones para acceder a este lugar. Así pues, sólo unos pocos investigadores occidentales (todos ellos del ámbito alternativo) apenas habían podido acceder a los yacimientos arqueológicos y a información de primera mano[1]. Como resultado, se lanzaron algunas hipótesis y afirmaciones sin demasiado fundamento, que incluían en algún caso la intervención de seres extraterrestres.



No obstante, las cosas empezaron a cambiar con la entrada del nuevo milenio, y hoy en día se puede encontrar en la Red información básica sobre las pirámides chinas –incluso en la famosa Wikipedia– aunque hay que reconocer que los trabajos arqueológicos no han sido muy extensos y seguramente aún quedan muchas incógnitas por despejar. Con todo, vale la pena destacar que al menos las autoridades chinas han abierto la zona al turismo arqueológico y han montado una cierta infraestructura museística. Gracias a esta apertura, el investigador bosnio-americano Sam Osmanagic –el descubridor y promotor de las llamadas pirámides de Bosnia– pudo visitar en 2008 el conjunto monumental y tuvo la oportunidad de entrevistarse con varios arqueólogos profesionales chinos. Sus observaciones, recogidas en un recientísimo libro sobre el fenómeno de las pirámides en todo el mundo (Las pirámides del mundo y las pirámides perdidas de Bosnia), aportan sin duda una nueva perspectiva para el conocimiento de las estructuras de Shaanxi, que el autor cifra en más de 250.



Las primeras noticias e investigaciones




Lo primero que debemos apuntar sobre el conocimiento de estos monumentos por los occidentales, es que parece existir un poco de sensacionalismo y falta de comprobación en los datos, sobre todo al consultar determinadas fuentes alternativas. Lo que sí podría confirmarse es que en 1912 Fred Meyer Schroder y Oscar Maman, comerciantes y exploradores americanos, visitaron la zona y quedaron sorprendidos por la presencia de varias pirámides. Al preguntar por ellas al monje budista que les acompañaba, éste contestó que había archivos monásticos de 5.000 años de antigüedad sobre estas construcciones y que ya por entonces se las consideraba muy antiguas. Un año más tarde, el antropólogo francés Victor Segalen también vio las pirámides y pudo realizar algunos simples trabajos de investigación sobre la pirámide del emperador Qin Shi Huang. Así, midió su altura (48 metros) y un lado de la base (350 metros) y apreció que tenía cinco plataformas o terrazas. En 1914 apareció un artículo suyo sobre el arte funerario chino (de la dinastía Han).



Así pues, parece ser que los eruditos occidentales ya sabían de estas construcciones, si bien no fue hasta mediados del siglo XX cuando –a raíz de unas observaciones aéreas por parte de pilotos estadounidenses– el tema se popularizó gracias a la publicación de una fotografía en el New York Times de una gran “pirámide blanca”, a la que erróneamente se atribuyó una dimensión enorme, mayor que la Gran Pirámide de Guiza[2]. A todo esto, no hubo reacción por parte de las autoridades científicas chinas, que negaban que hubiera “pirámides” en su país. De hecho, aún en la actualidad, para los científicos chinos las estructuras no son propiamente pirámides sino túmulos o montículos artificiales que sirvieron de tumba para sus monarcas o personajes notables, y oficialmente son llamados “mausoleos”.



Las pirámides de la dinastía Han




En lo que parece coincidir casi todo el mundo es que la misteriosa pirámide blanca es en realidad el llamado “mausoleo de Maoling”, cercano a la ciudad de Xi’an. Este mausoleo, según la investigación llevada a cabo, habría sido la tumba del emperador Wudi Liu Che, de la dinastía Han (a pesar de que no se ha encontrado físicamente la tumba de este soberano). Según los libros de historia chinos, este emperador inició el proyecto a los dos años de acceder al trono y los trabajos de construcción duraron nada menos que 53 años. La estructura, de forma troncopiramidal, tiene cuatro caras triangulares orientadas a los puntos cardinales. Su altura es de 46,5 metros y la base ocupa una superficie de 54.540 m2.



Sin embargo, a partir de la fotografía original de 1947, Sam Osmanagic cree que la pirámide blanca es en realidad otro monumento. Para el investigador bosnio, la foto muestra una pirámide relativamente aislada en un paraje desolado, lo que no coincide con el entorno del mausoleo de Maoling. En cambio, el mausoleo del general Huo Qubinga se parece mucho más a la fotografía aérea, si bien el paisaje circundante ha cambiado sustancialmente en los últimos años, al haber sido cubierto de “frondosos bosques y sobre todo arbustos.” Esta estructura no ha sido objeto de investigación arqueológica ni se ha encontrado la tumba del general.



Por otra parte tenemos el gran mausoleo de Qin Shi Huang, el primer emperador chino, unificador de las antiguas provincias chinas en el siglo III a. C. Esta construcción es doblemente famosa porque cerca de ésta se encontraron las admirables 8.000 estatuas de guerreros de terracota. Cabe señalar, empero, que su cámara funeraria todavía no ha sido explorada. La altura de esta pirámide, compuesta de tres terrazas escalonadas, se sitúa entre los 50 y los 70 metros aproximadamente[3] y los lados de la base miden 350 metros (y esta cifra sí coincide con las mediciones de Segalen en 1913). Como en el caso anterior, la pirámide fue levantada con arcilla compactada. Actualmente está completamente cubierta de tierra y vegetación, con una gran cantidad de árboles.



Osmanagic quiso profundizar un poco más sobre las particularidades de este monumento y se encontró con informaciones dispares y no siempre coincidentes. Al parecer, la información turística del complejo piramidal parece especular con hechos que no han sido demostrados. Así, se afirma que la tumba de emperador Qin está “a unos nueve metros de profundidad, donde fluyen ríos artificiales de mercurio”. Sin embargo, los folletos del museo reconocen que ni la pirámide ni la tumba han sido aún exploradas, como también corroboran los arqueólogos chinos. Todo lo más, se han realizado sondeos o prospecciones que han topado con una capa interior de ladrillo y granito, pero no hay ninguna certeza sobre lo que hay en el interior de la estructura. Como ejemplo de esta “interpretación libre”, hay que reseñar que en un panel informativo en la cima de la pirámide se puede leer lo siguiente[4]:



“El palacio subterráneo es el núcleo de todo el mausoleo. Aquí es donde se ubicaron los sarcófagos, interior y exterior, del emperador Qin, así como los objetos enterrados. Según los archivos históricos y la reciente prospección arqueológica, el palacio –casi cuadrado– consiste de tres partes, la cámara funeraria principal, la cámara funeraria lateral y los corredores entre éstas. En el centro del palacio se halla la cámara funeraria principal, en la que se depositó el sarcófago. Los objetos funerarios se dispusieron en los cuatro lados de la cámara. Las últimas investigaciones muestran que el palacio subterráneo está a unos 30 metros de profundidad y que existe una fuerte contaminación de mercurio en un área de 1.200 metros cuadrados alrededor del palacio. Por tanto, se puede concluir que lo que se describe en los archivos históricos como ’ríos y mares de mercurio’ es de hecho verdadero y fiable. Esto indica que el interior del mausoleo es un palacio grande y magnífico, lleno de tesoros y protegido por ingeniosas medidas de seguridad.”



A este respecto, Osmanagic interpeló directamente al profesor Jiao Nan Feng, director del Instituto Arqueológico de Shaanxi, que negó categóricamente esta supuesta localización, así como la existencia de antiguas trampas o que no se pudiera excavar la pirámide debido a la presencia del mercurio.



Las pirámides de la dinastía Tang




Por otro lado, ya en otra ubicación, también es muy destacable el conjunto de pirámides de la dinastía Tang en la zona montañosa de Qinling al noroeste de Xi’an. Allí se puede encontrar el mausoleo Qianling, del emperador Gao Zong y su esposa la emperatriz Wu Zetian (siglo VII d. C.). Se trata de una colina natural de forma cónica que está rodeada por 17 pirámides satélite de pequeño tamaño. El patrón constructivo y geométrico es el habitual: pirámides de arcilla con una meseta en la cima, de caras triangulares y orientadas a los cuatro puntos cardinales. En este caso, una vez más, no se ha podido acceder a la tumba de los monarcas, por “motivos tecnológicos”, según afirman los expertos chinos.



El mausoleo de Jindi




Otro enclave muy destacado es el mausoleo del emperador Jindi (s II a. C.), al norte de Xi’an, que incluye una pirámide principal y otras satélites en los alrededores. Este complejo (llamado Han Yang Ling) viene siendo excavado desde 1994 y actualmente acoge un destacado museo, con un gran número de visitas. Según el mayor experto en pirámides chinas, el arqueólogo Cao Fa Zhan, se han estudiado las pirámides satélites, todas ellas de barro, con su habitual geometría y orientación, pero la pirámide principal ­–construida a base de piedra y ladrillo según los sondeos realizados– todavía no ha sido explorada, a la espera de autorización del gobierno chino. No obstante, lo más significativo es que se han localizado y estudiado varios túneles subterráneos, sellados con ladrillo, que conducen a la pirámide principal. Esta característica, todavía incierta en cuanto a sus propósitos, la vemos presente en otras estructuras piramidales de todo el mundo y, por supuesto, en las pirámides bosnias del Sr. Osmanagic.



Para finalizar este repaso de pirámides chinas, y ya lejos de Shaanxi, es oportuno recordar que al noreste de China y norte de la Península de Corea tenemos un grupo de unos 40 “mausoleos” o pirámides escalonadas del antiguo reino coreano de Koguryo, que floreció entre el siglo III a. C. y el VII d. C.



A modo de conclusión, podemos afirmar que pese a que la investigación de las pirámides chinas ha avanzado bastante en los últimos años, aún queda mucho trabajo por hacer, empezando por la excavación de las supuestas tumbas o mausoleos de los emperadores, pues se sigue reincidiendo en la función funeraria de estos monumentos pero sin haber accedido a ninguna cámara o recinto funerario, ya sea por causas técnicas, políticas o de otro tipo. Por otra parte, se hace del todo necesario obtener un marco cronológico seguro para todas estas construcciones y despejar posibles especulaciones sobre dataciones extremadamente antiguas (si es que hemos de conceder alguna fiabilidad al monje que a principios del siglo XX hablaba de una antigüedad mínima de 5.000 años).



© Xavier Bartlett 2014


Apéndice

 

 


Dado que las recientes investigaciones, sobre todo en lo referente a la localización de las pirámides, se han basado en observaciones cenitales a través del programa Google Earth, adjunto los datos facilitados por el investigador austriaco Walter Hain sobre las coordenadas de las pirámides de mayor tamaño (según las medidas de la base) para una rápida consulta con dicho programa.



Mausoleo Maoling: tamaño 222 x 217 m, 34°20'17"N 108°34'11"E

Pirámide 6: tamaño 153 x 158 m, 34°21'47.16"N 108°37'49.80"E

Pirámide 7: tamaño 149 x 155 m, 34°21'42.48"N 108°38'24.36"E

Pirámide 11: tamaño 155 x 154 m, 34°22'29.64"N 108°41'51.36"E

Pirámide 15: tamaño 219 x 230 m, 34°23'52"N 108°42'43"E

Pirámide 31: tamaño 126 x 149 m, 34°14'09.00"N 109°07'05.00"E

Pirámides 33, 34, 35: la mayor 160 x 167 m, 34°10'45.00"N 109°01'41.00"E

Mausoleo Huang-ti 37: tamaño 354 x 357 m, 34°22'52"N 109°15'12"E



Referencias



COPPENS, P. “China’s great pyramids controversy.” Nexus New Times Magazine, 1995

HAIN, W. Pyramids in China. New evidences 2009. [documento Word]

OSMANAGICH, S. Las pirámides del mundo y las pirámides perdidas de Bosnia. Ed. Obelisco. Barcelona, 2013.









[1] En 1994 el alemán Hartwig Hausdorf pudo obtener el permiso para visitar esta región y llegó a fotografiar alrededor de un centenar de estructuras.

[2] Aunque en algunas fuentes se asegura que el piloto militar norteamericano James Gaussman fue el primero en ver y fotografiar una gran pirámide china en 1945, Wikipedia no da crédito a esta historia y sí a la del coronel Maurice Sheahan, que vio la pirámide en 1947, durante un vuelo comercial.

[3] Osmanagic ofrece cifras un poco diferentes, entre 43 y 87 metros, si bien apunta que fuentes oficiales chinas consideran que la altura original debió rondar los 120 metros.


[4] Traducción del inglés, según la fotografía aportada por Osmanagic en el libro ya citado.

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