En los años 50 del pasado siglo, el zoólogo estadounidense
Ivan Sanderson se interesó por ciertos restos y objetos paleontológicos y
arqueológicos que, por determinadas características, resultaban inexplicables
para la ciencia oficial. Sanderson los bautizó coloquialmente como ooparts,
contracción del inglés out-of-place-artifacts, es decir, "artefactos fuera
de lugar", o dicho de otra manera, cosas que están fuera de su supuesto
contexto en el espacio y el tiempo.
Para aclarar un poco más el propio concepto de Oopart, deberíamos establecer una separación más o menos clara sobre qué es y que no es un Oopart, lo cual no siempre es fácil. Para simplificar, podríamos decir que se considera que un objeto es Oopart cuando:
- Se presenta fuera de su contexto cronológico y / o geográfico convencional.
- Es tecnológicamente incompatible-en teoría-con su contexto cultural, o muestra una relación anómala con otros objetos similares (en términos de tamaño, forma, o composición).
- En algunos casos, se desconoce la función, o al menos, es discutible.
En resumen, un Oopart vendría a ser un objeto que presenta
determinadas anomalías o anacronismos que, en principio, entran en
contradicción con su contexto "natural". No obstante, la misma
ciencia admite que puedan aparecer excepciones que confirman la regla, casos
aislados y ciertamente insólitos. Por ejemplo, en el ámbito biológico hay que
destacar el caso del celacanto, un pez que se consideraba extinguido en la cadena
evolutiva hace unos 80 millones de años, y que reapareció repentinamente en
1938, cuando unos pescadores coger un ejemplar vive en las costas del sur de
África.
Ahora bien, si nos adentramos en el terreno de la arqueología y la historia, estas excepciones o casos extraños no son admitidos fácilmente. En efecto, las ciencias sociales han definido una cultura material (y no material) para cada sociedad o civilización a lo largo de los tiempos y, aunque hay un cierto margen para objetos aún desconocidos, existen unos patrones o modelos históricos que muy difícilmente se pueden modificar. Además, esta visión está reforzada por el paradigma evolucionista que defiende que la existencia humana "de menos a más", en un tiempo lineal único, en el que progresamos, a veces lentamente ya veces rápidamente, hacia metas más elevadas. Por tanto, cada sociedad humana, en un lugar y época concreta, tenía ciertos conocimientos teóricos y prácticos y el hecho de encontrar pruebas de un conocimiento o una tecnología claramente superior supondría una anomalía contra el paradigma.
Así pues, para la arqueología oficial, no existen los
Oopart como tales, o bien tienen algún tipo de explicación totalmente lógica
dentro de los parámetros de la actual paradigma científico, sin descartar que
en bastantes casos se trate simplemente de manipulaciones o fraudes . También
hay que decir, sin embargo, que excepcionalmente sí se acepta que el objeto
comporte algunos interrogantes no resueltos, y que entonces habría que tener
más datos o ampliar las investigaciones para poder emitir un juicio fundado.
Problemas para un estudio serio
Sea como sea, estos supuestos objetos imposibles han sido
el centro de la polémica durante décadas y todavía son objeto de discusión
entre las facciones "alternativa" y "ortodoxa".
Lamentablemente, por un investigador independiente con la mente abierta (pero
desde una posición rigurosa ya la vez escéptica) no es nada fácil estudiar el
fenómeno en su conjunto, y afirmar con seguridad que tal o cual artefacto es un
Oopart inequívoco, ya que en muchos casos debe afrontar una serie de problemas
que no son fáciles de superar.
Básicamente, la primera dificultad que hay que salvar es la propia complejidad y diversidad del fenómeno Oopart, empezando por especificar una definición aceptada por todos y un marco de estudio y clasificación sistematizado. En segundo lugar, tenemos el enorme problema de la falta de información fiable o contrastada, ya que en mayoría de los casos hay una evidente falta de datos, porque el hallazgo se antigua o las fuentes son dudosas, o se ha perdido El objeto, o no sabemos a qué pruebas ha sido sometido, o no sabemos si ha sido manipulado...
Por otra parte tampoco ayuda el hecho de que los Oopart
hayan sido reprobados debido a cierto sensacionalismo y algunos fraudes.
Desgraciadamente muchos Oopart han sido magnificados desde determinadas
posiciones alternativas o han sido objeto de una difusión acrítica (sobre todo
en Internet), con ánimo de crear expectación o beneficio, por no hablar abiertamente
de casos de falsificación-reconocido o no-como las famosas piedras de Ica. Y
finalmente no hay que olvidar el rechazo académico, ya que la gran mayoría del
estamento académico se ha cerrado en banda y no ha entrado a analizar el tema
de una manera equilibrada, en general, el fenómeno Oopart ha sido ignorado,
combatido o ridiculizado.
Los Oopart más clásicos
Vamos a repasar pues algunos de estos Oopart más conocidos
para hacernos una idea aproximada de esta diversa tipología de artefactos, a
partir de la información disponible. Y luego, que cada uno saque sus
conclusiones personales ...
Los tubos metálicos de Saint Jean de Livet
Se trata de unos pequeños tubos de sección ovoide de entre
3 y 9 cm. encontrados en 1968 en unas minas de creta en Saint Jean de Livet
(Francia) por Y. Druet y H. Salfati. Según la datación geológica del estrato
correspondiente, los tubos tendrían una antigüedad de 65 millones de años. Se
sabe que los tubos se depositaron en un laboratorio de la Universidad de Caen y
después ... silencio total. No hay estudios posteriores ni publicaciones ni
nada de nada.
La pila de Bagdad
Esta "pila" es un pequeño jarrón de cerámica que
se encontró en unas excavaciones al sur de Bagdad en 1936 y que se fechó entre
el 250 a. C. y el 225 d. C. El arqueólogo austriaco Wilhelm König vio unos
rasgos especiales en este objeto y reconoció que podría tratarla de una
primitiva pila. El recipiente, sellado por un tapón asfáltico, tiene en el
centro un cilindro de cobre que a la vez contiene una pequeña barra de hierro.
Cuando llenamos el recipiente con ácido acético (vinagre) o cítrico (zumo de
limón) se genera una tensión de 1,5 - 2 voltios aproximadamente.
Las personas que han estudiado esta pila opinan que este artefacto era en efecto una elemental fuente de electricidad (se han hecho réplicas que han funcionado perfectamente) y que quizás se utilizó para la galvanización-para dar una pátina dorada a las figuras - mediante un proceso de electrólisis, aunque el rendimiento de la pila es muy bajo. En definitiva, la pila de Bagdad podría haber sido una iniciativa técnica limitada en el tiempo y el espacio, sin continuidad.
Las personas que han estudiado esta pila opinan que este artefacto era en efecto una elemental fuente de electricidad (se han hecho réplicas que han funcionado perfectamente) y que quizás se utilizó para la galvanización-para dar una pátina dorada a las figuras - mediante un proceso de electrólisis, aunque el rendimiento de la pila es muy bajo. En definitiva, la pila de Bagdad podría haber sido una iniciativa técnica limitada en el tiempo y el espacio, sin continuidad.
Las huellas de Laetoli
En 1979, la paleontóloga Mary Leakey encontró en Laetoli
(Tanzania) varias huellas humanas de aspecto sorprendentemente moderno sobre un
estrato de lava solidificada que se fechó geológicamente en 3,7 millones de
años. Se trataba de las huellas de tres individuos, quizás dos adultos y un
niño. El problema de estos restos era que-según el consenso científico-no había
humanos modernos (Homo Sapiens) en aquella época. Por tanto, los estamentos
académicos adjudicaron estas huellas en el único homínido que teóricamente
corría por allí en aquellos tiempos: el australopithecus.
Ahora bien, curiosamente unos años más tarde se
encontraron los restos casi completos de un australopithecus en Sterkfontein
(Sudáfrica), con una datación idéntica en Laetoli, y se vio claramente que la
estructura del pie-muy cercana a la de los simios - no coincidía con la forma
de las huellas de Laetoli. El investigador Michael Cremo, opuesto al
evolucionismo, preguntó entonces a su descubridor, Ron Clarke: "¿Por qué
el pie de su australopithecus de Sterkfontein no coincide con las huellas
encontradas por Mary Leakey en Laetoli, que son de la misma época , pero que
parecen ser de hombres modernos?" Clarke contestó que su australopithecus
había hecho las huellas de Laetoli de alguna manera poco común, forzando la
posición del pie. A Cremo no le satisfizo esta explicación... pero nadie ha
ido más allá.
El disco del príncipe Sabu
Este objeto fue encontrado por el egiptólogo Walter Emery
en la mastaba (tumba) del príncipe Sabu, en Saqqara (I dinastía, hacia el 3000
a. C.). Emery lo describió como "recipiente de esquisto en forma de
taza". Presenta una forma de disco, con tres lóbulos y un cilindro en
medio, como eje central. Tiene un diámetro de 61 cm. y una altura de 10,6 cm. y
no tiene ningún tipo de decoración ni inscripción. Según el egiptólogo Cyril
Aldred, este artefacto sería una réplica de un original metálico bastante más
antiguo (lo cual sorprende mucho, dada la antigüedad de la tumba).
Nanotecnología en Siberia
Entre 1991 y 1993 un equipo de geólogos rusos, durante
unas prospecciones en los Urales, recogió muestras de terreno en estratos
datados entre 20.000 y 318.000 años. Al analizar las muestras en el Instituto
de Investigación Geológica de Moscú se encontraron unos objetos minúsculos, que
se identificaron como piezas metálicas de cobre, wolframio o molibdeno de entre
3 cm. y 0,003 mm. Estos pequeños artefactos tenían forma de espiral, y
recordaban mucho al actual nanotecnología, que se utiliza en varios campos,
como la informática y la medicina.
El ufólogo ruso Valery Uvarov, considerando que era
imposible que los objetos fueran naturales o que estuviesen hechos a la
Prehistoria, los relacionó con tecnología extraterrestre. Este es un típico
caso de opacidad en las fuentes e información poco clara, con altas
probabilidades de ser un fraude o una tergiversación de los trabajos
realizados.
El mecanismo de Antikhytera
En el año 1900, cerca de la isla griega de Antikhytera, se
localizaron los restos de un barco hundido, que por la carga que llevaba fue
fechado hacia el 80 a. C. Y entre esta carga se encontró un extraño objeto roto
en cuatro porciones, que presentaba unas ruedecillas de diferentes tamaños. El
objeto fue a parar al Museo Nacional de Atenas y fue olvidado hasta que en 1955
el profesor de la Universidad de Yale Derek de Solla Price, tras realizar
varias radiografías, descubrió que el artefacto estaba formado por una serie de
engranajes que interactuaban entre sí, como un mecanismo de relojería. Estudios
posteriores demostraron que este aparato se utilizaba para determinar ciertos
cálculos astronómicos, como los ciclos solares y lunares o el movimiento de los
planetas.
En el año 2002 se pudo hacer finalmente una reconstrucción
completa del mecanismo y se acreditó como funcionaba exactamente. Pero los más
sorprendente es que la máquina incorporaba un diferencial (un mecanismo que
permite regular la velocidad de rotación de un eje según ciertas constantes),
un invento que no se patentó hasta el ... 1828! Sea como sea, hasta hoy día no
se ha encontrado ningún otro objeto antiguo de esta complejidad para hacer este
tipo de cálculos.
Joyas precolombinas
Se trata de pequeños objetos de oro fechados al primer
milenio d. C., hallados en ajuares funerarios de tumbas precolombinas de la
cultura Tairona, en el norte de Colombia. Presentan formas de diversos animales
estilizados (peces, insectos, aves), y en opinión de la ciencia serían
ornamentos funerarios con un sentido básicamente religioso.
Pero Ivan Sanderson y otros investigadores observaron unos rasgos ciertamente extraños en estas figuritas. Según la visión alternativa, las alas o aletas de estas figuras tienen la sospechosa forma de alas delta, típica de los aviones a reacción. Por otra parte, presentan en muchos casos una cola poco natural, con un gran estabilizador triangular vertical y dos pequeños apéndices horizontales, aparte de una especie de habitáculo o cabina en la parte delantera. Además, años más tarde, el Aeronautical Institute de Nueva York fabricó una maqueta a partir de una figura tairona y comprobó que podía volar, dadas sus buenas cualidades aerodinámicas.
Pero Ivan Sanderson y otros investigadores observaron unos rasgos ciertamente extraños en estas figuritas. Según la visión alternativa, las alas o aletas de estas figuras tienen la sospechosa forma de alas delta, típica de los aviones a reacción. Por otra parte, presentan en muchos casos una cola poco natural, con un gran estabilizador triangular vertical y dos pequeños apéndices horizontales, aparte de una especie de habitáculo o cabina en la parte delantera. Además, años más tarde, el Aeronautical Institute de Nueva York fabricó una maqueta a partir de una figura tairona y comprobó que podía volar, dadas sus buenas cualidades aerodinámicas.
Las herramientas de Hueyatlaco
En la década de los 60 del pasado siglo un equipo de
arqueólogos estadounidenses encontró en el yacimiento prehistórico de
Hueyatlaco (Valsequillo, México) una serie de herramientas de piedra de cierta
calidad, muy parecidas a las que había hecho el hombre de Cro-Magnon (Homo
sapiens) en Europa hace unos 30.000 años. Ahora bien, cuando unos técnicos del
US Geological Survey (Prospecciones Geológicas de EE.UU.) procedieron a datar
los estratos donde se habían localizado los utensilios líticos, saltó la
sorpresa. Después de aplicar hasta cuatro métodos de datación diferentes, los
geólogos concedieron a tales estratos una antigüedad de 250.000 años.
¿Cuál era el problema? Esta cronología no podía ser posible, ya que oficialmente América no había sido poblada por humanos hasta el 20.000 a. C. como muy pronto, y lo que es más grave, hace 250.000 años no había Homo sapiens ni en América ni en ninguna otra parte del mundo. En definitiva, una bomba para el evolucionismo académico. Enseguida se creó una fuerte controversia y la publicación de los hallazgos se fue aplazando hasta 1981, cuando por fin salió un artículo sobre Hueyatlaco en la revista Quaternary Research. Sin embargo, a efectos oficiales, la antigüedad aceptada a día de hoy para Hueyatlaco es de unos 22.000 años, a partir de una muestra de un yacimiento cercano datada mediante C-14.
(c) Xavier Bartlett 2013
2 comentarios:
Me gustaría saber tu opinión respecto a unas herramientas de piedra encontadas en Colombia hace algunos años, creo que hoy están en manos de un coleccionista privado. Se trata de unas herramientas de exquisito tallado y pulido, que según afirman eran usadas por médicos. Hisory chanel las muestra en un capítulo de su serie Alienigenas Ancestrales. Según mencionan los presentadores del programa son artefactos fabricados con gran precisión. También se muestran otros artefactos, como máscaras y una extraña jarra acompañada de unos vasos de diferentes medidas que brillan bajo luz ultravioleta, etc. Me impactaron mucho cuando los vi, y me gustaría saber si se han examinado para determinar su edad y otro detalles. Tú sabes algo al respecto. Gracias. La uruguaya
Amiga uruguaya:
Me parece que tales artefactos ya habían sido presentados anteriormente por Klaus Dona, pero no tengo información fiable sobre estos objetos, ni su procedencia ni su datación. Desgraciadamente, en el ámbito alternativo se falsean, se tergiversan o se inventan cosas (como en el mundo académico...) y es difícil saber si esos objetos son genuinos o no. En el caso de Dona me consta que presentó como reales unos objetos procedentes de Jalisco (México) con muchos motivos "alienígenas" que en mi opinión son un mero fraude (mira mi artículo en este blog sobre esta tema: "La farsa..."). De todas formas, insisto en que sin todos los datos es complicado dar una opinión objetiva.
Cordiales saludos y gracias por seguirme,
Xavier
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