miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Charles Hapgood reivindicado?


Para los seguidores de la historia alternativa, el nombre de Charles Hapgood es todo un referente en la investigación de los misterios o anomalías del pasado, sobre todo a partir de su obra más conocida Maps of the ancient sea kings (“Los mapas de los antiguos reyes del mar”). En esta obra, Hapgood proponía la existencia de una civilización desaparecida muy antigua –anterior a las civilizaciones conocidas– que muchos autores han asociado a la Atlántida. Según Hapgood, tal civilización habría sido la responsable de cartografiar el planeta con mucha precisión en tiempos muy remotos con unos medios aparentemente modernos. Con el paso de los siglos y milenios estos documentos se habrían perdido, pero algunos restos de estos conocimientos habrían perdurado y habrían sido utilizados en la confección de algunos mapas muy posteriores, entre ellos el famosísimo mapa del almirante turco  Piri Reis.

No obstante, aparte de analizar detalladamente este conocido mapa, Hapgood estudió muchos otros mapas, situados en un marco temporal que abarcaba desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, a la búsqueda de esas cartografías avanzadas. Así, al juntar todas las piezas pudo observar determinadas anomalías que no cuadraban con el paradigma científico moderno. Lo que en suma quería demostrar es que la historia convencional no podía explicar de ningún modo la aparición de ciertos rasgos muy avanzados en geografía y cartografía, pues teóricamente eran superiores al estado de la ciencia en su época, y todo ello podría indicar que en un tiempo inmemorial alguien había realizado tales mapas.

Uno de los temas que más llamó la atención de Hapgood fue una serie de mapas medievales llamados portulanos, nombre que procede de portus (“puerto”), pues estaban basados en la representación de puertos en las líneas costeras. Estos mapas, que cartografiaban el Mar Mediterráneo y el Mar Negro, tenían una notable exactitud para su época (como el conocido portulano de Dulcert, de 1339), y a juicio de Hapgood no podían estar basados en los mapas de la Antigüedad clásica ni en las observaciones náuticas medievales. Por supuesto, no hay que incidir en el hecho que la ciencia académica no dio crédito a las propuestas de Hapgood por considerarlas erróneas, especulativas y sacadas de contexto.

Pues bien, casi medio siglo después de la aparición de Maps of the ancient sea kings, Roel Nicolai, un ingeniero geodésico que trabaja para la firma Shell, ha presentado una tesis doctoral en la Universidad de Utrecht (Holanda) en la que defiende que la precisión de los portulanos no puede explicarse con los conocimientos disponibles en la Baja Edad Media y que su origen no parece estar en las cartas náuticas de la época.

Portulano medieval. Fuente: press.uu.nl
Los portulanos aparecen el siglo XIII y perduran hasta el siglo XVI. El primero de ellos data de finales del siglo XIII y según Nicolai no tiene un claro precedente, parece surgir de la nada. La investigación de Nicolai pone de manifiesto que hay una clara divergencia entre los conocimientos geográficos de la época (que incluyen la limitación de los instrumentos de medida medievales) y la exactitud de los portulanos.
Nicolai ha analizado estos mapas desde una perspectiva actual, utilizando los enfoques y métodos de la geodesia moderna y ha obtenido unas conclusiones sorprendentes, como reconoce el director de su tesis, el profesor Jan Hogendijk de la Universidad de Utrecht. Lo que se suponía hasta ahora es que los navegantes medievales efectuaban  medidas y cálculos en sus viajes comerciales y a partir de estos datos elaboraban los portulanos. Para Nicolai, tal suposición es muy improbable, dada la poca sofisticación de las brújulas y de los métodos de navegación en este periodo histórico, sobre todo a la hora de determinar las distancias con un alto grado de precisión. De hecho, los cálculos precisos de navegación no se generalizaron hasta el siglo XVIII.

Para Nicolai, los portulanos fueron dibujados sobre una proyección Mercator (o similar), o sea una conversión de la curvatura de la Tierra en una superficie plana. Lo que ocurre es que tal conocimiento no estuvo disponible al menos hasta mediados del siglo XVI, cuando el propio Mercator introdujo tal proyección para la confección de mapas.

Portulano de Dulcert. Fuente: press.uu.nl
Entonces, ¿cuál es el origen de los portulanos? Nicolai cree que cualquier hipótesis pasa por reconocer que en la Edad Media existían unos conocimientos mucho más avanzados de lo que se ha asumido hasta el momento, si bien otros mapas contemporáneos europeos no muestran tal avance en cartografía. Los árabes, una civilización muy desarrollada en aquel tiempo, podrían ser una posible explicación, pero Nicolai considera que nunca se ha probado fehacientemente que los árabes tuvieran capacidad de realizar mapas a partir de una proyección de la curvatura terrestre.

Por otro lado, Nicolai también contempla la posibilidad de un origen mucho más antiguo, esto es, los mapas greco-latinos, pero no deja de ser una especulación. En todo caso, opina que tal vez el origen de los portulanos esté en una tradición completamente perdida y que se precisan investigaciones más profundas para intentar dar con una respuesta aceptable.

Y aunque el nombre de Hapgood no aparece por ninguna parte, está claro que sus observaciones y las de Nicolai están en una misma línea heterodoxa. Sin embargo, es bien posible que con la aceptación de esta tesis poco a poco se vayan abriendo puertas dentro del estamento académico al trabajo de Hapgood y que finalmente se reconozca la validez de sus teorías, aunque sin duda queda un largo camino por recorrer en la búsqueda de los autores de estos mapas tan prodigiosos.

(c) Xavier Bartlett 2014

Fuente original: http://press.uu.nl/origin-of-medieval-sea-charts-disproven/

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